miércoles, diciembre 28, 2011

Reflexiones de Fin de Año

Estoy lejos de querer hacer balances como he hecho otro año. No veo la necesidad de hacerlo todos los años. 2011 fue un año bueno, de continuidades. Este fin de año es el que inspira mis reflexiones. Diciembre siempre es un mes cargado de eventos, metas y mucho que hacer. Pero este año ha sido más potente. En primer lugar, la muerte de mi tía abuela, así de repente, nos dejó a todos desconcertados. Una vez más nos llega ese mensaje de que la vida es algo fugaz y por eso hay que disfrutarla "a concho". Me tocó ver cómo ahora se hacen cargo de las cosas que dejó y es raro pensar que un día nos iremos, dejando todo lo material aquí y cómo cosas que para nosotros significaban tanto, se convierten en tesoros o "cachos" para quienes nos rodean.

En medio de esas reflexiones, con un calor que superaba los 30ºC y los ajetreos propios de fin de año, me ví envuelta en un aura de malgenio, un poco de angustia y mucha flojera. Me preparaba para mis 10 días de vacaciones navideñas ejerciendo el menor esfuerzo. Y en eso, un nuevo chancacazo vino a despertarme, para recordarme que no puedo ser tan malgenio: me robaron la cartera. Eso significó tener que levantarme temprano, hacer trámites, renovar todo y, lo más importante, darme cuenta de que mi actitud malgenio y cansada estaba equivocada. Y sí, 2011 fue un año de continuidades, intenso y agotador, es cierto que necesito descansar, pero no había necesidad de andar tan furia por la vida.

Y bueno, que venga 2012, que no significa que se acaba el mundo ni ninguna de esas pelotudeces que tanto les gustan a los alarmistas apocalípticos que malinterpretan oráculos milenarios. Que venga con todos los cambios y sorpresas que trae, que ya estamos preparados y si no, habrá que hacerse a la idea. No prometo no tener ataques de malgenio, porque es parte de mi naturaleza. Y a todos los que pasan por acá, espero que hayan tenido (o estén teniendo, ya que en otros países las celebraciones se extienden hasta el 6 de enero), una muy Feliz Navidad y un próspero Año Nuevo.

lunes, diciembre 19, 2011

Opinólogos

Hace unos años atrás, se puso de moda (al parecer permanente) la "opinología": una rama del pseudoperiodismo de espectáculos donde cualquiera, da lo mismo su formación académica o laboral, opina sobre la vida de los demás, los eventos de los demás, la ropa, la familia, los aciertos y, por sobre todo, los desaciertos. Y bueno, a veces, como expliqué en un post anterior, escuchar tonteras un rato sirve para relajar la neurona...el tema de hoy no es ese, sino el cómo, la opinología se ha apoderado de todos los aspectos de nuestra vida y estamos llenos de "flatus vocis" en todas las otras áreas del periodismo...y de ahí, la gente, el telespectador común y silvestre, la "señora Juanita", aprendió, y muy bien, a dárselas de opinóloga y a comentar, dando juicios de valor, acerca de todo lo que hace su prójimo y, lo que más me empelota, hablando "ex cáthedra" de cosas que no tiene idea.

Y es ahí donde quiero llegar: a la opinología cotidiana. A esos que nos rodean que no sé quién les dio un doctorado de vida y se pasan la vida dando opiniones que nadie les ha pedido, acerca de sus vidas. Y da lo mismo si en sus vida privada tengan la cagada o parezcan (porque son excepcionales quienes lo son realmente) un modelo de virtudes. Y opinan de cómo te vistes, de lo que comes, de por qué haces esto y no aquello...ufff!!!! Yo sé que todos, y me incluyo, caemos en eso a veces. Pero hay gente que no sé si no tiene vida o qué, pero se lo pasa jorobando al resto con sus opiniones y se meten en la vida de uno. Te critican porque decides cosas que ellos jamás se atreverían a hacer, y te atiborran con preguntas absurdas. Y a veces te salen con una cátedra de cómo actuarían si estuvieran en tu lugar y cuando tú los miras con cara de "y a tí, ¿quién te tiró maní?", te miran como si fueras la mujer más pesada e irreverente de la Tierra. Y continúan dándote consejos que no has pedido. A veces creo que en realidad, es gente que le encanta escucharse. Da lo mismo de qué hablar: lo importante es monopolizar la conversación. Y eso es válido tanto para los opinólogos de la tv como de los de la vida cotidiana.


jueves, diciembre 01, 2011

Tolerancia...¡qué difícil por estos días!

En este país ocurren cosas curiosas. El homenaje de Krasnoff fue una de ellas. Yo tolero todo tipo de pensamientos políticos y creo que uno puede admirar a quien quiera, aunque el resto de la humanidad lo considere un asesino en serie...yo jamás rendiría homenaje a un Krasnoff ni a un Pol Pot, me carga Stalin, también Hitler, pero aunque me cuesta, puedo entender que haya gente que los apoye. Algunos los consideran "necesarios" en su época, o justifican sus acciones como una respuesta a algo que creen peor (y creo que la polémica columna de Gonzalo Rojas, persona con la cual no comparto en absoluto mi forma de pensar, iba en ese sentido). Pero, si alguien quiere rendir homenaje a un psicópata, que lo haga, aunque si me pregunta mi opinión, le diré que creo que está loco...


En el caso específico del homenaje a Krasnoff, personaje que no me agrada en lo más mínimo, creo que fue una provocación. Absolutamente innecesario, la ocasión era la 4º Edición de sus memorias, es decir que hubo otras oportunidades anteriores de rendirle homenaje y sabiendo lo complejo que ha sido este año, me parece una provocación por parte de sus admiradores. Sin embargo, creo que el atacar a las personas que asistieron a la entrada del evento, también es criticable. ¿Por qué no los dejan ser? Tirándoles huevos y gritándoles cosas no van a convencerlos de cambiar de idea. También era innecesario. Aunque, era obvio que iba a pasar, porque como ya les dije, siento que fue una provocación.


Lo que me llamó la atención, en un programa que ví, fue la postura muy poco objetiva de la prensa, al entrevistar al carabinero a cargo de la seguridad del evento. La periodista insiste en que los carabineros usaron la violencia para reprimir la manifestación, que era pacífica...¡por Dios! tirar huevos y romperle la ropa a la gente no es pacífico. Si hubieran gritado y mostrado carteles, perfecto, pero hubo agresión...talvez la respuesta de los carabineros pueda ser más violenta, pero no vengan a tergiversar una realidad tan evidente.


Acerca del alcalde, no vale la pena opinar. Él es así y supongo que, si lleva tantos años ahí, es porque en su comuna la mayoría está de acuerdo con su forma de actuar. Aunque, este año han pasado varias cosas, que para algunos pueden motivar un cambio para la próxima elección. Todos sabemos que tiene una postura de extrema derecha muy intransigente, igual que Carlos Larraín. Yo no comparto esa postura, pero puedo tolerarla, mientras no me molesten. Pero, a veces, por lo que dicen o hacen, comprendo el odio engendrado entre la izquierda más radical contra esos personajes. Totalmente. Es como cuando veo cuicas huecas o empresarios déspotas: uno puede comprender que los más desfavorecidos generen un resentimiento. Lo malo es cuando los resentidos generalizan y creen que todas las cuicas son huecas, los empresarios déspotas o la gente de derecha intransigente.


