miércoles, diciembre 30, 2009

Balances

Es muy común y positivo hacer balances de fin de año. Agradecer lo bueno y aceptar lo malo. Hacer propósitos para el próximo año y proyecciones. Las mías, a pesar del cansancio y el dolor que trajo este fin de año, son positivas. En realidad, siempre son positivas. De hecho recuerdo haber afirmado que este 2009 sería muy próspero. A pesar de la crisis. Y en lo personal, no me quejo. Pero jamás pensé la dura prueba que nos traería este año. Aún la herida no cicatriza y es imposible pensar en este año sin ese dolor. Pero, dejando de lado la enfermedad de mi suegro, puedo decir que para mí fue un buen año: mi marido comenzó un posgrado, en el que le ha ido increíble, para mí fue un excelente año en lo laboral y el próximo se viene mejor, nació mi ahijado precioso, mi mamá se ha recuperado muy bien, a mis hermanos les ha ido bien en sus estudios y a mis amigos en general les está yendo bien, tanto en sus trabajos como en su vida personal. Un año plagado de matrimonios y nacimientos.
Por eso espero el 2010 confiada, positiva, pero alerta siempre. No olvido que la vida es un campo de batalla y que los ataques sorpresas están a la orden del día. Aunque espero que este año tengamos una tregua, ojalá lo más larga posible. A todos quienes pasan por aquí, mis mejores deseos para el 2010. No alcancé a desearles una feliz Navidad, pero espero de corazón que la hayan tenido. Ojalá este año sea mil veces mejor que el anterior, independiente de lo que pase en la segunda vuelta, de cuándo se inauguren los nuevos metros, de qué tan espectacular sea la celebración del supuesto bicentenario (un tema que yo, como historiadora, discuto bastante: para mí el verdadero bicentenario de la independencia es el 2018, y si queremos establecer cuándo nace Chile, para mí es muuucho más antiguo, no me pesquen, son clásicas discusiones historiográficas). Les deseo a todos un muy muy feliz 2010, bueno en el amor, la salud y el dinero.

jueves, diciembre 10, 2009

Adiós tío Felipe

La muerte tocó nuestra puerta el lunes en la madrugada. El tío Felipe, tras una ardua batalla contra el cáncer que duró diez meses, se durmió para siempre. Pero estamos tranquilos, aunque con una pena inmensa. Se fue como un valiente, peleó hasta el final. Aunque no siento que haya perdido la batalla. Sólo su cuerpo fue derrotado, agotado por el desarrollo incesante de una enfermedad implacable. Pero su alma triunfó, porque nunca, ni aún en medio de terribles sufrimientos le ví quejarse de por qué le pasó esto a él, siempre asumió con valentía. Dio la pelea hasta el final, agotando hasta las últimas instancias, para pasar más tiempo con sus seres queridos.
Una muerte como debe ser: tranquila, sin miedo, rodeado del cariño y las oraciones de sus seres queridos. Una bonita muerte, a pesar de que los días anteriores fueron terribles para él. Los remedios le permitieron morir sin dolor y tras despedirse de su adorada familia, fue apagándose, como una velita, mientras rezábamos por él, para que tuviese un buen viaje. Y estoy segura de que fue así. Yo estaba allí y en ningún momento sentí angustia, sólo pena y luego una paz gigantesca.
Se fue tranquilo, porque tuvo una vida ejemplar, un ejemplo de matrimonio, un gran profesional, preocupado y cariñoso con los demás, con una vocación de servicio impresionante, de esas personas que se entregan por entero, auténtico, jamás anduvo por la vida con caretas. Un excelente padre, muy buen amigo. La gran cantidad de gente que los acompañó en estos meses no fue casualidad. Les apoyaron porque se lo merecen, tanto él, como la tía Bernardita y sus hijos. De esas personas que lucharon toda su vida, grandiosas, que ya no necesitaba luchas más. A Dios le encanta llamar antes de tiempo a estas personas tan completas y buenas. Por eso lo llamó.
Desde aquí, mi humilde homenaje a mi suegro querido, al que conozco hace más de diez años y al que quiero como a un segundo padre. No se preocupe, tío, que yo cuidaré bien a su niño y acompañaré a su querida Berni, su compañera de toda la vida. Su familia queda en buenas manos, los que estamos cerca les apoyaremos siempre.

domingo, diciembre 06, 2009

El hombre ante la muerte

Eso de que Dios escribe con reglones torcidos es muy cierto. Uno a veces no entiende por qué pasan las cosas y lo que es peor, por qué actúa de una determinada manera, tomando ciertas decisiones. Muchas veces me han preguntado qué mer motivó a investigar acerca de la actitud ante la muerte en la Edad Media. Y la verdad, mi respuesta siempre fue que me asombraba y admirada de la naturalidad y tranquilidad con que el hombre enfrentaba ese trance o al menos, ésa era la actitud fomentada. Nada que ver con el mundo actual, cuando rehuímos hablar de ese momento y actuamos como si fuésemos inmortales.
Hasta que, pasa algo y nos damos cuenta de que no. Y, en lugar de actuar como el hombre medieval e intentar vivir cada día como si fuese el último (no sólo desde el punto de vista hedonista y de aprovechar a los seres queridos, sino, sobre todo, el aprovechar el cultivar los dones y virtudes y estar, desde el punto de vista religioso, siempre preparados, para procurar la salvación del alma), nos aterramos, talvez nos preocupamos unos días, pero luego volvemos a actuar ignorando la muerte. Quien no la ignora, es considerado fatalista o depresivo en este mundo moderno, cuando yo considero que quienes alcanzan esa conciencia real de su mortandad, gozan de una lucidez extraordinaria. Yo aún no lo consigo e intentando encontrar una respuesta y un consuelo ante mi gran temor a la muerte, me acerqué a la Edad Media.
Había tenido sólo dos pérdidas a mis 25 años, cuando mi tema de tesis "me encontró": una, la primera, me desangró, la enfrenté con temor, desconsuelo, rebeldía, !terrible! en cambio, la segunda fue triste, pero serena. es cierto que uno va curtiéndose y hay diferentes circunstancias. Pero durante la segunda muerte importante que presencié, comprendí ese momento como un trance hacia algo mejor. Y que la gran tristeza es para los que se quedan. Para quien se va, ojalá no dejar nada inconcluso, para poder descansar en paz. Siempre lo supe, si estuve en un colegio católico y esos temas salían a cada rato, pero con estos temas en los que la emoción está tan involucrada, una cosa es saberlo, y otra muy distinta, asimilarlo de corazón.
Ya había dado un paso: enfrentar con serenidad la muerte de un ser querido (aunque, ojo: no sé como reaccionaría ante la muerte de un hijo, la pérdida más enorme para un ser humano, porque es la más antinatural: se supone que los hijos entierran a sus padres). Ahora me falta más serenidad, para apoyar a quienes se van a irse con tranquilidad, y más para quienes dejan atrás, y también asimilar el hecho de que algún día seré yo y no quiero que ocurra aterradoramente, sino con tranquilidad.
Me gusta el tema de la muerte en la Edad Media, porque me da la impresión de que ellos lo tenían más resuelto, más incorporado. Sabían cómo actuar y se cuestionaban menos. A pesar de la violencia, a pesar de los abusos (de los que nuestro siglo tampoco es carente), me parece una época más simple, ordenada e inocente. Desde el punto de vista de mentalidad, claro está. Blancos y negros más definidos, pocas medias tintas. eso simplifica las decisiones. Más similar a la mente de un niño. Más intenso, sobre todo en época de crisis. Y muchos entonces, mueren con la inocencia de los niños, con todo resuelto y los que no, son ayudados a morir por su fe, que les recuerda la misericordia.
¡Ojalá los Ars Moriendi tuviesen más difusión hoy en día! Serían de gran ayuda para quienes no tienen idea de cómo actuar frente a un moribundo. Porque aunque es un libro católico, hecho, lo más probable, que por dominicos, sus ideas son transversales culturalmente y todas las culturas poseen una filosofía de la muerte, exhortando ciertas actitudes y la asistencia a quien va a realizar este último viaje. Recuerden que en la Edad Media, la vida se concibe como un peregrinar por un mundo de penas, pruebas y alegrías, hasta llegar al destino final, la vida eterna. La muerte es, por lo tanto, el último viaje, la última transición.
Me queda entonces, mucho por investigar, mucho por aprender y lo más importante, muchísimo por asimilar.

viernes, noviembre 27, 2009

Be yourself..noone else can do it! The black sheep

No sé porqué hoy, mientras bailaba (lo que pasa es que hace casi un año ya, con interrupciones, cuido mi figura yendo al Ti5 y a pesar de coordinación nula, descubrí que no sólo ayuda a mantenerme bien, sino además, menso tensa y más contenta...el tema de las endorfinas y cansarse "botando stress"), me puse a pensar que, cuando no pesco si alguien mira o no cómo bailo, siento que lo hago mejor. Es que cuando deja de importarte lo que piensa el resto, te relajas, lo haces mejor y, en el caso de que sigas haciendo el ridículo, lo pasas mejor por lo menos. Ahí caí, con esa metafóra del baile, en una realidad que hace muchos años me daba vueltas: la verdadera razón por la cual nunca me esforcé en integrarme del todo en el ambiente de mi colegio ni me he preocupado por mantener muchos vínculos, a pesar de que haya mucha gente valiosa que nunca me preocupé de conocer (y ellos tampoco a mí, hay que decirlo).
Ya sé porqué para mí todos los eventos masivos de ex compañeros son un tema ("me da lata", "voy o no? tengo otro carrete más chori"...). Felizmente, muchas veces no he debido plantearme esa disyuntiva, porque no he estado en Santiago cuando se han juntado o he tenido cosas mucho más importantes (realmente qué hacer). No sabía qué era lo que siempre me hacía sentir fuera de lugar en esos carretes...la misma sensación que tuve durante 14 años de colegio, más fuerte cada año, cuando me sentía como enjaulada y el acabar el colegio fue sentir una liberación tremenda.
Del mismo modo, en mi año en España también sentí una sensación parecida, no igual. En ese entonces lo capté y fue porque allá la gente va más de frente y menos pendiente de lo que hace el resto. Aunque, allá también existe el pelambre...creo que es un mal universal del que yo tampoco estoy libre para tirar la primera piedra. Pero la gente allá juzga menos y es menos "uniforme", menos "oveja", hay más libertad para actuar como se te antoja y menos prejuicios acerca de lo que el resto puede opinar. amí me habían criado un poco así y por eso en Chile, a pesar de mi carácter tímido y "ermitaño", mucha gente encuentra que soy muy segura de mí misma y tengo mucha personalidad...yo no encuentro! lo que pasa es que yo actúo impulsada por el corazón y la cabeza, no por encuestas...
En fin, mientras bailaba comprendí que la razón de mi incomodidad con el ambiente pelolais de mi cole es que desde muy chica, se me juzgó mucho. El ser bajita, usar anteojos (con parche, para más horrores, como "Brunito" de los '80, personaje que aunque nerd, se ganó mi total ternura), ser malgenio, potoncita, el gustarme la historia y ser mala en matemáticas, el leer libros en inglés desde quinto básico en la hora de estudio (me los regalaban y me encanta leer...nunca me planteé que fuera raro, vi a mi abuelo y mi papá leer cotidianamente en inglés), amar los mitos griegos (cómo no hacerlo, me parecen grandiosos y mi abuelita me los contaba como cuento). Y en la adolescencia, los motivos para ser juzgada no faltaban. "Que no le gusta ir a los interescolares!", "no fue a la fiesta porque le dio lata!", "dice que no le gusta nadie, que rara!" (siempre me gustaba alguien, pero ni cagando! les iba a decir, eran muy hociconas). Obvio que también dí razones, me mandé condoros, era insoportablemente malgenio y ácida, mi adolescencia fue un período oscuro...imagínense que a los 18 años me gustaba leer Rimboud y Baudelaire, y escribí poemas de ese estilo...ufff! intensísima, la madurez templa todo...
El sentirme siempre juzgada y catalogada de "rara", "amargada", "perna" y no sé cuántas maravillas más, me hizo crearme una coraza, en la que me hice más dura, más malgenio, más introvertida y más rara. Obvio, si me iban a pelar por tonteras, que lo hicieran con fundamento. Me convertí en un ser muuy pesado. Y nunca me sentía 100% cómoda, en el colegio o donde quiera que fuera con ellas, porque sentía sus ojos inquisidores sobre mí toodo el tiempo, hasta que llegaba a casa o me juntaba con otras amigas. Ahí podía ser yo misma, como ahora, como desde que entré a la universidad y en España, más que nunca. Sólo una vez que dejé de sentir ojos censurantes sobre mí, conocí la verdadera amistad y el amor. A veces me pasa que siento que mis amistades del cole están viciadas por ese sentimiento tóxico de no poder ser siempre yo misma, porque si digo o hago algo fuera de lo común, saltan los "pero Ana!" igual que en el cole. Puajs!
Obvio que es un tema trabajado y yo hoy me planto frente a ellas y ante el que sea importándome un rábano lo que piensen. Si no lo hubiese superado, hoy no podría parame frente a desconocidos a hacer clase o disertar. Y sé que ellas me estiman, como yo a ellas, pero no puedo acercarme demasiado, porque me ahogan. Sin que hagan nada en especial, me ahogan. De a una, muy bien, buena onda, pero en conjunto me saturan, porque siento que soy un lobo disfrazado de oveja negra, contemplando un rebaño.

lunes, noviembre 23, 2009

Farkas, el nuevo Batman?

