jueves, octubre 18, 2007

Kuadrilla

Si tuviera que resumir en una palabra lo mejor que me pasó en este año en Pamplona, diría, sin dudar, que mis amigos. Más allá de los viajes y el aprendizaje, más allá del nuevo título conseguido. Aunque tuve algunas desilusiones, de las cuales no me referiré, porque no valen la pena, lejos lo mejor que me ha pasado acá han sido mis amigos. Gente de distintos rincones del mundo. Que me hicieron ver que aunque mi familia, mi novio y mis amigos de la vida estaban lejos, yo jamás estaría sola. Gente con la que viví momentos increíbles y que siempre me apoyó.
De alguna forma, ellos se convirtieron en mi familia durante este precioso año. Ayer uno de ellos, al que considero una especie de hermano chico, me dijo que en realidad, uno lo que extraña no es la patria, sino lo que deja atrás: los amores que deja atrás. Y es cierto. No son los pintxos de Pamplona ni el pisco chileno lo que me da nostalgia: son los seres queridos y los recuerdos.
Recuerdo una canción de U2 que dice "love is the only thing you can´t never leave behind". Y es cierto: yo llegué de Chile pensándolo, y jamás olvidé a mi gente de allá, tal como ahora siento que un pedacito de mí se queda en Pamplona. No quiero llorar, porque en el fondo estoy feliz: vuelvo a mi casa, me reencontraré con mi niño, estaré con mi familia...todo eso bastaría para hacerme feliz. Pero, el hecho de dejar a mi kuadrilla, aunque me da penita, porque los echaré mucho de menos, en el fondo me deja feliz; porque me hace feliz sentirme tan querida.

domingo, octubre 07, 2007

Congelado

Son semanas de mucho trabajo y de muchas últimas veces en Pamplona. La tesina tiene mis neuronas consumidas. Por eso, este blog no recibirá entradas por algún tiempo. Ya volveré y les contaré qué tal todo. Seguiré visitándoles cuando tenga un minuto.