¡Qué difícil parece la tolerancia en estos días! Con tantos "indignados" y tantas visiones de mundo que combaten entre sí, con nuestra política que tiende a los "diálogos de sordos" y con un gobierno que mucha gente ve compuesto por gente a la que ve lejana, con una vida muy diferente a la suya, con valores que no comparte y, lo más importante, que siente que no pueden ayudarle porque no conocen su realidad. Eso genera descontento. Y si sumamos las crisis económicas y la corrupción...¡peor aún! Por eso, creo que el homenaje no era necesario, por muy tolerante que uno pueda ser...es resucitar esas rencillas añejas que nos siguen dividiendo.


sábado, noviembre 19, 2011

Contra la corriente

Este mundo es un mundo extraño. Nuestra sociedad se ha acostumbrado a no pensar, sino sólo a buscar una corriente de pensamiento o un estilo de vida que se le acomode y morir allí. Aprenden de memoria códigos y argumentos. Les cuesta cuestionar los aspectos más importantes de lo que su ideología les impone. Cuando es lo primero que uno debe cuestionarse: las bases. Les cuesta incluso cuestionar lo más simple y cotidiano. Deciden, en un algún momento de su vida, adherir a un molde: consevador, liberal, alternativo, comunista, integrista, rebelde, ecológica...¡da lo mismo! Eso es válido. Es un mundo libre (se supone) y uno puede decidir hacer con su vida lo que quiera. A veces, esa decisión pretende ser innovadora y contracorriente. Y ahí nos encontramos con todos los "antisistémicos"...que, al adherir a esa postura ortodoxamente, no se dan cuenta que el antisestima también es un sistema. Creen ser súper cool y originales con sus pintas alternativas llamativas y sus opiniones que rompen el molde, sin darse cuenta de que también se comportan como un rebaño...de un pastor alternativo, sí, pero que también es un pastor, que moldea su forma de pensar y vivir.


Pero, cuando uno se atreve a ser uno mismo, a dar sus opiniones, aunque éstas no encajen 100% con las de ninguna tendencia, sino que a veces toman elementos de todos lados, porque uno se atreve a pensar, a dialogar, a conocer...uno puede ser tachado de raro. Lo mismo, cuando te dedicas a algo que es fuera de lo común. Toda la vida, me miraron raro en el Colegio porque me gustaba leer y me encantaba la Historia. Por no demonizar la existencia de una ley de divorcio y por no creer que la gente que no es católica es mala. Talvez, desde chiquitita fui una "librepensadora", aunque no me guste ese apelativo ni nigún otro. Es que desde chica, además de sobreestimularme, fomentarme la lectura, mandarme a un Colegio con buen nivel académico (eso lo reconoceré siempre y lo agradeceré siempre), me enseñaron a pensar. De partida: me convencieron de que los niños que se aburrían eran flojos y sin imaginación. Crecí en una familia muy diversa, en todo ámbito: político, religioso, económico, social...en que, a pesar de las frecuentes discusiones, siempre se habló de todo. Nunca hubo un tema tabú, talvez había temas desagradables o no aptos para niños, pero jamás un tema tabú. Entonces, para mí era normal decir lo que pensaba y expresar mi opinión, sin miedo de ser tachada de nada. Pero bueno, la sociedad chilena no es así y escandalicé a mucha gente con mi forma de ser. Mi adolescencia fue compleja por ello, porque me dolía no encajar. Pero uno aprende. Y se da cuenta de que, si uno es realmente valiente y consecuente, si además no eres conflictivo, aunque tus ideas sean dignas de encerrarte en el psiquiátrico, si tu actitud no molesta, a la larga vas a ser respetado. En cualquier lugar. Y eso me ha pasado.


En todo caso, sé que vengo de la vereda privilegiada. Y a veces, algunos resentidos me lo han recriminado. Pero, al poco tiempo los conquisto. Porque yo no reniego de mis orígenes, así como ya no oculto mis limitaciones. Esto es lo que hay. Y punto. Y lo que he logrado en la vida, en parte es por mis propios méritos, y estoy orgullosa de eso. Y por otra parte, es porque soy privilegiada y he recibido mucha ayuda. Y la agradezco. Desconocer lo primero es reducir mi autoestima al mínimo. Y desconocer lo segundo es ser mal agradecida y soberbia. Y me da lo mismo que me digan cuica, peloláis, cartucha o loca, cuando es cierto que hay un poco de todo eso en este envaso. Talvez, hasta sea un poco hueca, aunque toda mi vida he renegado de eso. Pero bueno, es lo que hay. No me caso con nigún pensamiento, ni clásico ni alternativo, porque, aunque pueda parecer soberbio, a veces pienso por mí misma. Y no soporto nada que me ponga trabas cuando pienso por mí misma. No me siento más inteligente que el promedio, pero sí siento que aprovecho más mi inteligencia que el promedio. Eso es todo. Aunque a veces, pensar tanto, nos lleva a desvariar y a cometer errores garrafales, que cuando uno es más oveja, no cometería.

martes, noviembre 15, 2011

"Culebrones"

Hoy, en un momentito de ocio (escasos en estos tiempos, de fin de semestre, por lo demás), me preguntaba qué será lo que tienen las teleseries que prenden tanto entre la gente. Y no sólo en este país, ¡ojo! Y llegué a la conclusión de que tendemos a ver teleseries por la misma razón que vemos farándula o nos juntamos a copuchar: son instancias para "relajar las neuronas". Porque las teleseries, salvo contadas excepciones, repiten siempre los mismos temas, los mismos dramas, los mismos enredos. Pero la gente se engancha una y otra vez, porque es un modo de evadirse, por un ratito, de todo lo que nos preocupa, nos estresa o nos apena. Ver un drama ajeno, incluso si está en un idioma o con un acento diferente, sobre todo cuando llega a ser sensacionalista, pero por sobre todo, un drama ficticio, no sé por qué entretiene. Hasta puede subir el ánimo. Es una forma de evasión. El dramón de Abigail hacía más ameno el eterno planchado. Machos era una buena forma de acabar una larga tarde de estudio. Y así, miles de ejemplos. Talvez este post parezca enfermo de estúpido, pero me da lo mismo. Es impresionante cómo cada año, varias importantes cadenas de televisión invierten millones en teleseries (el mejor ejemplo es Brasil y sus producciones apoteósicas) y recaudan más. Es que a veces, en vez de ver noticias o las copuchas últimas de una farándula enferma de rasca (que es otro modo de evasión), es mejor concentrarse un rato en esos dramones y enredos familiares, triángulos amorosos, guaguas perdidas, etc.