Este país está, realmente, patas arriba. Ya estoy aburrida de oír cómo los políticos malgastan, guardan bajo siete llaves o roban el dinero fiscal, mientras muchos necesitados siguen esperando. Para el caso, cualquiera de las tres opciones dan lo mismo. Por eso, un personaje tan excéntrico como Farkas se convierte de la noche a la mañana en celebridad al hacer donaciones tan generosas. Y no hablo del regalar lucas en la calle o sandwiches en el festival. Hablo de gestos mucho más significativos, como el donar un ecotomógrafo para Putre o asumir el mecenazgo de Tomás. Obras que me parecen loables y que hacen que este llamativo personaje gane mi respeto. Pero, no dejo de pensar: ¿Cómo es posible que, en pleno siglo XXI, aún haya lugares de Chile cuyas instalaciones médicas sean tan precarias? ¿saben cuántas vidas pueden salvarse con una simple ecografía? Tuvo que llegar un programa de televisión, el CQC y dar a conocer el tema con su "Cadena de Favores", para que nos enteráramos (los santiaguinos al menos) de lo que pasaba allá (osea, no soy inocente, sé que la vida allá es muy pobre, pero jamás pensé que tanto como para no contar con algo tan indispensable como el ecotomógrafo). Al año siguiente, a través del mismo programa, ayudó a reconstruir una escuela rural. Muy bien por CQC. Farkas y todos los que colaboraron en la cadena. Pero, ¿dónde está el gobierno? ¿los ministerios correspondientes no deben velar justamente por eso? Dejo la pregunta abierta.
Y mi rabia sigue al recordar a Tomás González, un talento cuyos padres, con mucho esfuerzo han logrado potenciar (me suena conocido, ¿no? ¿cúántos ejemplos más así tenemos?). Y no sé porqué entonces uno prende la tele y aparece a cada rato ADO Chile, vendiéndose como "creador de medallas olímpicas", cuando quienes han conseguido una ha sido por puro talento y esfuerzo personal y ni ellos ni su antecesor. Chile Recortes, les han ayudado. Me alegra que Farkas, quien se está convirtiendo en una especie de Batman cuya arma es su generosa billetera, haya acusado recibo de la simpática "broma" de González y haya decidido ayudarlo. A veces creo que deberíamos tener más Farkas. Aunque, si ciertos organismos hicieran bien la pega, no los necesitaríamos tanto.
Una reflexión que, aunque es en época de elecciones, lanzo libremente y sin reivindicar a ninguna de las cuatro alternativas. Porque cada uno sabrá a quién más creerle para que aquello cambie. Y el tiempo nos dirá si teníamos razón o no. Tampoco caeré en el proclamar a Farkas como candidato, porque para mí la política es una fuente de eterna corrupción, es como la Tierra de Mordor del Señor de los Anillos: si cae en ese pozo, talvez lo perdamos.

miércoles, noviembre 11, 2009

Lucha de Gigantes

(Nota: para leer este post, lo mejor es escuchar la canción "Lucha de Gigantes", de Nacha Pop)
¿Qué les dice esta frase?: "Un duelo salvaje advierte lo cerca que ando de entrar en un mundo descomunal, siento mi fragilidad". Amo este mundo descomunal, aunque a veces no lo comprenda y mi fragilidad la tengo muy bien asumida. Mis problemas son con los duelos salvajes, ¡porque ojalá fuese uno! y peor, a veces el "contrincante" es invisible ¡o múltiple! Esta canción puede interpretarse de muchas formas, pero para mí, es casi una marcha de guerra. Cada vez que necesito fuerza (y estamos terminando el año, la fuerza es escasa), la escucho y me inyecta demasiada energía para enfrentar todas las batallas o "duelos salvajes".
Talvez muchos hayan conocido la canción por la película "Amores Perros", que a mí me encantó. Pero la verdad, la canción es muy anterior, es de los años '80. Y en la película se le dió un sentido muy distinto, pero para mí, esa canción es un grito de apoyo, como diciéndome " tranquila, aguanta, estamos todos igual, sigue adelante, falta poco o ya se va a solucionar, ten paciencia". Y por eso me encanta, además que me gusta la voz, la melodía, y por supuesto, ¡la letra!, que como yo tengo cero oído, aunque bastante inclinación literaria, siempre privilegio la letra sobre la música, otra gente es al revés, aunque una buena canción debe ser las dos cosas. Y el intérprete también ha ce mucho. Por ejemplo, se están escuchando muchos dos covers de "El Tiempo en las Bastillas" de Fernando Ubiergo, maravillosa canción, letra y voz en su original. La versión de los Difuntos Correa me encantó, en cambio, la Francisca Valenzuela, a la que respeto mucho como cantante aunque no me gusta, para mí asesinó la canción.
Últimamente, mis posts han sido terriblemente combativos y melancólicos, las alergias de primavera me atacaron con fuerza, agotaron mi cuerpo y me quitaron la poquita paciencia que tenía. Por eso hoy, a unos días de mi cumpleaños y tras protagonizar la quinta pataleta de la semana (y recién es jueves), quiero acabar con esa nubecita negra que me tiene malgenio y recordar todo lo bueno que me está pasando, porque a diferencia de otras personas, cuando la vida me da la espalda no me derrumbo y pienso que todo está mal, sino que chillo un rato y luego sigo.


Debo alegrarme, porque llevo 29 años de vida, una vida fácil, cómoda y afortunada, rodeada de seres queridos, que me ha dado la oportunidad de viajar y dedicarme a lo que me apasiona. Un amor de verdad, con el que llevo más de un año casada y más de diez juntos. Un amor basado en la comprensión, la confianza, el respeto y la admiración mutua. un amor blindado, donde ninguna opinión ni comentario externo importa, porque es un amor de a dos. Nunca hicimos caso a ninguna presión, nos casamos cuando quisimos y continuaremos así, sin pescar la opinión de nadie (porque, de nueve años de pololeo, seis fueron escuchando "y, ¿cuándo se casan?", "¡cómo te vas sola a España!" y hoy escucho " ya es hora de tener guagua, ¿no?" a todos les sigo diciendo que se vayan ya saben adónde).


Así que también me alegro de haber heredado este carácter porfiado y llevado de mis ideas, porque soy feliz de hacer siempre (mientras se puede, obvio) lo que quiero. Estudié lo que quise y he podido demostrar que no me moriría de hambre como todos pensaban y he demostrado que la Historia es importantísima y que esa imbecilidad de los racionalistas de que no sirve para nada no es más que eso. Un pueblo sin historia es un pueblo desmemoriado y le pasa lo mismo que una persona sin memoria: repite los errores, no sabe lo que tiene, olvida dónde dejó sus cosas, etc. ¡Un desastre! La amiga Historia ayuda mucho a los pueblos y en los llamados países desarrollados la conciencia histórica es fuertísima. Así que, señor racionalista: su economía le hará rico y su ciencia poderoso, pero sin la Historia no tendrá idea cómo manejar su poder y riqueza. Aprenda de los errores del pasado, tal como hacen las personas. Me alegra ser descendiente de inmigrantes, que me heredaron ese espíritu aventurero y emprendedor, el siempre querer ir tras cosas nuevas y no complicarme a la hora de adaptarme a nuevos desafíos. Me gusta no querer uniformarme con el resto, sin miedo a ser tachada de "rara" (palabra muy usada en el ambiente pelolais en el que me crié, donde así se catalogaba cualquier cosa que rompía con el molde y equivalía a algo de terror, cuando para mí lo raro siempre ha sido fascinante). Por eso, hago caso a la canción y pido lo mismo "deja que pasemos sin miedo", yo por lo menos, y aunque tengo mil fobias, trato de pasar siempre, sin miedo a ser yo misma. Prefiero ser juzgada y malinterpretada a sentirme miserable por fingir ser alguien que no soy.
Me alegra el rumbo que está tomando mi vida, aunque estoy aterrada, porque no todo es miel sobre hojuelas. Mientras más me da por un lado, más me quita por el otro. Y me da rabia, porque es imposible acabar con todos los gigantes que me atacan. Por eso me fascina esa canción de Nacha Pop. Me da una fuerza gigantesca. Cuando dice "no sé contra quién voy", es justo lo que yo pienso cuando me siento muy aproblemada, "corriendo con una bestia detrás" y aunque me gustaría pensar que es "un sueño tonto nomás", sé que en realidad no es sólo un sueño. Sé que nadie ha "pasado sin tropezar", todos nos caemos, todos somos frágiles, pero todos tenemos la fuerza para levantarnos una vez más y enfrentar los monstruos, sean de papel o no.
Una cosa no concuerdo con la canción: a mí no me da miedo "la enormidad, donde nadie oye mi voz", porque a veces, cuando estoy realmente sobrepasada, quisiera estar en un desierto y gritar hasta quedar afónica, sacarlo todo, sin que nadie me oyera. Porque, aunque la gente jure que yo soy pensamiento hablado, soy como dice la canción "Signos" de Gustavo Ceratti: "no hay un modo, no hay un punto exacto, te doy todo, y siempre guardo algo". Así soy. Escorpiona hasta la médula. De hecho, para mí el mejor desahogo no es hablar, sino exteriorizar mis sentimientos. llorar, gritar, rabiar. Y eso se hace sola. No hay que asustar a nadie y en esos momentos, para mí la gente sobra. Como sobran los consuelos y las palabras de apoyo. Ésas para cuando uno quiere hablar o escribir lo que le pasa. Por eso, muchas veces, cuando alguien está mal, yo sólo escucho o abrazo. No hablo. Sé que a veces, la pena o rabia es tanta, que cualquier discurso está de más y empeora las cosas. Mejor un gesto.
Les dejo la letra de la canción, a ver si concuerdan conmigo:

Lucha de gigantes
convierte,
el aire en gas natural
un duelo salvaje
advierte,
lo cerca que ando de entrar
En un mundo descomunal
siento mi fragilidad.
Vaya pesadilla
corriendo,
con una bestia detras
dime que es mentira todo,
un sueño tonto y no más
Me da miedo la enormidad
donde nadie oye mi voz.
Deja de engañar
no quieras ocultar
que has pasado sin tropezar
monstruo de papel
no sé contra quien voy
o es que acaso hay alguien mas aquí?
Creo en los fantasmas terribles
de algun extraño lugar
y en mis tonterías
para hacer tu risa estallar
En un mundo descomunal
siento tu fragilidad.
Deja de engañar
no quieras ocultar
que has pasado sin tropezar
monstruo de papel
no se contra quien voy
o es que acaso hay alguien más aquí?
Deja que pasemos sin miedo.

jueves, noviembre 05, 2009

Guerra de los Cien Años....¿sweet november again?