Sobre todo porque vivimos en un mundo que está loco. Loco, enfermo, acelerado y a veces parece que es el mundo al revés. Sobrebombardeados de información, tanto positiva como negativa, superflua o importante, estresados con el ritmo cada vez más acelerados de la vida actual, hay momentos del día en que no queremos más guerra. Y es entonces donde la tele puede darnos un espacio de "paz" para nuestras neuronas. No es la panacea: yo trato de hacer otras cosas: leer, salir a pasear, hacer ejercicio, conversar...pero a veces, un poco de tontera se agradece. Bastante.

miércoles, septiembre 07, 2011

Lucha de Gigantes

Una vez expliqué cómo la vida era un campo de batalla...en el que luchamos, a veces contra enemigos invisibles o contra gigantes. La vida se presenta como una lucha constante. No es una forma negativa de ver la vida, para nada. Son las ganas de pelear, de salir adelante, las que nos dan la vida, que es un milagro, un regalo. En todo caso, no siempre debemos mantener una actitud beligerante: cuando ya hemos hecho todo, cuando ya no queda nada más que hacer, cuando todo está en manos de Dios, hay que entregarse. Creo que cuando la gente pierde la vida es porque ya luchó todas sus batallas, porque Alguien, una Fuerza mucho más poderosa que todos nosotros juntos, decide que ya no quedan más batallas para esa persona. Aunque a veces nos parece que a esa persona todavía le quedaba mucho por vivir...y por luchar.



Por eso me fascina la canción de Nacha Pop que se llama Lucha de Gigantes...ya hablé sobre ella en un post anterior. Es que con todo lo que ocurrió este fin de semana acá en Chile, yo me quede sin palabras...recién hoy puedo escribir esto. Y me cuesta. Es que fue fuerte, una tragedia que nos conmovió a todos...21 personas muy valiosas, en una labor tan bonita como es ir a ayudar a los más desvalidos, a los que perdieron todo con un tsunami. Gente joven, con familia, con carreras en ascenso...al parecer, les quedaban muchas batallas que librar. Pero no, había llegado su momento, esa Fuerza poderosa, que yo llamo Dios, que otros llaman Yaveh, Alá, el Gran Arquitecto, el Destino, los dioses...decidió que ésta era su última batalla. Porque eso es la muerte: nuestra última batalla. Creo que estamos muy sensibles con esto, y al escribir, se me arrancan unos lagrimones. Lo mismo me pasó cuando hablaba de la muerte de Felipe Cruzat o de las niñitas del Cumbres: gente que no era tu amiga, que no conociste, pero no puedes no conmoverte con lo que les pasó, no puedes no pensar en lo que dejan y a quienes dejan atrás.



Este tipo de cosas, siento yo, nos remecen tan fuerte, que nos ayudan a replantearnos varias cosas: qué es lo más importante, nos cuestionamos cuáles son nuestras prioridades, nos damos cuenta que a veces nos complicamos las vida con puras tonteras o molestamos al resto con cosas que no son tan importantes. A veces somos tan autoexigentes, rígidos y exitistas, que olvidamos lo más importante: disfrutar la vida. Si es una imbecilidad matarnos trabajando para forrarnos de plata que después gastaremos en sanarnos por haber sobreexigido así nuestro cuerpo! Eso aprendí el año pasado cuando, mareada como pollo, me diagnosticaron estrés. Y en eso estoy: aprendiendo a no pelear batallas innecesarias, a canalizar mi fuerza en lo que realmente importa y a entregarme. Este tipo de noticias vienen a recordarme, cuando pierdo el norte, que eso es lo que realmente importa.



Para esos 21, la lucha de gigantes acabó. Nosotros seguimos aquí, sintiendo cómo, cuando nos sentimos atacados por la adversidad, "el aire se convierte en gas natural" y nos cuesta respirar. Pero igual, seguimos adelante, aunque a veces no veamos a qué nos enfrentamos, o nos parece que huímos de bestias gigantes. Seguimos corriendo o luchando hasta que superamos ese desafío. Talvez con éxitos o derrotas, pero siempre sacamos un aprendizaje de todo eso. A eso venimos: a aprender

sábado, agosto 13, 2011

Ya Basta!

Estoy aburrida de los paros, las protestas y las descalificaciones. Creo que así no se consigue nada. A lo más, poner a todos histéricos, minar aún más la precaria calidad de vida que se vive en esta hiperextendida y mal conectada ciudad, y que quienes luchan por una educación de calidad sin que signifique estar endeudado de por vida, prolonguen un año más su demora en terminar sus estudios. Pido por favor que de una vez por todas acabemos con esto. Por el bien de nuestro país. Que de verdad se sienten a conversar y se escuchen, que lean los petitorios y sus respuestas, que se tengan paciencia, respeto y tolerancia. Sobre todo paciencia. Esto no se arregla en cinco minutos, ni en una semana, ni en un mes.

Creo que se ha caído en un sinúmero de retóricas y palabrerías: si la educación es o no un derecho, si debe o no haber lucro, si podemos optar a una educación gratis. Creo que al final esa discusión bizantina es una soberana estupidez. La realidad es mucho más simple: la gente cionfía en que la educación es el gran medio para poder surgir. Es cierto que ayuda muchísimo, sumado a un poco de talento, mucho esfuerzo y emprendimiento. Y, en algunos casos, hay suerte. Y por eso, todo el mundo quiere estudiar. El problema real no es que no sea gratuito o que haya lucro: el problema es que es CARO. ¿Por qué no se dicen las cosas como son? ¿Por qué no proponer que se bajen los precios de TODAS las universidades y colegios?¿Por qué no aceptar un sistema de arancel diferenciado? ¿Y por qué tiene que existir un monopolio por parte de una Universidad estatal que crea una prueba de selección universitaria y cobra haarto caro por rendirla? Una prueba que, ya se sabe, no demuestra que el joven sepa algo, porque es una prueba "entrenada" y al final, quien la saca con buen puntaje, es porque toda la vida estuvo preparándose para ello (el sistema de evaluación de la educación chilena actual comienza a "adiestrar" a los alumnos para esa prueba desde 5º básico, por lo menos). Lo único para lo que sirve la PSU, junto a su "hermano menor" el SIMCE, es para "rankear" a los colegios de Chile. ¿Y de qué ha servido eso? para enrostrarle en la cara a los sectores memos privilegiodos del país lo lejos que están de alcanzar a los "supuestos" mejores. Y eso a la larga, genera más resentimiento por una desigualdad que, efectivamente existe.

Otra cosa: ¿Por qué el Colegio de Profesores se niega a evaluarse? ¿Acaso se saben tan mediocres como para temer ser despedidos? A mí, en la Universidad en la que trabajo siempre se me evalúa al final de cada curso. Y no sólo no me asusto con ello: me gusta conocer los resultados, saber qué les pareció mi clase y saber sobre todo qué puede mejorarse. En tres lugares donde he hecho clases he sido evaluada. En dos, han sido transparentes y me han contado cómo salió mi evaluación (bastante bien, para satisfacción mía, no por miedo a quedarme sin pega, si no porque me gusta hacer bien lo que hago, que además es lo que me gusta). En un solo lugar, nunca la supe...el mismo lugar donde se me dijo que "el alumno de esa universidad no estaba preparado para leer lo que les dí"...en ese momento decidí no volver a trabajar ahí, no puedo estar en un lugar donde se nivela para abajo. Y los cabros leyeron lo que les dí ¡y les fue bien! no sé cómo me evaluaron, pero con algunos de ellos todavía mantengo contacto y me consultan cuando necesitan ayuda...tan mal no lo debo haber hecho. Me dio rabia que en su Uni nivelaran para abajo, porque sus familias se sacan la cresta para pagarles la carrera, algunos están súper endeudados y qué lata que sus autoridades no valoren eso y por sacar más alumnos titulados estén dispuestos a no exigir como corresponde. Si al final, los debería mover el tener profesionales bien preparados.

En fin...hay harto que no entiendo de todo esto. Me tiene chata la intransigencia del movimiento estudiantil, la vista nublada del gobierno, que los flaites se aprovechen del pánico para destruir, que los gobiernos anteriores se hagan los tontos...¡y que nadie se ponga los pantalones! Para usar una palabra que está de moda: son (o somos) todos unos peleles! entendido como inútiles o hueones...nadie está dispuesto a escuchar al del lado y caemos una y otra vez (yo misma lo hago ahora) en las descalificaciones o en unas retóricas que idealizan la educación remontándose a Sócrates, o hablando de formar sociedades utópicas al estilo de Saint Simon...no, si eso fue lo más chistoso de esta semana: ver un posteo de una señorita de 30 años, aún mantenida por sus padres, que vive en una mansión en uno de los barrios más cuicos de Stgo, que tuvo un auto a la puerta a los 18, tras egresar de un colegio particular pagado e ingresar a una universidad privada pagada por su acaudalado padre durante más de 7 años (porque el carrete era más importante que estudiar), hablar de una sociedad sin clases...no comments. A ver: yo también vengo de un ambiente privilegiado, aunque saqué todos mis títulos cuando correspondía y hace ratito que me independicé...aunque no niego y de hecho agradezco lo mucho que se me ha ayudado, ¡pero por eso mismo jamás hablaría de una sociedad sin clases! ¡Utopía pura! Miren cualquier país comunista: existen clases sociales. Les acepto que sí tienen más igualdad y acceso a los servicios básicos y eso es buenísimo, es justo y obvio que no me opongo a que en Chile lo haya...pero ¡hablar de sociedades sin clases! ¡cuando no se tiene idea! ¿Estaría esa señorita dispuesta a que en nuestro país haya una revolución marxista, donde lo más probable es que su mansión sea expropiada o se le obligue a compartir con 7 familias más? No creo. Y eso que en su casa, 7 familias más no vivirían hacinadas...al menos no como está la gente en los campamentos.

Yo tolero y respeto que la gente tenga un pensamiento político, moral y económico distinto al mío. No me creo dueña de la verdad, para nada y de hecho, me encanta conversar de estos temas con gente que piensa de forma opuesta a la mía. De hecho, tengo muchos amigos queridos que apoyan el paro. Y bien, no tengo dramas con ello. Lo que no soporto es cuando la gente habla huevadas. Por eso, espero que la prolongación de este paro no nos haga a todos, incluidos manifestantes y gobierno, empezar a hablar huevadas. Y, lo más importante, que no se tomen malas decisiones. Quiero lo mejor para mi país y su gente. Y me dedico a la educación, ¿cómo no voy a querer que ésta mejore y que más gente pueda acceder a ella, sin tener que desembolsar millones que no tiene? Pero, soy realista, creo que pedirle a los colegios y a las universidades que no lucren, es utópico. Y más lo es la educación gratis. ¡No hay plata para eso! Pero sí, para dar más becas y, perfectamente, las colegiaturas podrían costar la mitad de lo que cuestan y se puede hacer un sistema de arancel diferenciado. Odio la PSU, por mí la eliminaría, al igual que el SIMCE. Pero, el segundo es usado como una forma de medir cómo va la educación, algo que es bueno. Lo que no lo es, es eso de "rankear" los colegios. Me parece horrible, porque además después los apoderados juran que un cole es bueno por eso y meten a sus niños ahí, jurando que van a formar próceres, cuando al final el cole hay que elegirlo también por otros criterios (sobre todo, buscar un cole que sea acorde a cómo es el niño y el entorno en el cual ha sido criado). Y la PSU es una forma "práctica" para controlar el acceso a la educación superior. Entonces, aunque a mí no me gusten, entiendo que existan. ¿Ven? ¡No se puede ser tan visceral! En esto hay que ser racional y sobre todo, pensar en lo mejor para todos.

miércoles, julio 27, 2011

Historia y Vida

Me gusta la Historia desde que tengo uso de razón. Ni siquiera sé bien por qué me empezó a gustar. De niña, me encantaban los cuentos y me fomentaron mucho la lectura. Además, me contaban muchos episodios históricos como si fuesen cuentos y muchas leyendas. Ahora podría dar toda una explicación de por qué me gusta la Historia y para qué sirve. ¡Es tan importante conocer nuestras raíces! Nuestro pasado, el porqué de las cosas. Así podemos comprender varias de nuestras reacciones. Y si no conocemos los errores del pasado, estamos condenados a repetirlos. Y si ignoramos nuestros aciertos, corremos el riesgo de no volver a triunfar en nuestros proyectos. La Historia no sólo sirve para saber más, por el simple gusto de saber. También sirve para comprender al ser humano y su vida. No, no somos filósofos y muchas veces la especulación filosófica nos agobia. Pero nos parecemos a ellos en nuestra inclinación a la reflexión y el análisis. Aunque somos más "prácticos", igual soñamos con el ocio como un medio de desarrollar nuestra investigación y reflexión. No sólo memorizamos nombres y fechas como algunos creen. Lo que hace a un buen historiador no es su capacidad de entregar 350 datos por minuto. Sino, su capacidad para reflexionar y relacionar los hechos. Saber presentar y explicar bien los procesos.

Por eso, el libro del gran Georges Duby "Año Mil, Año 2000. La Huella de nuestros miedos" me gusta tanto. Porque es de esos libros escritos con el corazón. Es un libro escrito por un historiador que se sienta a reflexionar después de años de lecturas e investigación. Me gustaría escribir algo parecido. Y leer más historia de ese tipo. Les dejo por eso, tres citas tomadas de este libro:


"Cuando nadie duda de la existencia del más allá, la muerte es un paso que se celebra ceremonialmente entre parientes y vecinos. El hombre medieval posee la certeza de que no desparecerá por entero mientras espera la resurrección, pues nada se detiene y todo prosigue en la eternidad. La pérdida actual del sentimiento religioso ha convertido la muerte en una prueba terrible, en una caída en las tinieblas y en lo desconocido. Ha desaparecido la solidaridad en torno al paso a mejor vida, y hoy todos se dan prisa para liberarse del cadáver. Más que la muerte, nuestros antepasados temían el juicio, el castigo del más allá y los tormentos del imfierno. Miedo a lo invisible, en el fondo del hombre de hoy, que vacila al sentirse impotente ante el destino."


"...A medida que se difunde el conocimiento, vamos adquiriendo más y más conciencia de que hay cosas que no podemos conocer. Hay muchas enfermedades del alma que provienen precisamente de esta sensación de impotencia de los hombres ante su destino."