Noviembre, mes de locos. Seguro les suena, sobre todo a lo familiarizados con el mundo educacional o académico (y eso que yo no tengo nada que ver con lo de la deuda histórica, que los que están involucrados en eso sí que viven una vorágine...at both side of the river). En fin, sumado a las mil cosas típicas de esta época, más compromisos sociales interminables y que tienden a juntarse dentro de la misma semana, y peor ¡dentro del mismo día!, vivo un momento complicado en lo personal. Estoy agotada en la mitad de una batalla, con ganas de rendirme y salir huyendo a Narnia, pero no se puede, life is a battlefield, I know, but I´m really tired and afraid of the end.
De mi curso polémico ya no voy a referime más, ¡porque ha sido un partooo! (sí, los dos atados han sido en el mismo curso, ¡horror!, ¿no?), pero por suerte, lo demás, laboralmente hablando, va muy muy bien. Incluso ese curso se está desarrollando normalmente, con un quórum pequeñito, pero participativo y que aporta mucho.
Es una guerra pequeña, comparada con la Guerra de los Cien Años, que es mi forma metafórica de llamar a una grave prueba que me ha puesto la vida. Le llamo así, porque fue violenta, traicionera, con grandes treguas, ataques sorpresa y pérdidas progresivas. ¡Ojalá aquí apareciera Juana de Arco y nos liberara del yugo! El yugo acá, por supuesto, no son los ingleses del Príncipe Negro, sino una maldita enfermedad. No mía, afortunadamente soy achacosa pero sana, sino que de un ser muy querido. Ya viví una situación similar hace siete años, una guerra que me desangró, pero no logró botarme. En ese entonces me pasó igual que ahora: épocas de grandes treguas y luego la batalla de Poitiers...ufff! al final, todo acabó con el Tratado de Troyes...ahí se produjo el fin, Juana de Arco no llegó. Ojalá esta vez fuera diferente, pero no puedo cegarme a la realidad, como tampoco hizo entonces.

lunes, noviembre 02, 2009

No comments

Necesito compartir esto, porque estoy realmente anonadada, es una situación que realmente, no logro comprender. Yo hago varios cursos, entre ellos el que hago actualmente en mi casa. Y la semana pasada, inesperadamente, un alumno decidió dejar el curso, porque descubrió que el curso no era lo que esperaba: él buscaba algo más de cultura y sociedad, en lugar de la historia política que yo explicaba. Le expliqué que sólo faltaba una clase para empezar con cultura y sociedad, pero no quiso seguir. "No es lo que esperaba" me dice, que no le gusta la "historia de los historiadores" (no sé entonces qué tipo de Historia le gusta), pero resulta que tuvo acceso al programa 2 meses antes del inicio del curso. Osea, tuvo tiempo para leerlo y releerlo, antes de tomarlo. Y no sé si no lo entendió, porque yo me preocupo por hacerlo lo más claro posible y lo he cumplido.

Para mí, ésta es una actitud propia de alguien que no sabe lo que quiere. Quiere tomar un curso, por cultura general, pero no sabe qué tomar y si en la mitad el curso le aburre (a pesar de mis esfuerzos por hacerlo entretenido), lo deja. Le expliqué cómo la segunda parte trataba de cultura y sociedad, pero dijo no querer seguir, porque pensaba que en el tiempo que queda, no se daría el tema entero y que diciembre era un mes complicado (cuando resulta que el curso acaba a mediados de diciembre, antes de la vorágine navideña).

Yo no entiendo el dejar las cosas a la mitad. Yo si tomo un curso, después de leer el programa y me doy cuenta de que no era lo que quería, me paso de tonta. No le echo la culpa a quien lo ofrece. Pero que me venga a insultar la historia de los historiadores, criticando el hecho de que uno explique la sucesión de acontecimientos y fechas (es historia política, porque la primera parte es Política Europea), no sé que pensó que era. Además, si le aburría la historia política, podía comentarlo antes o darse cuenta antes. Su único comentario fue hace unas semanas, cuando me preguntó que porqué no enfatizaba en la vida cotidiana de las personas comunes y corrientes del período estudiado y le expliqué cómo eso se vería en la segunda parte, a través del arte, la religión, los problemas de la época, etc. Pasan unas clases y me sale conque se va. Y tan estúpidamente, que lo hace justo antes de comenzar el tema que más acerca a lo que le gusta.

Me desilusionó. Era un alumno muy interesado, participativo, un gran aporte. Además, un caballero. Der hecho, todo me lo planteó con muy buenos modos. Pero igual, su actitud me dolió. ¡Es que no lo entiendo!¿Cómo no se da cuenta de lo que quiere? Es como si yo, quisiera tomar un curso de literatura y viera uno cerca de mi casa y a buen precio, porque quiero aprender a escribir cuentos. Veo el programa y el curso se llama "Introduccíón a la poesía chilena" y hablara de Neruda, Tellier, Guzmán Cruchaga, etc., para terminar con un taller de redacción de poemas. Y en la mitad, casi acabando las clases de poetas, lo dejara porque "yo quiero escribir cuentos, no recitar poesía", ¡Absurdo! Si fuera así, lo dejo en la primera clase, ¡no después de dos meses! Y para aprender a escribir cuentos, la teoría poética igual me sirve. Acá pasa algo similar. Si lo que le interesa es un curso de "Vida cotidiana en la Edad media" (tema que no trabajo, aunque otros lo hacen estupendamente, yo me voy más hacia religión, arte, educación, filosofía y actitud ante la muerte cuando veo cultura y sociedad) y saber cómo vive el campesino y el artesano en el siglo XIV, es mucho mejor saber antes qué realidad política y cultural vivía ese artesano o campesino.

Es cierto, la historia política ya no es el único enfoque historiográfico (de hecho, en mis investigaciones, me inclino más hacia mentalidades), pero para iniciarse en el estudio de la historia, es "la columna vertebral". ¿Cómo entender la mentalidad del campesino francés del siglo XIV sin comprender el feudalismo, la crisis política de su país, las crisis económicas, las revueltas que organizaron, quiénes les gobernaban, en qué creían y qué educación tenían? Me parece más válido comenzar con eso y no con el "cómo viven, qué comen, cuánto viven, etc."

Osea, he llegado a pensar que abandona el curso por otras razones y, como no quiere decirme (que además no tendría por qué), saca esta excusa. Hubiese preferido un simple "por razones personales, abandono el curso" y bien. Pero no esta divagación teórica, cuestionando la calidad del curso, cuando ha sido exactamente lo ofrecido en el programa. Sobre todo, porque el único que queda pésimo es él. Como un indeciso, que no tiene idea lo que quiere o peor, como alguien tan ignorante, que no comprende un simple programa cuando lo lee. Prefiero pensar lo primero. Pero prefiero pensar que algún problema de otra índole tiene que le impide seguir asistiendo a clases y prefirió inventarse este descontento. Porque (y perdón por lo repetitiva) ¡no me cabe en la cabeza que, sabiendo a lo que iba, después de dos meses, "decida" que no es lo que quiere! Osea, era mejor acabarlo, aunque no fuera lo que buscaba aprender, si igual le sirve de base para ese futuro curso que anhela tomar. ¡Quedaba un mes y medio! ¡De un curso de tres meses y medio! El absurdo más grande.

Y lo que parece casi chiste es lo de la "historia de los historiadores", me dijo que el problema no era mío, sino de todos los historiadores. Eso sí que es injusto. Si le lateó mi curso, ¿porqué mete a todos mis colegas en el mismo saco? Además, claro, lo que le molestó es que en historia política siempre hablara de reyes y no de "gente normal", ¡por Dios! historia política medieval...obvio que los protagonistas son los gobernantes...¿y quienes gobiernan? las grandes dinastías europeas. Y si el tema es "cambios dinásticos", ¡obvio que hablaré de reyes, no de mercaderes!

Y si la historia política es la columna vertebral de la historia, es por una razón mucho más válida que el capricho de los historiadores (que es lo que da a entender al decir "la historia de los historiadoes"): es porque donde más fuentes se encuentran es en crónicas reales, documentos de cancillería e historias, encargadas por esos reyes. Diarios de vida de un campesino no tenemos, es una lástima, pero es así. De hecho, la historia de esos grupos hoy se estudia, pero a través de otras fuentes (religiosas, institucionales, etc), y es difícil de reconstruir. Además, no es mi tema. Yo estudio lo político y lo religioso. En eso me he concentrado. Y respeto mucho a quienes rescatan la historia de los grupos sociales más "olvidados". Pero como los respeto tanto, considero que mis conocimientos en esa área son muy precarios como para dictar un curso y por eso no ofrezco esos temas en mis cursos. A medida que aprendo más, los voy incluyendo, porque me parece poco serio desarrollar en profundidad un tema del que no sé mucho.

Nunca me había pasado algo así. No se crean que no he recibido críticas y que soy incapaz de aceptarlas. ¡Para nada! Soy de lo más autocrítica y me gusta que me hagan saber los comentarios, tanto buenos como malos. Que hablo muy rápido, que me voy por las ramas, que doy demasiados detalles, etc. Está bien, lo acepto e intento corregirlo. Y si no alcanzo a acabar el programa y me alegan, ¡están en su derecho! Son críticas que acepto, porque son constructivas y me ayudan a hacerlo mejor. Pero que me salgan conque "no es lo que quería", cuando antes tuvo acceso a los temas a desarrollar...GRRRRRRRRRRRRR!

jueves, octubre 29, 2009

All I need is just a little patience!

No puedo entender a la gente que no sabe lo que quiere. Así que trato de tener paciencia nomás. ¡Por Dios que es difícil!

viernes, octubre 23, 2009

Semana Medieval

Este jueves y viernes se celebró un Coloquio de Estudios Medievales en la Universidad de Chile, titulado "Grandes Medievalistas". Estuvo muy entretenido e interesante, tuvimos la oportunidad de presentar nuestras biografías, intercambiar ideas y compartir dos jornadas muy agradables. Además, coincidió con la visita del historiador inglés Robert Bartlett, autor de "The Making of Europe". Ofreció varias conferencias en Santiago y Viña, donde habló acerca del culto de los santos y cómo eran ilustradas las diferentes etnias de la Edad Media, particularmente en los siglos XII y XIII.
Quedé muy contenta, porque además de que mi ponencia tuvo bastante aceptación, me impresionó la gran convocatoria que tuvieron todas estas actividades. Me agrada el gusto de los estudiantes por la Edad Media y veo varios estudiantes muy motivados. Hace unos meses escribí acerca de ese mismo tema, impresionada por la motivación de los estudiantes, contrastándola con la apatía de mi generación. Pero eso se debe también al legado de los "maestros", de los fallecidos, de quienes hablamos estos dos días, pero también de los vivos, muchos bastante jóvenes, pero que ya están creando escuela. En mi otro blog, www.cursosdehistoria.blogspot.com, publicaré el homenaje que hice a mi profesor Julius Kakarieka en el coloquio de hoy.

martes, octubre 13, 2009

Fin de semana como pocos


Después de mi ira del viernes por la mañana, de la cual no volveré a referirme (ya me desahogué lo suficiente), partí por la tarde a Viña, porque tenía un matri allí el sábado. Faltan palabras al tratar de describir lo delicioso de este fin de semana, ultrarelajado. El aire marino y la comida rica nos hicieron de maravilla, en Santiago quedaron todas las penas y rabias, en la playa todo fue pasarlo bien y descansar. Pero de verdad, desconectarse.

Un fin de semana con todo: carrete, descanso, playa, fútbol (glorioso, y aunque no soy futbolera, merece un recoocimiento). De hecho, ver un partido clasificatorio tan decisivo como ése en pantalla gigante en medio de un matri fue...surrealista, entretenido y por suerte ganamos, si no, no sé que hombres insoportables habríamos tenido.