"De tiempo en tiempo. una catástrofe natural nos recuerda que el hombre, a pesar de todo el poder que ha conseguido con el desarrollo de las ciencias y las técnicas, sigue siendo impotente ante las fuerzas de la naturaleza."


Saquen sus propias conclusiones. En este mundo ultraocupado en el que vivimos, a veces sentarse a pensar un poquito hace muy bien. Y este tipo de libros a mí me ayudan a hacerlo. Creo que queda claro cuál es nuestro objetivo como historiadores: ayudar al resto a conocerse. Muchas veces, en nuestro pasado, tanto individual como colectivo (entendido como familiar, nacional o cultural), encontramos las respuestas a nuestras interrogantes. Así como a veces, ante una situación que es nueva para nosotros, acudimos a los mayores, que ya tienen experiencia, podemos acudir a los testimonios de la Historia.

jueves, julio 14, 2011

¿Qué hacer con la educación?

Es difícil responderlo, aunque últimamente ésta pareciera ser "la pregunta". Entre tanto paro, tanta marcha, tanta entrevista, tantos dimes y diretes...lo único que todos queremos es que el sistema, tal y como se presenta hoy, cambie. Es un desastre. La educación chilena es horrorosa. En contenidos, en metodología, en infraestructura, existe una desigualdad abismante (tanto así que yo no tengo ningún empacho en confesar que no me iría a trabajar a ún colegio público porque me da miedo, ya que allá no existe ningún respeto por el profesor). Pero, creo que algunas de las cosas que piden son utópicas. El mentado tema del lucro, por ejemplo. Es utópico pensar en una educación gratis.

Una educación de calidad requiere de buena infraestructura y profesores con buen manejo del grupo, de los contenidos y que hayan tenido tiempo para preparar su clase. Eso en los colegios privados resulta, porque los sueldos son mejores y el profesor no debe matarse haciendo 40 horas! frente a curso. Quienes nunca han hecho clases, no entienden ese concepto, porque están acostumbrados a trabajar más de 40 horas frente a un escritorio, atendiendo público, etc. Pero, por cada hora de clases bien hecha, hay al menos una hora frente a escritorio de preparación. Entonces, comprenderán que 40 horas es un espanto. ¿A qué hora corriges, preparas clases o tipeas pruebas? ¡Imposible! Si además uno tiene vida y a veces, otras pegas. No es que la educación sea mala porque los profes sean malos, ¡es que están agotados!

Por otro lado, una buena educación requiere de buena infraestructura. Y eso también cuesta plata. ¿Por qué creen que en los liceos se apiñan hasta 40 por curso, mientras en colegios privados hay 30? ¡Porque no hay dónde hacer tantas clases simultáneas! Y no hay que ser experto en psicología educacional (yo estoy lejos de serlo) para darse cuenta de que en cursos más pequeños los niños aprenden más. Sobre todo si tienen dificultades de aprendizaje. Además, en el Colegio no sólo trabajan profesores, también psicólogos y psicopedagogos, apoyando el desarrollo emocional e intelectual de los niños, que a veces (sobre todo en la adolescencia) no es fácil. Bueno, ellos también reciben un sueldo. Y de hecho, quien se dedica a la educación, merece un buen sueldo. Y en los colegios públicos éstos son miserables, siendo que debieran ser buenos, ya que el servicio que presta la educación en una sociedad es clave.

Por eso, la educación gratis es utópica. Me da lata caer en la discusión, para mí bizantina, de si la educación es un derecho, un servicio o una oportunidad. Para mí, todos deberían tener accceso a una educación de calidad. Pero pedirla gratis para todos es injusto. ¿Por qué debería haber estudiado yo gratis, si yo podía pagar? Defiendo más un pago diferenciado, que sea gratis o muy barato para quienes tienen menos recursos. Porque la buena educación debe financiarse. Y los países que tienen educación gratis es porque la gente paga unos tremendos impuestos. Además, hay países con educación gratis que gozan de una riqueza fiscal que Chile sólo soñaría. O, en el caso de nuestro vecino Argentina, de graves déficits. Si el estado quiere subsidiar la educación, me parece fantástico. Pero, debemos estar dispuestos a pagar más impuestos. Por eso, me parece mejor el pago diferenciado.

Acerca de las universidades, creo que varias de ellas no deberían existir. Y el Ministerio debiera fiscalizar si lo que se está impartiendo allí es una carrera de calidad o es sólo un negociado. Yo estudié y trabajo en una Universidad privada y doy fe de que se trabaja mucho para impartir una formación de calidad. Y a los ex alumnos nos va bastante bien, eso es por algo. Es porque sabemos lo que hacemos y lo hacemos bien. Nos enseñaron bien. Muchas otras Universidades privadas son así. Pero, hay otras donde la exigencia es mínima, se "nivela para abajo" y los alumnos hacen lo que quieren. El año pasado yo trabajé en otra Universidad privada y lo pasé pésimo, por varias razones (yo no estaba bien de salud, que es otro tema, pero igual influyó). Pero, me pareció que, al menos la Facultad en la que trabajé, era un desastre, desorganizada, y donde se me increpó por las lecturas que dí a los alumnos, advirtiéndome de que "el alumno de esa Universidad no estaba preparado para leer eso". ¡Por Dios! ¡Y varios sí lo estaban! ¡Porque cuando leyeron y respondieron las pruebas tuvieron buenos resultados! Sin comentarios.

Apoyo a los estudiantes en su paro y sus marchas. Aunque no esté del todo de acuerdo con lo que piden, celebro que se atrevan a demostrar su decontento. Yo jamás me habría atrevido. No tenía por qué hacerlo, ya que vivía en un ambiento bastante privilegiado, miembro de una generación mucho más apática y obediente. Además, odio las aglomeraciones, los gritos y me dan miedo los flaites infiltrados que embarran todo y hacen que lleguen los guanacos y zorrillos. Me estresa todo eso: gritos, piedras, olores...¡no puedo! soy muy debilucha, lo siento. Y talvez muy cómoda, lo asumo. Prefiero opinar desde mi trinchera. pero celebro que se atrevan y que exijan soluciones: nuestra educación tiene una desigualdad abismante, la PSU es una medida arbitraria, además de ser un negociado, y es el colmo que los jóvenes deban endeudarse tanto para obtener un título que ni siquiera les asegura un buen trabajo.

Y creo que el Gobierno comete un error gravísimo: muchos de ellos pertenecen a este mismo sector privilegiado y no tienen idea lo que sufre la gente de clase media baja en este país. No saben lo que es levantarse a las 5 de la mañana y atravezar Santiago en el transporte público (que es otro tema terrorífico), para trabajar TODO el día, llegar de vuelta a las 11 y ganar un sueldo con el que hay que hacer malabares para mantener a una familia. No lo saben y ni siquiera se han preocupado (esa impresión me da a mí) de hablar con la gente que lo ha vivido. Yo voté por ellos, porque creía que con ellos habría cambios y soluciones. Pero, me han desilusionado. El otro día tuve la oportunidad de escuchar a un señor que trabaja en el MINEDUC, porque en el colegio donde trabajo el Centro de Alumnos organizó un encuentro donde fue un funcionario del Ministerio y una universitaria, a presentar las dos visiones. Y me pareció que el funcionario no tenía idea de lo que estaba hablando. Me dio vergüenza ajena.

martes, julio 05, 2011

Fin de semestre: Adicta a las series

Jamás imaginé que este semestre me resultaría tan agotador. Es que como el año pasado colapsé, este año me he sentido con mucho más energía. Pero, he tenido muuucha pega, lo que es muy muy bueno. Estoy contenta, aunque a estas alturas...AGOTADA! pero, ha sido un buen semestre, a pesar del frío y los resfríos.


Aunque, tampoco todo ha sido pura pega: me declaré adicta a la serie "Games of Trhones". La recomiendo a ojos cerrados. Ya terminé la primera temporada y espero con ansias la segunda. Mientras tanto, pretendo leer los libros de la saga ("Canción de Fuego y Hielo") en mis vacaciones, y comenzar a seguir dos series que acaban de estrenarse: Los Borgia y Los Kennedy.


Y es que siempre me han encantado las series. Sobre todo, en la época universitaria, cuando mi flexibilidad horaria era mayor: Friends, Dawson´s Creek, The OC...más tarde, Grey´s Anatomy, Doctor House y Two and a Half men. En mi época escolar, moría por Beverly Hills 90210 y Melrose Place. Antes, siendo sólo una mini Kuky, gozaba con Alf y Tres por Tres.


De mi estadía en España conservé el gusto por algunas series por Antena 3: recomiendo Aquí no hay quién viva, lo más gracioso que he visto en mucho tiempo. No hay capítulo en que no terminé muerta de risa. Ahora hay una sobre la conquista romana en España, que tengo muchas ganas de ver, aunque por horario no he podido.


Acerca de las series chilenas, lejos la mejor de las que he visto es los 80. Emocionante desde su ambientación. Muy real, muy humana, creo que es una recreación muy acertada de la década de mi infancia. Me ha arrancado varios gritos de emoción al recordar ropa, juguetes, costumbres y comerciales de esa época. Sé que sus modelos fueron la excelente Los Años Maravillosos, que narraba la vida de una familia estadounidense en los 60 (cuyo protagonista era mi amor platónico a los diez años) y Cuentame de TVE, que cuenta las andazas de los Alcántara, en plena transición española. Tremenda también.


Y, por supuesto, las series históricas son mi debilidad. Hay algunas antiquísimas, bastante rescatables, aunque les haría falta una remasterización, como Raíces y Yo Claudio (simplemente ¡notable! la recomiendo a los fanáticos de la historia de Roma, y la novela en la que se basa es mejor aún...). De las actuales, The Tudors me fascinó. Hasta le perdono sus imprecisiones históricas. Me gustó mucho también Roma. Por eso, ahora me "apunto" a los Kennedy y a los Borgia. También me han recomendado Camelot y me tinca bastante, porque me fascina la novela artúrica.


Esa es la tele que me gusta, por eso doy gracias por poder tener cable. Aunque ahora, Internet con Cuevana y otros sitios webs nos dan la misma oportunidad. Confieso que a veces "paso" por Primer Plano, Alfombra Roja, cuando no ando muy estresada veo Contacto y esos programas de denuncia (que son lo mejor del periodismo televiso actual), alguna teleserie, las noticias por la mañana (los matinales ¡jamás!, a esas horas trabajo o duermo y si me pillan despierta y en casa, cambio rápidamente de canal, me aburren. Profundamente.) Por ningún motivo, Yingo ni Calle 7, también me aburren. De hecho, en mi época universitaria jamás ví Mekano. Tanto así, que la muy nerd, no me sabía ningún paso de Axé. No por alguna postura pseudointelectual seriota, si igual a veces me quedo pegada con tonteras faranduleras. Los encuentro fomes. Los realities ya no. Programas de talento casi no he visto, aunque son entretenidos. Me gustaban las teleseries nocturnas, pero Dónde está Elisa me dejaba medio insomne y por eso, sólo veo las que son más chistosas y no tan truculentas.


Si al final, uno ve tele para relajarse, aunque también hay excelentes programas para aprender más en History Chanel, Discovery, Animal Planet, etc. Aunque a veces también aburren, chamullan o repiten. A la tele chilena actual, la encuentro pobre. Se le ocurre una idea a uno, y en el mismo horario, todos dan lo mismo. Y no siempre son buenas ideas. Falta más variedad y menos tontera. Aunque, igual una pequeña dosis de tontera hace bien.


lunes, abril 25, 2011

Felicidad

Me reconozco alegona, malgenio, intensa e intolerante. Pero, creo, dentro de todo, ser optimista y siempre trato de ver el vaso medio lleno. Eso me hace no comprender a la gente incapaz de ser feliz. Gente que tiene una buena vida y es tan malagradecida, que siempre anda de mala cara. Que se complica por todo. Porque para ellos, la vida es un drama. Para mí en cambio, la vida es un regalo. Aunque cada cierto tiempo, este regalo nos pone a prueba, para ver si somos digno de él y es entonces cuando se nos presenta como un campo de batalla. Pero aún, en medio de la peor de las batallas, o en medio de la pataleta más tremenda que pueda darme, soy capaz de reconocer un rayo de sol. Y por eso, mis berrinches son como tormentas de verano y duran poco. No se me da eso de andar con cara larga todo el día y trato de tomarme las cosas con un poco de humor. En resumen, trato de ser feliz. No entiendo entonces que haya gente incapaz de ser feliz y vivir eternamente en una nube negra.

martes, abril 12, 2011

Loosing my religion

A veces me tranquiliza el ser medio hereje y haberme cuestionado tanto mi fe durante toda mi vida, que ya nada de lo que ocurre en torno a ella me sorprenda. En esos momentos, agradezco a Dios el haberme dado un amor incondicional hacia la historia, que por un lado me acerca hacia Él y por otro lado, me devela cómo, a lo largo del tiempo, las caídas de sus representantes en la Tierra, se suceden una y otra vez. Nada nuevo hay bajo el sol. Si no, si fuese más ignorante con respecto a la historia de la Iglesia, o si fuese una creyente más disciplinada y ferviente hacia la Iglesia, creo que estaría al borde del colapso, ante tanta corrupción, manipulación y mentira. Sobre todo, me preocupa la manipulación. Hace unos días, una psicóloga me explicó cómo los abusadores saben trastocar los valores y la realidad de sus víctimas, y por eso éstas callan, a veces por tanto tiempo. No sólo abusan, sino también les lavan el cerebro y les modifican la escala de valores. Eso creo que es lo más turbio de todo este asunto y lo que más me enfurece.