Punto aparte merece nuestro hotel, en pleno Reñaca, pero en medio del bosque. Ningún ruido molesto, un ambiente muy relajado ¡y lo mejor! un Spa espectacular, con excelentes masajes y piscinas temperadas. Absolutamente reponedor, ideal para desconectarse de todo.

viernes, octubre 09, 2009

Furiosa!

Esta entrada está titulada de una forma un poco amenazadora, aunque mientras escribo, estoy muy tranquila. Mi furia es con algo específico, pero estoy tranquila, porque sé que la forma en que hice las cosas fue con buena intención y yo, como siempre, me esforcé al máximo. Pero, cuando haces un trabajo en conjunto con otras personas, a quienes uno desde siempre fue con claridad, dejando sus reglas del juego muy explicadas, y son los otros quienes las cambian a cada rato, uno se aburre. Se aburre de escuchar quejas, de no recibir lo que en principio se pactó, y prefiere alejarse.
Yo dejé las reglas del juego claritas desde el principio: envié oportunamente programas, establecí quórum mínimo y propuse un precio. Todo me lo aceptaron. Pero, de a poco, comenzaron a ir demostrando su desorden: cuando ya llevaba un mes y medio promocionándolo, me obligaron a subir el precio. Eso hizo que mucha gente obviamente desistiera, eso es poco serio. Después, llegaron dos personas a inscribirse y nadie las atendió, porque "nadie tenía los programas" (cuando yo los mandé cuando correspondía, mucho antes de empezar a promocionar el curso). Eso también molesta a la gente. También, me jugó en contra una mala fama anterior que se hicieron con otras personas, al no avisar cuando los cursos comenzaban o no. Eso no se hace.
La semana anterior al comienzo, me hicieron ver su inquietud, al no haber logrado el quórum mínimo y yo les expliqué que, si éste no se cumplía, el curso No partía. Pero ellos, por quedar bien con quienes ya habían pagado, prefirieron comenzar con menos. Obvio que con menos del quórum mínimo, no se verían beneficiados económicamente. Pero, prefirieron partir igual. Y entonces, yo pensé que ellos no buscaban el lucro, sino la promoción cultural. Y me quedé tranquila, haciendo mis cursos feliz, con poca gente, muy interesada por lo demás.
Hasta la última semana de septiembre, se demostraban encantados conmigo. A veces se quejaban del bajo quórum, pero me daban a entender que seguíamos. Y a princiopios de octubre, tras recibir las inscripciones de los alumnos, me dicen que no pueden seguir así y que deebo llevarme el curso a otra parte. De hecho, me lo llevo a mi casa, y feliz. Pero, me molestó que no fueran capaces de dar la cara frente a los alumnos y les hayan recibido la plata igual (aunque después me la entregaron a mí) y fueran tan cínicos. No soporto las dobles caras. Palmaditas en la espalda y luego puñales. Así no se hacen las cosas. Por eso, con ellos, ni a la esquina. Nunca más.

jueves, septiembre 24, 2009

De todo un poco: reflexiones desordenadas (casi una "corriente de conciencia")

Últimamente, pareciera que la tierra gira cada vez más de prisa, el tiempo simplemente vuela y no sé en qué momento ya cumplí un año de casada, el 18 vino y se fue, y se acerca un octubre del terror, con mil plazos que cumplir, que además recuerda que el 2009 ya casi es historia y es necesario comenzar a planificar el 2010, que yo, por lo menos, no tengo muchas ganas de que llegue por ahora. Más adelante talvez escriba otra entrada acerca del famoso "bicentenario" ad portas...tengo una postura un poco díscola al respecto, jejeje ( que no me hace menos patriota, por cierto).
Además, esta primavera indecisa, que aún no se decide a mostrar todo el esplendor de sus días de sol y calor, ya nos regala sus primeras flores. Pero con ello, la cara más fea de la estación más romántica colorida y poética del año: las alergias, que a mí por lo menos, me tienen funcionando a media máquina. No sé qué haría sin Aerius...si alguien conoce tips y secretos de naturaleza para contrarrestar el nefasto efecto congestivo que ejerce el polen sobre mis ojos, garganta y nariz, bienvenido sea. Por eso, a veces prefiero el otoño, con sus hojas amarillas maravillosas, un clima igual de agradable, ¡pero sin alergias!
Ayer, como muchos chilenos, ví el famoso debate. Y me pareció un asco. De partida, algunas preguntas me parecieron malas y otras estaban mal formuladas. Otras me parecieron realmente excelentes. Pero en general, las respuestas no estuvieron a la altura. Por una razón muy simple: no respondían a lo que se preguntaba, secos para irse por las ramas. Independiente de mi postura política, la que me niego a develar, me pareció que Arrate y Henríquez- Ominami fueron los que mejor respondieron, aunque no siempre comparta sus ideas y argumentos. En cambio la guerra de descalificaciones desatada por los otros dos me pareció añeja, rasca y como de niños chicos. Me hubiese gustado una mayor altura de miras, menos descalificaciones y más respuestas "al hueso", más propuestas concretas.
En fin... no nos daremos cuenta y estaremos en marzo, presenciando la investidura de...hagan sus apuestas. Aunque suene a cliché, ojalá que el que salga, logre arreglar varias embarraditas que se arrastran hace décadas. Yo por eso, me niego a ser como esos jóvenes "ni ahí con la política". Aunque ninguno de los cuatro me parece un Mesías para Chile, votaré por el que me parezca mejor, que esté asesorado por los que crea mejores o, en su defecto, "por el mal menor". En todo caso, como historiadora (y medievalista, más encima), sé perfecto que ningún gobernante es la panacea, todos tienen claroscuros.
Basta de política, la vida por aquí va bien, tranquila luego de meses agitados. ¿Época de grandes treguas? talvez, eso espero, para vivir un "bicentenario" tranquilo y poder sacar a flote vaarios proyectos (personales, laborales, académicos, etc. ) En medio de esta tregua, nació un niño maravilloso, mi ahijado, que nos tiene a todos chochos. Talez él me enseñe a perderle el nervio a las guaguas chicas, cuyo porte minúsculo y actitud indefensa me impiden hasta tomarlos en brazos. Y me ayude a sacar un lado más tierno, que a veces en medio de tanta batalla olvido que tengo.
Independiente de la porcina, varios problemas familiares (las famosas batallas) y algunos retrasos en mis proyectos, este ha sido un año de lo más fecundo, pareciera que vivimos un "baby boom", además de una verdadera pandemia de matrimonios. Si prácticamente una vez al mes o incluso dos, debo arreglarme de glam princess para ir a celebrar con amigos o primos que se han decidido, felices como yo, a "pisar el palito". Pero, ya casi en octubre, y sin ánimo de hacer balances anticipados, el año se ha ido desarrollando bien, poque casi todas las batallas se han ganado y casi todos los proyectos han resultado.
Mi último año de veinteañera (¿horror? no, porque no se me notan los años, gracias a mi pretensión y también a la genética, jejeje) es este 2009. Y mi inquietud ante los 30 no es tanto el sentir que me hago vieja, esas son payasadas. La edad es la que sientes, no la que dice el carnet. Mientras mi espíritu se mantenga joven y guerrero, estamos regio. La inquietud viene por replantearse si lo que hoy estoy haciendo es lo que quiero hacer el resto de mi vida. Y la respuesta es si, porque me encanta y aunque obviamente busco proyectarme y evolucionar más, creo que es el camino correcto. Tampoco soy de las que diseñaron un plan de vida a los quince y se amargan al ver que a los 30 no son la súper ejecutiva con cuatro hijos y pinta de supermodelo que imaginaron que serían. Porque para mí, "se hace camino al andar", como diría el gran Machado. "Sin pausas, pero sin prisas" dice Melendi. Esas dos frases, de personajes tan distintos definen bastante bien mi actitud ante la vida.

viernes, septiembre 04, 2009

Antes del amanecer

Hoy leí una frase que me quedó dando vueltas: "el momento más oscuro es justo antes de que amanezca" y por Dios que es cierto. Porque en este campo de batalla que es la vida, cuando libramos una de esas cruentas batallas donde nuestra esperanza parece ser el única arma que nos queda, lo peor viene justo antes de que todo se solucione. O a veces, después de una gran derrota, porque a pesar de que siempre juguemos a ganador, hay momentos en que nos toca perder, viene el silencio, más temible que la misma batalla...pero después de ello, viene la calma, el "renacimiento", el rearmarse desde las cenizas o los escombros.
Yo viví hace algún tiempo un momento donde parecía que me perdía en la oscuridad: todo salía mal, nada resultaba, pero siempre, hasta en el momento de mayores tinieblas, había un rayo de luz que me hacía seguir adelante y alimentar mi fe y esperanza. Y cuando todo parecía irse a la cresta, cuando pensé que nunca más me quitaría la pintura de guerra, todo evolucionó y pasé meses muy muy tranquilos. Y tras la tranquilidad, vino la prosperidad. Y cuando todo se parecía perfecto, una nueva batalla se desencadenó, para recordarme que el Paraíso acá en la tierra no existe, que por un lado nos da, pero por otro nos quita. Y me carga decir "así es la vida", por lo cliché, pero es cierto que lo es.
Hoy vivo las primeras horas de la mañana, aunque algunas nubes se asoman a lo lejos...

viernes, agosto 14, 2009

Al niño que conocí y que hoy ya no está

Ya no sé que pensar, ya no qué decir, estoy absolutamente consternada y muy triste. El viernes por la tarde recibí una noticia muy triste. Fue entonces cuando comencé a escribir esta columna, en medio del dolor irracional. Por eso, no la publiqué de inmediato, porque sé que a veces el dolor nos enceguece. Esperé a estar más tranquila, para expresar mis sentimientos de una forma serena, aunque triste, pero sobre todo, respetuosa. Que fuera una forma de despedir y homenajear al que se fue, para ese niño que conocí cuando tenía 11 años. Recuerdo la primera vez que lo ví: un niño de cuatro años, de preciosos ojos oscuros, muy expresivos.

Quise escribir para deshagorme, para sacarme la profunda pena que siento por su partida. Hace más de siete años que no lo veía, pero eso no hace que duela menos. Conozco mucho a su familia, que son personas muy cariñosas y preocupadas, de los que siempre están ahí, tanto para celebrar nuestras alegrías, como para consolar nuestras penas. No quería hablar del tema, pero siento que si no lo hago, explotaré. Saber que un niño al que viste crecer, al que viste reír, que vivía en la casa de al lado, que jugaba con tus hermanos chicos, ya no está, es demasiado triste. Me destroza, me da demasiada impotencia, demasiada rabia, ya no entiendo qué pasa en este mundo. ¿Por qué Dios se ensaña con la gente buena?

El tema de la muerte es un tema que siempre me asustó y que, como buena occidental del siglo XXI, siempre rehuí e ignoré. Pero, por alguna razón, al comenzar a estudiar el mundo medieval, empezó a llamarme la atención la cotidianeidad con que en esa época se enfrentaba la muerte y cómo se exhortaba para enfrentar ese momento con tranquilidad. Me llamó la atención, sobre todo por el contraste con el mundo actual. Y estudiando, aprendí que esa actitud era mucho más correcta que la de hoy. Pero, no dejo de enrabiarme cuando un joven muere. No puedo aceptar que alguien con toda la vida por delante se vaya tan luego.
Un niño maravilloso, tierno, creativo, amante de la naturaleza y los animales. Muy entregado a la hora de demostrar su cariño por sus seres queridos: excelente amigo, buen hermano, hijo preocupado y cariñoso. Comprender las razones de su partida es difícil, sobre todo porque se veía tan completo como persona, lleno de fe y de proyectos. Como dijeron sus amigos en su funeral, él quería volar, como las aves a las que tanto amó. Sé que cuando alguien parte, lo peor es para los que deja atrás. Y para ellos hoy, un gran abrazo, un gran beso y todo mi apoyo. Me duele lo que están viviendo, me duele que les halla pasado a ellos. Admiro la entereza con que han enfrentado esta partida: los ví tristes, destrozados, pero con grandes esperanzas y fe. Una familia que sabe que siempre ha entregado lo mejor por los suyos y sabe que esto es una prueba, difícil de entender y de enfrentar, pero que sabe que ésto finalmente los fortalecerá más que nunca, ahora con su niño que los cuida desde algún lugar. Apoyo no les falta para encontrar fuerza y consuelo, y eso se vio con la gran cantidad de gente que fue a despedirse, más allá de los compromisos sociales. Gente como yo, que sentía que debía estar con ellos, de corazón, tal como han estado siempre. Para tí, querido niño, te deseo que vueles feliz con tus aves, mientras desde allá, nos ayudas a cuidar a los tuyos.

lunes, agosto 10, 2009

Situaciones Dolorosas

Hoy ando inspirada. ¿Será la melancolía del invierno la que me inspira? No creo, hoy el día estuvo maravilloso y todo va bien en mi vida, salvo el pequeño incidente del post anterior y un familiar que está muy enfermo. Life isn`t perfect aniway, but that´s the way it is. El post anterior fue para desahogarme de algo que hasta ahora, no había tenido tiempo en meditar. En fin...las batallas de la vida. Pero, mientras escribía eso, no podía dejar de pensar que hay problemas mucho mayores en la vida que un evidente alejamiento de una amistad de años.
Lo pensaba mientras escribía, recordando una grave situación que vive un conocido mío. Tras un quiebre matrimonial doloroso, escandaloso y bullado, su relación con sus hijos se deterioró mucho. De hecho, sólo mantuvo la tuición de su hijo menor, muy pequeño y muy apegado a su madre. Los otros, ya adolescentes, se pusieron del lado del padre. Yo no sé detalles, ni me interesa saberlo. Sé que ambos cometieron errores y que para todos, sobre todo para los niños, debe ser terrible. Pero, la situación cada vez se vuelve peor y ahora sus hijos, no sólo tomaron partido por el padre, sino que rechazan a la madre, descalificándola en público.
Es triste ver cómo una madre pasa por una situación así. Talvez ella cometió errores, pero ciertamente no merece un rechazo de ese calibre por parte de sus hijos. Me hace pensar que el padre está tan dolido, que los ha puesto en contra. Y eso no debe ser así. Creo firmemente, que cuando un matrimonio se acaba, si la ex pareja quiere matarse (en sentido figurado) es problema de ellos. Pero jamás deben caer en criticar al ex delante de los niños o en hablarles mal del otro. Creo que es importantes para una persona tanto la imagen materna como la paterna. Y si uno de los padres ha sido de lo peor como pareja, eso no significa, bajo ninguna circunstancia, que sea un mal padre. Muchas parejas caen en ese error. Obviamente, hay situaciones de violencia, desequilibrios y vicios que afectan una relación y además pueden afectar a los niños.
Es terrible que una persona deba recurrir a la justicia para solucionar sus asuntos familiares. Está muy bien que existan los tribunales de familia, porque desgraciadamente, estos problemas existen constantemente, pero si lo analizan: ¿cómo va a ser posible que dos personas que se quisieron, que formaron una familia, ahora recurran a la justicia para decidir cómo organizar sus tiempos con sus hijos? Eso deberían ser capaces de conversarlo civilizadamente. Pero no suiempre es así. Por eso existen los tribunales y está bien que existan, no cuestiono eso. Cuestiono la capacidad que tiene el ser humano para odiar, despreciar, despotricar e intentar perjudicar lo mayor posible a una persona que amó, pero que lo lastimó. ¿Hasta qué punto llega el rencor? ¿Hasta cuándo veremos ex parejas perjudicándose y sacándose los ojos, manipulando a los hijos como botines de guerra? Lo encuentro terrible. Yo soy hija de padres separados. Sé lo que es. Sé lo que se siente. Pero agradezco a mis padres por hacer su separación de forma civilizada y sobre todo, por no involucrarnos. Nosotros tenemos nuestra postura sobre lo que ocurrió, nuestra opinión y sabemos que en eso, nunca se puede hablar totalmente de una "víctima" y un "culpable", que a veces hay uno que las caga más que el otro, pero a veces, para que se llegue a eso, es porque la relación ya agonizaba. Y, como dije en mi post anterior, una relación agoniza porque los involucrados ya no la alimentan. Es bilateral. Pero, en el caso de una relación de pareja, los niños jamás deben ser ni mediadores ni parciales. Y los padres no deben caer en eso, aunque a veces por desahogarse con alguien, acuden a sus hijos e inconscientemente, los vuelcan de su lado. Por favor, eviten eso. Acudan a amigos, padres, hermanos o a un psiquiatra. No a sus hijos.

Renuncias

Las batallas continúan. Y ya he descubierto cuál es mi batalla más dura: la renuncia. Siempre creí que era la paciencia o la tolerancia. Talvez ésas me cuestan mucho, pero no duelen como la renuncia. Dejar algo atrás se hace muy difícil. A mis sueños no renuncio jamás, por muy imposibles que sean. Pero renunciar a los amores, a las amistades, a los trabajos, a un estilo de vida, es complicado. Por estos días decidí renunciar a una amistad de años. Porque me hace mal. Porque no puedo seguir tratando de mantener algo que ya murió. Para mantener una amistad, se necesitan dos. Yo no puedo enojarme si el otro no llama, si yo tampoco llamo. Y como los esfuerzos, en los últimos dos años, por reunirnos y acompañarnos, los he hecho yo, y siempre recibo reproches por no llamar, me aburrí, no llamo más, no insisto más, no invito más.
Cuando ya no sabes qué esperar de una persona, cuando te manipula que ya no la pescas, pero después te deja plantada, ya no queda nada más que hacer. La amistad se murió. Con ella pasa lo mismo que el amor y que con cualquier relación: hay que mantenerla, con esfuerzo, reciprocidad. Es una relación bilateral, de a dos. Cuando deja de alimentarse, muere. Mi amistad agonizó estos dos años, y yo decidí darle el golpe de gracia. No soy confrontacional, no me peleo con casi nadie, pero cuando alguien me hace daño o me agota, me alejo. Y así ha sido. Después de un episodio, "me cayó la teja" de que esa persona ya no es mi amiga. No fue nada terrible, no le guardo ningún rencor y talvez nuestros caminos vuelvan a cruzarse. Pero, en este momento, no quiero seguir insistiendo en mantener una amistad donde soy la única que se esfuerza. Y me da pena, sobre todo porque creo que ella no está bien. Pero ya no puedo ayudarla. No puedo así, no sé si esa persona la que me alejó de su vida y que terminó por cansarme con sus actitudes envidiosas y amargadas. Es triste para mí no llamar más, pero no lo hago y hace un mes me he mantenido firme, porque sé que no saco nada.

viernes, julio 31, 2009

Life is a battlefield

La vida es un campo de batalla. Sé que suena a parafrásis de una conocida canción de los '80, pero es justo lo que siento en esto momento. Citando otra canción "when everything feels like the movies, you bleed just you know you are alive". Todo en la vida significa lucha y esfuerzo. Desde el principio: la concepción de un niño es un milagro, y que llegue a desarrollarse, para luego nacer, lo es más aún. Por eso, amamos tanto la vida, porque es un regalo. Un regalo por el que luchamos toda la vida para que sea feliz, plena, virtuosa, placentera y duradera.
Pero, Dios constantemente nos recuerda que la vida es un regalo y nos hace hacer méritos. Nos da nuevas batallas que enfrentar. Por eso, creo que la vida es un campo de batalla. No lo digo de forma pesimista, de ningún modo. Creo que debemos enfrentar con valor cada una de esas batallas. Algunas las ganaremos, otras no. A veces, quedaremos tan desconcertados con el resultado, que creeremos que fue un empate. Pero siempre, bajo cualquier circunstancia, hay que seguir peleando. Hasta el final, hasta el último aliento.
Siempre he pensado así, y cuando he olvidado eso, tratando de creer que mi vida es como un cuento de hadas, la vida se encarga de recordarme que este soldado sólo estaba de vacaciones. Nunca podemos guardar la armadura, aunque a veces nos la quitamos un ratito, para celebrar o descansar. A veces, creemos que no podremos enfrentarlos. Entonces, lo peor que podemos hacer es ignorar la batalla o evadirnos de lo que pasa. Si hacemos eso, la derrota es segura. La huida antes de la batalla es la peor derrota.
El hecho de que la vida sea un campo de batalla y que constantemente nos ponga tantas trabas en el camino, no hace sino hacerla más valiosa. ¿Cómo podríamos apreciar la risa si nunca hemos llorado?

viernes, julio 10, 2009

The Old School Yard

Recuerdo que en la película de Richard Linkater, Rebeldes y Confundidos (también traducida como Generación Cool), el protagonista decía a sus amigos que si alguna vez le oían decir que los mejores años de su vida fueron los escolares, porfavor alguien le recordara suicidarse. A mí, que la primera vez que ví esa películoa tenía 14 años, esa frase me marcó. Porque yo odiaba el colegio. Nunca fui de esos niños idílicos que van felices al colegio, que tienen miles de amigos y hacen las tareas, se ponen su delantal y todo con su mejor sonrisa, sin cuestionar nada. Yo no era así. Nunca lo fui. Expulsada de la sala de clases en kinder, por negarme a cantar una canción melosa que nos enseñaban para cantar para el día de la Madre. Siempre perdía el delantal, olvidaba las tareas y como usaba anteojos con parche, no era muy popular entre los demás niños. Y mi malgenio tampoco ayudaba. Es que además, cuando tienes algo que te hace distinta, y el resto te molesta por ello, debes defenderte. Así comenzó mi fama de malgenio, que hasta el día de hoy me acompaña. Y hasta me gusta un poco, porque me da todo un aurea de respeto, como que la gente me tiene miedo. Y no me molestan. Genial.
Al ir creciendo, se acabaron los parches y las burlas. Tenía amigas, pocas, algunas muy buenas y otras que prefiero olvidar. No es culpa de ellas ni mía. En ese sentido, soy rosseauniana, le echo la culpa al contexto en el que crecimos. Un ambiente donde las apariencias y lo material era lo más importante. Superficial, falso y uniforme. Todas fueron creciendo, idénticas como gotas de agua: vestidas iguales, peinadas igual, usaban la misma mochila, los mismos zapatos, los mismos vestidos en las fiestas y todos sus pololos y amigos eran iguales, pensaban igual, iban a los mismos colegios, manejaban los mismos autos, vivían en los mismos barrios y veraneaban en los mismos lugares. Yo, que era un poco distinta, era tachada de rara. Y cuando demostré mi tedio ante tanta falsedad, superficialidad y uniformidad, me dijeron amargada. Es lo que hay. Yo hacía mi vida por fuera de esa burbuja. Siempre lo hice y pasé por varias fases. Como buena adolescente, algunas de ellas fueron ridículas y patéticas. La peor de ellas fue aquella en la que traté de ser como las otras florecillas del jardín: nunca me sentí más miserable y hueca. Y por eso, a los 16 decidí simplemente ser yo misma. Gustase a quien le gustase. Jamás volvería a hacer algo por obligación ni a decir lo que sentía. ¡Ojalá pudiera seguir viviendo así! Hoy soy adulta, y como tal, muchas veces hacer lo que no queremos es un deber y como adultos, madura y responsablemente lo aceptamos.
Llegó un momento en que lo único que quería era egresar de una vez por todas de ese colegio, para no ver nunca más a nadie. Pero, después me di cuenta de que, tras esa máscara de superficiales y clones, se escondían niñas muy dulces y generosas. Aunque jamás pude llegar a un nivel de amistad demasiado profundo con ellas, aprendí a quererlas. Y de vez en cuando las veo y disfruto de su compañía. Ahí fue cuando descubrí que a pesar de mí, de que yo jamás sería así como eran ellas, porque valoramos cosas distintas de la vida, igual era una de ellas. La oveja negra sigue siendo parte del rebaño. Aunque bajo su piel se esconde un lobo. Me dí cuenta de que por algo el destino me puso ahí. Para aprender a adaptarme hasta en el lugar más opuesto a mi forma de ser. Para tolerar lo que no entiendo y aceptar opiniones impensables para mí.