lunes, marzo 21, 2011

Inocencia Robada

Anoche ví Tolerancia Cero y la entrevista a Hamilton, una de las víctimas de Karadima. Chocante su relato. Bestial lo que le tocó vivir, a él y a los demás. Yo les creo. Para que el Vaticano lo haya reconocido, después de siglos de hacer la vista gorda varias veces, es porque debe ser verdad. Además, nadie puede ser tan retorcido como para someterse a ese tipo de confesión pública. Nadie puede inventar algo así, teniendo familia y una pega que quiere mantener. Además se les nota el trauma en la cara. Se nota que no están bien, que sufrieron el abuso físico, y lo que es peor, la manipulación psicológica, aprovechándose de su inocencia de juventud y su fe. Talvez, la fe de estos jóvenes eran tan pura, tan ciega, tan libre de cuestionamientos y dudas, que el abusador se aprovechó de ello para satisfacer sus deseos depravados, haciéndoles creer que eso no era malo, que era normal y una "prueba de templanza".
Me preocupa todo ese círculo de poder que lo protege: los que se hicieron como que no veían, los que no se atreven a contar su testimonio, los que pagan su silencio, los que rompieron las cartas que le acusaban o se negaron a investigar. No es primera vez que ocurre una asquerosidad así, y me temo, tampoco será la última. Si yo puedo entender que una persona, independientemente de su estado civil, casado o soltero, laico o clérigo, pueda caer en una desviación así. Porque es humano y los humanos cometemos errores. Lo que no acepto es que, por miedo, por dinero o por poder, haya un círculo de hierro que se niegue a que se sepa la verdad. Porque ocultar esta verdad es dar pie a que estas cosas sigan ocurriendo. Es convertirse en cómplice.
El comentario de Flo me hizo recordar que hubo una idea que se me quedó en el tintero: creo que lo perturbado que está Hamilton se nota en algunas de sus declaraciones, como decir que Errázuriz es "criminal", cuando yo considero que es un cómplice. Ahí, creo que habló su odio y resentimiento. Por otro lado, creo que se equivoca al creer que los niños del Verbo Divino que se suicidaron fue porque eran víctimas de abuso. Hay muchas razones por las cuales un adolescente comete esa atrocidad: depresión, problemas familiares, adicciones, bullyng...una de ellas es el abuso, pero aún cuando fuera por abuso, no son los curas los únicos abusadores del mundo. Hay abusadores casados, solteros, viudos, separados, curas, empresarios, de cualquier profesión, cualquier edad y nacionalidad. Creo que generalizó su situación, atribuyendo a cualquier problema que sufra un niño, una situación de abuso.

viernes, marzo 18, 2011

Obsesiones

Puedo comprender el dolor de una persona que siente que le cagaron su vida, que la engañaron y siente que le robaron su juventud. En serio, comprendo su dolor, su rabia, su rencor, incluso su odio. Pero no puedo entender que en más de cinco años no logre dar vuelta la hoja y siga dándole vueltas al asunto. Yo creo que en la vida hay que tratar de ignorar lo que nos hace daño. No atacarlo constantemente, para que nos vuelvan a atacar...en fin, me explico: existe una ex numeraria del Opus Dei que lleva mucho tiempo publicando mierdas sobre su ex congregación.
Alguna vez, hace más de cinco años, cuando comencé a relacionarme con gente del Opus, "caí" en su página, y lo que leí, me espantó. me dio pena cómo sufrió, pero nunca entendí para qué dedicó un blog para ello. Además, publicó un libro. Ella cree que su ex congregación es una peste y busca combatirla de ese modo. Pero, en todos estos años, no ha conseguido más que la traten de loca. Y si uno lee lo que escribe, llega a concluir que está obsesionada con el tema. Osea, nadie! puede dedicar un blog a atacar constanmente. Osea, nadie no, ella! Pero yo no comprendo esa actitud, no puedo entender que, si siente que se la cagaron tanto, que le robaron su juventud, que la aplastaron para convertirse en una académica y la enemistaron con su familia, no sea capaz de tratar de hacer una nueva vida y de dejar atrás el pasado. Mandar todo a la mierda y segui adelante. Pero no! vamos tipeando casi a diario más porquerías sobre aquellos que le hicieron daño.
Es como si a uno lo echaran de una pega donde estuvo 20 años, donde lo dio todo, y en lugar de echar puteadas un rato largo, buscar otra pega y tratar de sacar una enseñanza de todo eso, pasara TODO el día despotricando contra sus ex jefes y se dedicara a escribir en un blog especial contra eso. Lo normal, sería dedicarle un par de entradas y ya. Osea, en el caso de ella, ya con el libro y unas entraditas más, habría bastado. Pero, parece que le gusta revolcarse en su propia mierda. ¡Qué pena! No es tonta, no es fea, es culta...podría ser inmensamente feliz! y no, dale con seguir denunciando y peleando, ya que normalmente la atacan quienes no están de acuerdo. ¡Qué horor vivir así! Siempre peleando! ¡qué estrés! si ya la vida nos obliga a pelear a cada rato, ¿para qué buscar pelea?
Lo peor, es que no acepta ninguna opinión discordante y si uno se la da, te acusa de "opusino" y de "estarla atacando". Los que me leen, saben de sobra que de Opus no tengo nada, pero cada vez que lea o escuche algo que no me parezca correcto, voy a dar mi opinión. Ella dije que en Pamplona no había libertad para actuar como uno quiere y si se metía a la U de Navarra, el Opus te acosaría eternamente para que ingresaras a él. No es así. Para nada. Obvio que se te acerca gente, te invita a participar, pero a mí nadie me impuso nada. Y los atados que tuve con gente de allá fue por malos entendidos, no por no ir a sus círculos. Yo gocé mi estancia en Pamplona y mis estudios allá. De hecho, en mi vida me sentí más libre, porque los españoles son mucho más tolerantes y menos criticones. Y allá, esa actitud tan francota que tienen, que puede parecer incluso brusca, a mí me agradó.
Dos veces le comenté. Una acerca de los que acabo de explicar. No publicó mi comentario...¿raro, no? y la vez siguiente, que le aconsejé dejar de hueviar con el blog, dar vuelta la hoja, ser feliz y aprovechar su juventud, belleza e inteligencia...se ofendió! me trató de lo peor! Hace muchísimo de eso, casi dos años. Se me había borrado la existencia de su blog y hoy, de aburrida, lo busqué, suponiendo que ya no seguiría (¿cómo tanto?, digo, yo). Pero existe, persiste, con una perseverancia obsesiva, a pesar de los duros ataques de los adherentes de su ex congregación (que imagino que a estas alturas ya no la pescan, ¿para qué darle más maní?), con su paginita peleadora. ¡Qué amargura, por Dios!