martes, julio 07, 2009

Nostalgia

Vivo una semana muy nostálgica. Mientras almuerzo, prendo la tele para ver noticias y no puedo dejar de sentirme invadida por la nostalgia. Escribo mientras escucho a Brooke Shields hacer un tributo a Michael Jackson en su funeral. Nunca fui una gran fanática del Rey del Pop, pero es imposible en estos días abstraerse de la triste noticia que sacudió el mundo entero. Imposible abstraerse, porque la prensa y los medios de comunicación no nos dejan y porque, a pesar de lo extraño que era, a pesar de las horrorosas acusaciones que se le hicieron, y de todos los rumores y misterios que le rodean, Michael Jackson dejó un legado en la música contemporánea que es inpensable no dejar de reconocer, admirar y se merece se homenajeado.
Yo nací en 1980. Por lo tanto, se podría decir que crecí con Michael Jackson. De chica, morí de miedo al ver Thriller, y un poco más tarde intenté copiar sus coreografías, con resultados desastrosos, ya que nunca se me ha dado muy bien el baile. Y el gran "We are the world" hasta el día de hoy me hace llorar de emoción. Ya entrada en la pubertad, aluciné con el video de Black and White. Michael cada día era más blanco y sus drásticos cambios generaban dudas. Poco después vendrían las acusaciones de pedofilia.
A los 13 años, este personaje me perturbaba: admiraba su música, sus videos y sus bailes, muestra de un talento espectacular. Pero me asustaba la forma en que su apariencia mutaba y su misteriosa conducta en su vida privada. Se corrían muchos rumores y para algunos, esas rarezas eran una prueba del crimen del cual fue acusado. No me corresponde a mí juzgar si es o no culpable. Se me hace raro que alguien que siempre fue tan generoso y caritativo abuse a los niños. Aunque tengo claro que sexualmente no era normal, no soy psicólogo ni lo conocí como para saber cómo era realmente. Y tengo la impresión de que él no quería que se le conociera realmente. Talvez era mucho más simple de lo que todos creemos y tanto misterio era sólo para proteger su verdadera intimidad.
Cuando vino a Chile, me cayó pésimo, porque suspendió un concierto y la visita a unos niños con cáncer. Los dejó plantados y los pobrecitos estaban furiosos. Y yo, que no tenía nada que ver, pero que siempre he tenido debilidad por los niños enfermos, me enfurecí también. Además, varias compañeras mías fueron a ese hogar a cantar como coro en esa visita y estaban muy ilusionadas. Pero, pronto olvidamos esa furia al ver el gran concierto que presentó. Espectacular. Vendrían nuevos éxitos y la noticia de sus matrimonios, los nacimientos de sus hijos, nuevas acusaciones, voces que se levantaban a defenderlo, como sus amigos Elizabeth Taylor, Brooke Shields y muchos otros. Con escándalos, misterios y rumores, Michael siguió siendo un grande de la música. Su obra ha acompañado numerosos momentos de mis 28 años de vida.

jueves, junio 11, 2009

Cursos de Historia


A partir de agosto, comienzo dos nuevos cursos abiertos a todo público: uno en la Red Cultural de la UGM: El Esplendor Medieval, en el Colegio San Miguel Arcángel (en Campanario con Paul Harris) y otro en la Junta de vecinos Jardines de Manquehue: Medioevo y Renacimiento. Siglos XIV y XV, en Juan XXIII con Escrivá de Balaguer.
Más información en http://www.cursosdehistoria.blogspot.com/

jueves, mayo 28, 2009

Sorpresas Agradables

El jueves pasado recibí una grata sorpresa. Un email de una amiga, profesora de historia medieval en una importante universidad, invitándome a su clase, para hablarles a sus alumnos de mi tesis de magíster. Yo fui, encantada, además de que en dos oportunidades que se habían organizado allí encuentros de historia medieval, yo no había podido ir, por distintos problemas. Y ayer fui a su clase. Y quedé gratamente impresionada con sus alumnos: además de amorosos y respetuosos, muy preparados. Por el nivel de sus preguntas, las discusiones y debates que plantearon y las nuevas perspectivas que encontraron para abordar el tema. Además que varios de ellos están enfrascados en un maravilloso proyecto en el que yo les presté mi humilde colaboración, porque me cautivó.
Que un grupo de estudiantes, de diferentes universidades, estén creando las instancias para publicar y fomentar nuevas investigaciones, además de difundir fuentes y recursos para el estudio de la Historia Antigua y Medieval, me fascinó. Me encanta ver cómo gente joven se motiva y apasiona tanto con lo que hace. A mí, como profesora, eso me motiva mucho. Y como antigua estudiante, (y no tan antigua, por ese afán mío de querer ser la eterna estudiante), me dieron ganas de haber sido de la generación de ellos. Es que la mía fue de una apatía inmensa. Salvo honrosísimas y espectaculares excepciones. Y no hablo sólo por mi uni, ya que conocí gente de varias universidades. Muy de "ramo pasado, ramo olvidado" (una herejía para un estudiante de historia), muy de quedarse con lo mínimo, ya que su meta era ser profe de colegio (lo que para mí no es excusa, los colegios y sus alumnos agradecen los cobnocimientos de sus profesores).
Por eso yo, una amante perdida de la Historia, cuando supe que estos "niños" (aunque son unos seis años menor que yo, los veo como niños), estaban pidiendo artículos para publicar en su revista, decidí mandarles algo. Y lo seleccionaron entre los trabajos que publicaron. Algo que me produjo una alegría inmensa. Y ayer, el conocerlos personalmente y felicitarles por su precioso trabajo, y el que me dieran las gracias por mi colaboración, fue muy gratificante.
Si les interesa saber más acerca del gran proyecto de estos alumnos, visiten www.orbisterrarum.cl

miércoles, mayo 20, 2009

Descongelando recuerdos

Uno a veces es un poco egocéntrico y egoísta. Te alejas, ya sea por motivos geográficos, de convivencia o lo que sea, de gente con quien compartiste momentos importantes de tu vida. Y sigues adelante, y te pasan mil cosas, tu vida gira en 180 grados. Pero, ingenua o egocéntricamente, crees que aquello que dejaste atrás quedó como congelado en el tiempo. Te parece tan raro ver que amigas de la uni a quienes dejaste de ver hace años, sin pololo, estén ahora, cinco años después, casadas y con tres guaguas, cuando tú, aún las imaginas como las "solteras del grupo", que te hacían reír con sus aventuras románticas fallidas. O la compañerita de cole que era floja, que no ves hace más de ocho años, y ahora te la encuentras convertida en una ejecutiva top, cuando tú te habías quedado con la imagen de ella como la eterna hija de papi.
Son ejemplos extremos y ficticios de lo que ocurre cuando dejas de ver a alguien por un tiempo y luego de enteras de algo de ellos que te desconcierta. Hoy supe que una chica, vecina mía en mis tiempos pamplonicas, se tituló de enfermera. Me alegré mucho por ella, pero me dí cuenta de lo errado que estaba mi recuerdo sobre ella: yo le echaba veinte años y la hacía en segundo año. Y claro, hace dos años era así. Es raro como cuando dejas de frecuentar a alguien, es como si el tiempo se detuviera para esa persona. Hasta que la vuelves a ver o a saber algo de ella y te das cuenta de que no. Y de lo idiota que eres: obvio que si el tiempo, para uno, no pasa en vano, tampoco para el resto. Talvez, esto les parezca muy incoherente, pero a mí me pasa: si te alejas de una persona o situación, su recuerdo queda "congelado" en ese último momento.
Distinto y más desconcertante fue lo que sentí cuando supe que mis dos grandes amigas, aquellas que me acogieron en Pamplona, ya no viven juntas. Y al parecer, no se separaron en buenos términos. Y me dio mucha pena. Y quedé muy impresionada con la forma en que ocurrieron las cosas. Más todavía, cuando me enteré que una de ellas, la que decidió irse, se fue a uno de los pisos donde yo viví, de donde salí destrozada y desilusionada. Y ella, que conoce mi historia, que fue uno de los hombros sobre el cual lloré en mis momentos de angustia, se fue donde ellas. Fue como revivir el mal rato nuevamente. A pesar de que está superado. No pude comprenderla en un primer momento. Después si.
Comprendí que ella, que tanto sufría en una ciudad extraña, con gente tan distinta a ella, se sentía sola. Una soledad que nuestra kuadrilla consiguió aminorar. Pero luego, la kuadrilla se desintegró, a pesar de que cada cierto tiempo nos mandamos emails y mensajitos por facebook. Y de la kuadrilla, sólo quedaron ella, su compañera de piso y otra chica. Esta última también volvió a su país. Quedaron las dos, ambas mujeres muy valiosas, pero diferentes como el día y la noche. Supongo que en algún momento, a ella esta diferencia comenzó a pesarle y volvió a sentirse sola. E idealizó esa "vida familiar" que se vive en los pisos tutelares. En cierta forma, creo que tal vez su vida en uno de sus pisos es lo mejor para ella ahora. Ya que ella fue criada en un ambiente acorde a los principios que se fomentan en esos pisos, a diferencia de mi otra amiga.
Pero yo lo supe meses después, cuando le pregunté a una por la otra, sin saber. En esos meses, nos habíamos escrito tonterías, nos felicitamos por cumpleaños y nos preguntamos por cuestiones amorosas, laborales, familiares o académicas. Yo daba por sentado que seguían viviendo juntas. Volví a "congelar" una imagen. Y por casualidad, preguntando, casi rutinariamente, a una de ellas por la otra, me sale con que ya no viven juntas. Y me quedé plop. Y me dio un poquito de nostalgia. Pero bueno, la vida es así. Y es bueno cada cierto tiempo actualizar y "descongelar" esas imágenes. A mí lo que realmente me importa es que las dos estén bien. Y lo están.

lunes, mayo 18, 2009

Un tributo a Benedetti


Un pequeño tributo al gran Benedetti, recordando uno de sus poemas más lindos: Táctica y Estrategia


Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos

Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos

Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos

Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites
Conocí a Benedetti a los 17 años. A esa edad leí "La tregua". Y me cautivó su forma de escribir. A través de ese libro llegué a su poesía. Yo, en esa época, me las daba de poeta, por lo que leía mucha poesía. Hoy, soy más amiga de la prosa. Pero la obra de Benedetti me fascinó. Su forma de expresarse es tan simple y a la vez tan profunda. Usando un lenguaje sencillo, sin caer en excesivos adornos ni palabras rebuscadas, dice lo que siente.
Hoy alguien dijo, muy acertadamente, que la muerte del poeta no es realmente una pérdida. Porque dejó un gran legado: su poesía. Y ésta, ya está escrita. Y se queda con nosotros para siempre.
Descansa en paz Mario, uruguayo genial.

Tejado de vidrio

Definitivamente, hay gente que no tiene vida. Y parece estar obsesionada por lo que hace el resto. En general, yo no hago mucho caso, pero a veces me siento sobrepasada. Sobre todo, cuando le dan excesiva importancia a situaciones que pasaron hace más de cinco años. En el minuto, está bien tocar el tema, pero "ya pasó la vieja". Por eso, estoy extrañada con lo que me pasó el otro día: se me preguntó, por enésima vez, si cierta persona se había arrepentido de hacer algo que al resto le pareció mal (¡hace más de cinco años!) y cuando les dije que para qué le daban más vueltas si ya fue (con esas palabras lo dije, y en un tono muy relajado), me contestaron que sólo estaban preguntando y no había porqué ponerse "desagradable".
Es curioso que ellos hablen de ser desagradable, porque ellos se creen con el derecho de opinar sobre la vida de los demás y de criticar todo, cayendo pésimo a veces, y no son capaces de aguantar una pequeña crítica. Lo único que puedo pensar es que si son tan cuáticos es porque tienen tejado de vidrio. Como se han dedicado toda la vida a descuerar a todo aquel que piensa y actúa distinto a ellos, y yo les estropeé la oportunidad de hacerlo por milésima vez, fui "desagradable". Claro, soy insoportable por defender a alguien que quiero y comprendo sus actitudes. Si yo no comulgo con su cuática forma de ver la vida, eso no me hace desagradable.
Me tiene chata la intolerancia, el no saber escuchar y el no querer oír lo que no les gusta. A cambio, uno debe tragarse todas las estupideces que dicen y sonreír falsamente con sus supuestas "genialidades". Si uno les trata de parar el carro, es "desagradable". Lo encuentro simplemente insólito. Quedé absolutamente desconcertada. Además, lo dije muy diplomáticamente. Si les hubiese dicho lo que realmente estaba pensando, ahí no habría sido sólamente "desagradable": además habría sido loca, amargada y conflictiva. Seguro.
Yo sé que tengo un carácter explosivo y si me buscan, me encuentran. Lo curioso es que ahora no me sulfuré, sino que intenté ponerle fin a una conversación inútil. Y eso les pareció mal. Simplemente insólito. Es que trato de recordar si mi tono fue insolente, si puse mala cara y no, no lo hice. De hecho, después le pregunté a alguien que presenció la escena y tampoco vio nada raro en mi actitud. Si yo soy así. Es lo que hay. Si les parece desagradable que no quiera pelar, pues que piensen lo que quieran. El problema lo tienen ellos. Que están heridos con la actitud de esa persona, alguien que decidió ignorarlos porque se aburrió de ser constantemente cuestionada y criticada. Y eso no lo soportan. Porque no lo entienden. Porque no lo quieren entender. Porque su capacidad de introspección y autocrítica es nula. Sólo ven a un ser indiferente que se niega a compartir con ellos. Y olvidan las humillaciones y malos ratos que le hicieron pasar.
Pero como para ellos "la familia es lo más importante", no entienden que alguien que se siente incómodo con su familia, sea tan masoquista como para tragarse más críticas y compartir con ellos. ¿Pensaron ellos en la unidad familiar, en la amistad con los parientes cuando descueraban a su propia sangre? No, no lo hicieron. Porque si de verdad lo hubiesen pensado, no habrían actuado así. La lata es que ellos no se dan cuenta de cómo fueron. Porque ellos son así con todo el mundo. Cuando yo entendí eso, dejé de pelear con ellos. Y por eso mismo, mi respuesta fue diplomática. Pero hay gente que no está dispuesta a soportarlos nomás. Sobre todo que ellos se ensañaron con esa persona.
A veces creo que son así porque su constante preocupación por la vida de los demás, su excesiva intensidad a la hora de reaccionar y la crítica eterna, esconden una profunda amargura por cosas que no han logrado conseguir en su vida. Y la forma de evadir sus propios problemas es resaltando los defectos de los demás: la paja en el ojo ajeno. ¡Qué rabia! Y yo, por defender a alguien, paso por desagradable. Me da lo mismo. Mi conciencia está tranquila. A ver si mi serena parada de carros les enseña a dar vuelta la hoja o al menos a buscar temas más actuales con qué pelar a la gente.

jueves, mayo 14, 2009

Doctor House

Una verdadera adicción es para mí esta serie. La primera vez que la ví fue mientras vivía en España, y desde el principio me enganchó. La daban en la Cuatro, los días martes, doblada. Primero el capítulo de estreno y luego tres capítulos de temporadas anteriores. Ahí comenzaron mis desvelos por Gregory House. Mi mamá la veía desde antes y ya me la había recomendado, pero nunca pude verla hasta principios del 2007.
No sé nada de Medicina y por lo tanto, no sé si lo que muestran son chamullos, exageraciones o si en realidad existen enfermedades tan raras o complicaciones tan insólitas. Lo cierto es que tienen una forma de presentar los casos, la investigación y los tratamientos que implican, muy entretenida. Y lo mejor, claro está, es la retorcida personalidad de su protagonista.
Brillante, loco, amargado, drogadicto, enfermo, neurótico, insensible, desconfiado y ateo. Así es House. Hay muchas explicaciones acerca de su extraña forma de ser: su enfermedad, su relación con su padre, su divorcio...de hecho, yo soy una de las reacias a que House se empareje: no me gustó nada cuando salió con Cameron o cuando estuvo a punto de volver con su ex. Le quitan la "esencia" al personaje. Distinto es su eterno coqueteo con su jefa...que en un capítulo de esta quinta temporada se concretó en un beso...que después quedó en nada.
En un mundo donde las diplomacias y lo "políticamente correcto" está a la orden del día, aparece este personaje, que por el hecho de ser una eminencia en diagnóstico médico, se cree con el derecho de hacer lo que quiera y tratar a la gente como se le da la gana. Gozo con sus sarcasmos y su crueldad para tratar a la gente...por suerte no es real. Yo creo que a nadie le gustaría ser tratado así por su doctor. Pero como es ficción, no hay problemas.

martes, mayo 12, 2009

Frases

Un listado de frases, de pensadores, filósofos y canciones que me identifican:

- "Only fly for freedom" (Walk On, U2)
- "Voy caminando por la vida, sin pausas pero sin prisas" (Caminando por la vida, Melendi)
- "Lo que no te mata te fortalece" (Friedrich Nietzche)
- "No busques la verdad afuera, porque está dentro de tí" (San Agustín)
- " La vida es sueño, el despertar es lo que nos mata" (Virginia Wolf)
- "Follow your dreams, always"
- "Soy yo, más fuerte de lo que pensaba" (Aleks Syntek)

jueves, abril 23, 2009

Feliz Día del Libro

Desde chica me gusta leer. Para mí, la lectura es un placer, no un deber. Por eso, escogí una carrera que me demanda horas y horas de lectura semanal: manuales, monografías, novelas, diarios y revistas son devoradas por mis ojos, ávidos de más lecturas y conocimientos. Y hoy, 23 de abril, conmemorando la muerte de Shakespeare y Cervantes, se celebra el Día de Libro. Además, coincide con la fiesta de San Jordi en Cataluña, en la que se regala una rosa y un libro...¡Yo quiero!
Esa es la razón por la cual hoy comienza la Feria del Libro de BAires (una de mis asignaturas pendientes) y en muchos lugares de Santiago habrá ventas de libros. Yo los invito a entusiasmarse con la lectura. Al menos una media hora diaria para leer algo que nos agrade, por placer y no por deber, hace muy bien. Si se trata de recomendar novelas, acá van algunas que me cautivaron: Las Nieblas de Avalón, Cometas en el Cielo, Sidharta, Médicos de Cuerpo y Almas y Crimen y Castigo.

lunes, abril 06, 2009

Felipe

Llegó el otoño, atrasado, pero visitó finalmente Santiago, con esos dos días nublados del jueves y viernes. Pero, el corazón de Felipe no llegó. Su cuerpo se cansó de esperar y ese niño maravilloso hoy descansa para siempre. Ese angelito que logró remover nuestras conciencias y darnos cuenta lo poco solidarios que somos, lo egoístas que podemos ser al aferrarnos a algo que al morir no necesitaremos. No quiero juzgar a quienes pudiendo ayudarlo no lo hicieron. Ellos tuvieron sus razones, y por muy equivocadas que las crea, no estoy aquí para criticarlas. Además que ya no tiene caso. Felipe ya se fue, dejándonos una lección inmensa. Y gracias a su caso, un ejemplo de perseverancia y lucha, muchos decidieron dar vida y se concretaron varias donaciones. Algo que hasta los desolados padres, en medio de su dolor, hicieron ver. Una prueba de la nobleza de esa gran familia.
A mí el tema de las donaciones me llega muy fuerte, aunque afortunadamente, nadie en mi familia ha necesitado de uno. En un momento se pensó que mi querida madre podría necesitar un corazón, pero gracias a Dios no fue así. La primera vez que yo supe que un órgano podía salvar una vida fue a los diez años. Cuando vi el caso de una pobre niña por la tele que, a pesar de su precaria situación económica, viajó a Francia en busca de un hígado que en su país no encontró. No seguí el caso y no supe si la niña, unos cuatro años menor que yo, se salvó. Pero recuerdo haber escuchado con rabia. ¿Por qué debía viajar, débil como estaba, si acá todos los días muere gente en accidentes? A los diez años el mundo parece tan simple y yo, inocente como era, me pareció que si una persona moría, donar sus órganos era natural, ¿de qué le iban a servir? Después, fui creciendo y viendo que las cosas eran más complicadas.
Por años fui asustada con historias de tráficos de órganos. Y hasta el día de hoy no soy donante oficialmente, por miedo a que mi muerte sea precipitada para arrancar mis órganos. Pero, toda mi familia sabe que yo daría mi cuerpo entero a alguien que lo necesite. El resto que lo incineren. A mí no me servirá de nada adonde vaya. Más hasta el momento no puedo hacer. me gusta que el tema salga en el tapete, porque merece ser discutido, para que la actitud de la gente cambia y la ley facilite las cosas.
Cuando viví en España me llamó la atención la solidaridad de la gente con ese tema. No conocí a nadie, exceptuando a los testigos de Jehová (ellos tienen sus razones, basadas en sus creencias, que yo no entiendo, pero respeto), que se negara a donar sus órganos. Cuando yo contaba historias como la de la niña que viajó a Francia me miraban raro: "Pero si ustedes son tan católicos", "si siempre sale en los medios sus obras solidarias como Un Techo para Chile o el Hogar de Cristo". Pero bueno, les explicaba yo, para obras maravillosas como ésas tuvo que moverse gente maravillosa para cambiarnos la mentalidad y movilizarnos. Con la donación nadie lo había hecho. Y creo que Felipe lo logró. Por eso hoy hago este pequeño homenaje a ese niño de alma tan pura. Y a su familia, un abrazo gigantesco, lleno de apoyo y admiración. Demostraron una fortaleza increíble. Tienen un agelito que los cuidará siempre.

miércoles, abril 01, 2009

Otoño en Pamplona

El otoño inexistente de Santiago me tiene melancólica y nostálgica. En medio de interesantes proyectos, que cada día me tienen más entusiasmada, no dejo de pensar en mi Pamplona...¡qué ganas de volver, pero esta vez acompañada, que ganas de vivirlo todo de nuevo! Pamplona conquistó mi corazón de una forma curiosa. Al principio, no la quise mucho, ni a ella ni a su gente. Es que los navarros no son fáciles y yo, que soy casi mitad navarra por parte de madre, tampoco. Pero, como buena navarra o "pseudonavarra", una vez que ganan mi corazón, soy incondicional.
Pamplona no sólo es la tierra de mis antepasados, el lugar que me acogió durante más de un año para profundizar mis estudios y donde conocí a mi "kuadrilla", a la que llevo siempre en mi corazón, a pesar de las distancias y la falta de tiempo para mantener un contacto tan frecuente como quisiéramos.
Pamplona es un rincón del mundo en el que me sentí como en mi casa. Hay ciudades preciosas que cautivan al sólo pisarlas y quisieras exiliarte allí para siempre. Eso me pasó con Cartagena de Indias, Florencia y Siracusa. Pero hay otras, que aprenden a ganarse tu cariño y eso las hace más valiosas. Me pasa con Santiago, por razones obvias y con Pamplona. Tarde me di cuenta que me había conquistado. Pensé que le había tomado cariño por la gente que conocí allá. Pero es más que eso. la vida allá era alegre, relajada y segura. Sueño con volver con mi marido y criar a mis hijos ahí. Siempre he soñado con arrancar de Santiago para criar a mis hijos. El sur de Chile me parece excelente opción. Y Pamplona también. Y por razones parecidas.
Ando nostálgica porque mi tío anda ahora por allá y me contó lo que visitó. Además mis dos grandes amigos de Ecuador acaban de ser padres y no puedo olvidar cuando paseábamos por la Morea y se enternecían al ver la preciosa ropa de niños que venden allá. Y porque mi "hermana" de Guatemala me escribió hoy. ¡Qué ganas de verlos a todos de nuevo! De ir a tomarnos algo a uno de esos barcitos del centro o de hacer un pic nic en el campus en octubre, cuando las hojas están amarillas, con esos tonos que sólo se ven en Navarra en otoño. O de volver a escuchar un concierto de cuerdas en pleno bosque, un lindo día de agosto. Y volver a vestir de sevillana para una fiesta de disfraces. Disfrutar nuevamente de una semana de sanfermines, vestida de blanco y rojo, rodeada por los toros de kukuxumuxu. ¡Qué recuerdos!
Pero volveré a Navarra. No sé cuando, pero lo haré. Lo prometo: I´ll be back.

martes, marzo 31, 2009

El Niño con el Pijama de Rayas

Ayer leí ese libro, que se tradujo al castellano el 2006 y que fue un best seller. Partiendo de la base que soy bastante reacia a leer best seller (sólo por llevar la contra: los leo una vez que la "moda" pasó), hace tiempo estaba tentada de leerlo, porque había recibido buenos comentarios, y el hecho de que en enero se estrenara en mi país una película basada en él, aumentó mi curiosidad.
Así que lo pedí prestado a una tía, hace más de un mes, cuando otras lecturas me mantenían ocupada (siempre procuro estar leyendo algo: un libro de Historia y alguna novelita, preferentemente histórica, ¡qué cuadrada!¿no?). Ayer pude, por fin, comenzar la lectura del famoso libro. En tres horas lo acabé. Es que es un libro dulce, fácil de leer, como escrito por un niño y la curiosidad por saber qué pasa atrapa al lector. Pero, a pesar de que, está claro de que el libro "me agarró", no me gustó. Osea, es un libro muy lindo y me encanta cómo está escrito. Pero la trama es tan horrible, que me hizo sufrir ¡horrores! Fue inevitable recordar mi llanto incontrolable en una de las escenas finales de La Vida es Bella. La misma tristeza e impotencia. Es que esas cosas me dan una rabia espantosa.
Un niño que cree que su vida es horrible, porque es sacado de su preciosa casa donde ha vivido toda su corta vida, en una ciudad que para él, con la inocencia de sus nueve años es alegre y perfecta (cosas de niños: la Berlín de los años '40 no debe haber sido muy ideal). Se lo llevan a esa espantosa casa en el medio de la nada, en Polonia y, de aburrido, sale a explorar y encuentra la alambrada que alberga la "ciudad" de la gente con pijama a rayas. Y es tal la soledad y aburrimiento de ese niño, que idealiza la vida de la gente que vive en ese lugar, que no es nada más y nada menos que Auszvichtz. Entre esa gente estará su amigo...el niño con el pijama a rayas.
No quiero contar más, porque más información es matar la lectura (o la película, según sea el caso). Lo recomiendo, aunque a mí me hizo sufrir horrores. A quienes les gusta leer de esa época y gozaron con El Diario de Ana Frank o con la Vida es Bella, seguro les va a gustar. La guerra vista desde los ojos inocentes de un niño siempre es algo que vale la pena presenciar. Es un drama, pero nos hace plantearnos muchas cosas que a veces olvidamos.

miércoles, marzo 25, 2009

Buscando a las musas

Marzo...mes ocupadísimo y de clima extraño, que me hizo caer postrada con un resfrío satánico...mi inspiración para escribir por acá es nula últimamente. De hecho, mi inspiración para escribir cualquier cosa anda bastante debilucha. Aunque ando contenta, muy atareada en un proyecto espectacular, que está comenzando a andar. Todas mis fuerzas se han concentrado en eso y tiempo para mis confesiones y para mis investigaciones...pocaso, la verdad.
Por suerte, marzo ya se acaba. Y con él, el calor. Talvez ahí vuelvan las musas.

viernes, marzo 06, 2009

Fantasía

El otro día conversaba con una amiga, que realiza una investigación, y tiene una teoría muy interesante: la razón por la cual se va perdiendo la fantasía infantil es porque en los colegios, seguidores de modelos racionalistas de enseñanza, "matan" a fantasía infantil. Por eso, la gente llega a adulta con tan poca imaginación y es tan difícil encontrar gente creativa. Aunque, hay excepciones y sistemas de educación, como el Waldorf o el Montessori que sí fomentan la creatividad. Los que estábamos allí nos dimos cuenta cuán cierto era su planteamiento y además, vimos en él la razón por la cual lo fantástico, lo mitológico y lo misterioso tiene tanto éxito.
Ahí me dí cuenta la razón que me inclinó desde chica hacia la Historia y la Literatura: mi constante búsqueda de la fantasía, para evadir una realidad ucho más insípida, racional y descolorida. Mientras crecía, y dejaba de creer en el Viejo Pascuero, hadas, monstruos y duendes, más me incliaba hacia las historias de princesas y caballeros. Y si en lo que leía, había hechiceras, chamanes o druidas, mucho mejor. Más adelante comprendí el nexo entre mito y magia con fe y religión, y empecé a interesarme por esta última. Eso explica mi inclinación hacia el Romanticismo y, a través de él, hacia la Edad Media. En el fondo, yo soy un alma que deambula en una época equivocada. Sin renegar de la modernidad, que tantas herramientas y comodidades nos brinda, yo aún sueño con un mundo en que la fantasía tenga cabida. Por eso amé Irlanda, que sin dejar de luchar por su progreso, preserva entre su gente el amor a las hadas, los duendes y a sus reyes míticos, y sin volver al paganismo ni caer en herejías.
Nunca debemos dejar de ser niños, nunca hay que dejar de lado la fantasía. Está muy bien informarse de lo que pasa en el mundo, leer diarios y documentales, trabajar para ganarse el sustento. Pero, nuestra mente no es razón pura. No debemos buscar constantemente lo que es puramente práctico. Necesitamos de lo no racional la fe, el amor, la fantasía y el placer. Desgraciadamente, hoy en día sólo este último parece tener cabida, haciéndose un gran cupo junto a la razón, transformándonos en materialistas hedonistas. Por eso, tanta gente amargada cuando se le presentan dificultades. Debemos permitirnos soñar y creer. A veces los absurdos se hacen realidad y grandes señadores son exitosos.
Yo me la juego por mis sueños. Por muy difíciles que sean. A veces, me desespero, lloro y pienso en rendirme. En lugar de ello, me encierro diez minutos, lloro y maldigo, luego procuro hacer algo agradable y como dice Johny Walker: "I keep walking". Sin pausas, pero sin prisas. Nunca hay que dejar de lado os sueños. Cuando vienen tiempos difíciles, sólo los sueños pueden mantenernos a flote. ¿Cuánta gente hemos visto que, aparentemente teniéndolo todo, está deprimida? Yo creo que es porque dejaron de soñar. Los racionalistas me dirán: "hay depresiones endógenas, por desequilibrios químicos" perfecto, no reniego de la ciencia. En pleno siglo XXI estaría loca si lo hiciera. Me refiero, no a quienes tienen desequilibrios o enfermedades, ni tampoco a quienes sufren depresión por una gran pérdida. Me refiero a esa gente, que estando psiquiátricamente sana y sin dramas en su vida, va por el mundo envuelto en una gran melancolía y amargura. Ya estoy aburrida de ver en la calle gente con caras largas. No se ve lo mismo en otros países. Fui a Argentina cuando estaban en plena crisis y no vi eso. No vi la cantidad de caras largas que veo acá en España. Tampoco en México ni en Colombia. Y ojo que nombro países culturalmente similares al nuestro. Además son países donde también hay gente con depresión, anorexia, dramas personales, estrés. De hecho, algunos tienen una cuota mayor de dramas personales, debido a sus mayores índices de delincuencia o terrorismo. Pero la gente no va por la vida con cara larga.
No sé por qué será. Talvez, son más gozadores. Lo que no es lo mismo que hedonista. Hedonista es quien se mueve en busca del placer. Gozador es quien sabe disfrutar de las pequeñas cosas de la vida: una rica tarde de sol, una rica comida, una buena película. Y quienes están más abiertos a la fantasía, también son más felices. Si las 11 am los pilla de ociosos, talvez porque han engrosado la lista de cesantes, en lugar de plantarse a ver farándula (que es mi placer culpable, pero la buena: ojalá Hollywood y realeza europea), leer un buen libro o ver una buena película. Esas horas envueltos en un mundo de fantasía, les olvidarán de sus penas por un rato y talvez les inspiren para emprender nuevos proyectos. Sin exagerar: la vida en el siglo XXI continúa y aún no conozco a nadie vivo que haya logrado quedarse en Narnia para siempre. Recuerdo una vez haber pasado cuatro meses sin trabajo y sin saber qué hacer con mi vida. Nunca como entonces leí tanto y vi mayor cantidad de películas. Nunca soñé como entonces. Eso me ayudó a no caer en la amargura, en no aburrirme y en darme cuenta qué es lo que quería hacer con mi vida.
Así que amigos queridos, en esta época de crisis, frente al mal tiempo, atrevernos de vez en cuando a dar rienda suelta a la fantasía. Es inspiradora y nos hará pasar un buen rato. Nos dará bonitos instantes qué recordar. Y eso, nos hará la vida más bonita. Recuerden el poema de Borges, "Instantes". De eso está hecho la vida. Cada día es un regalo. Aprovechemos de ir a la caza de nuestros sueños. Sin pausas, pero tampoco con demasiadas prisas, para no caer en la impaciencia y la desesperación.

jueves, febrero 26, 2009

Pruebas

Ayer comenzó la Cuaresma. Cuando estaba en el colegio, los profes de religión y los curas nos exhortaban a hacer algún sacrificio, para llegar "purificadas" a la Pascua de Resurrección. Sin ánimo de juzgar, nunca comprendí la forma en que mis compañeras hacían los suyos: generalmente ofrecían abstenerse de comer algo rico, de tomar o fumar. Hasta ahí, no hay problemas. La idea es hacer algo que cueste. Pero, no entendía la razón de proclamarlo a los cuatro vientos. Ni tampoco el que, llegada las doce de la noche del Sábado de Gloria, se atracaran de chocolates o retomaran, casi cronometrando el tiempo, el fin de su abstinencia. Lo encontraba fariseico, pero creo que éramos inmaduras y no habíamos comprendido el verdadero sentido de la Cuaresma. Mis sacrificios rara vez tenían que ver con lo físico. Lo que yo intentaba era esforzarme por cambiar mi actitud en algún aspecto. Una vez prometí no ser malgenio ni alegona. No le conté a nadie y pasé cuarenta días mordiéndome la lengua cada vez que me enojaba con alguien (cosa que me pasa diariamente). Me costó mucho. Pero, no se me pasó por la cabeza esperar con cronómetro las doce del Sábado de Gloria para desahogarme. De hecho, me sirvió para ser un poquito más controlada.
Esta Cuaresma me vino de golpe, en medio de momentos de grandes pruebas. Y lo único que se me ocurre es enfrentarlas con valor. De chica me enseñaron a "ofrecer a Dios" mis problemas. Y desde ahí, tomé la costumbre de "hablar con Dios" para pedirle ayuda e incluso, alegarle cuando siento que "se le pasa la mano conmigo". Deben estar pensando: "pero, qué mujer más loca" o deben estarse riendo. Esta vez, pasé dos días furiosa, hecha un energúmeno y "peleando con Dios", porque no tenía a quién más reclamar lo que me pasaba. Lloré y pataleé mucho, porque necesitaba estar fuerte para afrontar lo que se venía. Y gracias a esos dos días de furia, pasé el momento de crisis casi como una espartana. Ahora, queda enfrentar las consecuencias de estas grandes pruebas. Y en esta Cuaresma, no se me ocurre nada más que ofrecer que una valentía, paciencia y tranquilidad inmensas para aquello.