domingo, marzo 13, 2011

Psicosis

María José conoció a Enrique en una linda tarde de primavera. Tras salir un par de semanas, formalizaron su relación y todos estábamos contentos. Nos caía bien Enrique: inteligente, muy cariñoso y preocupado por ella, atento con todos, en resumen, un caballero. Al menos, así nos parecía. Hasta que fue agarrando más confianza, a medida que pasaban los meses y que la relación iba consolidándose. Cuando Enrique no estaba de acuerdo con la opinión de otra persona se transformaba en un ser muy combativo e incluso agresivo. A pesar de que se presentaba como una persona liberal y muy abierta de mente, era un gran intolerante. Por otro lado, al ser tan exitoso en su trabajo y el haber sido siempre un excelente alumno, lo hacían adoptar en ocasiones una actitud pedante, prepotenta y despectiva contra aquellos que consideraba que "no cachaban nada". Seguía cayéndome bien, porque lo encontraba muy choro, esforzado y siento simpatía por quienes defienden sus ideas con pasión. Aunque, me daba lata discutir con él, porque no comprendía que se sulfurara tanto.
Poco después, cuando llevaban más de seis meses, tuvieron su primera ruptura. La Cote no dijo nada. Simplemente, llegó un día diciendo que había pedido un tiempo y anduvo tristona, pero a los pocos días ya habían vuelto. Eso ocurrió unas tres veces más. Ahí, decidí hablar con ella y me dijo que Enrique era demasiado intenso. Y ella, mucho más fría, a veces se sentía ahogada. Él quería verla todos los días, la llamaba diez veces al día, se ponía celoso sin motivo y se molestaba si la Cote defendía algo en lo cual él no creía. Me contó que su familia le había aconsejado terminar con él, porque les preocupaba una relación tan tormentosa, donde de siete días a la semana, cuatro eran con discusiones fuertes, con gritos y llantos.
María José terminó a principios de julio, un mes antes de irse a un viaje idílico con dos amigas por Asia y Australia. Venían planeándolo hace más de tres años y habían ahorrado para ello. Cuando conoció a Enrique, él sabía perfectamente que ella se iría. Pero, intentó manipularla para que no lo hiciera, sin resultado. Durante tres meses, Cote y sus amigas viajaron conociendo lugares increíbles. En esos tres meses, Enrique la atosigó diariamente con mails, mensajes de texto y frases románticas en facebook. Y un mes después de regresar, Cote sucumbió. Estábamos asustadas por nuestra amiga. Desde que volvió a Chile, él no la dejaba tranquila: la llamaba a cada rato, si ella no contestaba le dejaba miles de mensajes o le enviaba más emails. Pero, a ella le conmovió su "ternura", su preocupación y su amor por ella. Además, el prometió cambiar.
Después de su viaje, María José empezó a trabajar y ahí Enrique empezó a sugerir la idea de casarse. Cote se dio cuenta que no quería pasar el resto de su vida con él. Sobre todo, cuando él dio a entender que no quería que ella trabajara después de casarse. Ahí ella no quiso más, y lo mandó definitivamente a la cresta. Enrique volvió a atosigarla con llamadas y mensajes. Pero, Cote cerró su mail, su cuenta de facebook y cambió de celular. Y cuando se aventuró a visitarla, salieron a recibirlo el padre de Cote y sus dos robustos hermanos, amenazándole con llamar a Carabineros si seguía molestando. Eso fue hace dos años. Nunca más lo vi. Cote tampoco. Una amiga lo vio hace poco, más delgado y demacrado, junto a otra chica. Ojalá que en serio haya cambiado.

jueves, marzo 03, 2011

Crónica de una ruptura anunciada

Cuando conocimos a Isabel, a todos les cayó bien. Menos a mí. Nunca me tragué su buena onda, su actitud tan confianzuda con gente a la que veía por primera vez, y esa pose de chica de mundo, tan top y ganadora. Poco tiempo me costó darme cuenta que era una pantalla. Dar consejos sobre look cuando está gorda como tonel, con un corte de pelo horrible, la cara llena de acné y ropa de abuela. En fin...A las pocas semanas concretó su romance con Martín, quien parecía flotar en las nubes y declaraba a los cuatro vientos haber encontrado ¡por fin! a la mujer de su vida. Todos estábamos felices por él. Incluso yo, que nunca compré su personaje de polola perfecta, pero si hacía feliz a mi amigo...¡bien por ella!
Pocos meses después sacó las garras: manipuladora, intrigante y cahuinera. Tratamos de hacerle ver a Martín que su Isabelita era medio doble. Y él no se dio por enterado, y acabó por enojarse con nosotros, ya que ella logró convencerlo de que, de la nada le habíamos agarrado mala, dando vuelta todo. Es que ella es así: vende su pomada de perfecta en todo. Y si algo no le sale bien...logra armar en su perturbada cabeza un montaje para dar vuelta las cosas y culpar siempre al empedrado. Él se alejó de muchos amigos, porque su novia provocó situaciones desagradables con varios de nosotros, motivada por su envidia y amargura. Insultó a prácticamente todos los amigos de Martín: "éste es un alchólico", "ella es una suelta", "él es un flojo", "ella es mala madre", "él es irresponsable", "ella es mala amiga", y otras bondades por el estilo salían de sus amargados labios. Conversar con ella era escuchar un monólogo `constante, sin aceptar opiniones discordantes, acerca de tres temas: pelambres, desgracias o una interminable autoalabanza donde se definía como la polola perfecta del hombre más maravilloso del mundo.
Tanta melosidad no me la tragué. Desconfío de las relaciones perfectas. Y no me equivoqué. Menos con alguien tan intrigante y manipulador, que a cada rato demostraba su maldad y hacía daño. Consiguió, a punta de manipulación, seducción y mentiras, la anhelada roca. Un anillo apoteósico, junto a la fecha de rigor. Muchos, ya entonces, predecían un desastre. Nadie con mala intención. En verdad, deseábamos, de corazón, estar equivocados y que ella nos tapara la boca a todos. Pero no fue así. Y luego de un par de años de un matrimonio que ella se empeñó en hacer parecer perfecto, decidió terminar. El pobre Martín no entendía nada. Los amigos volvieron a hablar con él y a recordarle sus advertencias y cómo él, en ese entonces, estaba dispuesto a jugársela con una mujer complicada. ¡Y no se acordaba! Es que cuando alguien está "embobado" de amor, no quiere ver ni escuchar nada.
¡Qué pena! Y ella, por supuesto que sigue pintándole a quien quiera escucharla, una trágica historia, donde ella es una pobre víctima, como si fuese una blanca paloma, la mujer perfecta cuyo marido "no dio la talla". Cuando en realidad es una falsa, manipuladora e intrigante, con el vestido de novia en el bolsillo, que luego de conseguir lo que quería, se dio cuenta de que no era suficiente. Porque no basta con casarse con un hombre espectacular, tener la roca, el vestido y una ceremonia de ensueño. No basta con que su marido la quiera y le aguante todo. No basta con tener una casa maravillosa. Además, él quería que se deslomara para mantenerla como reina, con casa en la playa, tres autos, dos nanas y un viaje anual. Y como Martín no ganaba como para eso, le pareció que era insuficiente para "ella", tan top y tan excelente profesional.
Isabel es una de las mujeres más falsas y despreciables que he conocido. Hace mucho que dejé de hablarle (poco después de que se casó), la bloqueé de facebook y dejé de contestar sus llamadas. Porque me enteré que, por envidia, hacía comentarios agrios y malintencionados sobre mí a mis espaldas. Ahora que ya no está con mi amigo, tengo la fortuna de no tener que verla más. Pero, obviamente, no celebro su ruptura. Jamás podría celebrar una separación. Además, igual debe sufrir siendo como es.

viernes, febrero 25, 2011

Amores incomprendidos

Curiosamente, hoy no puedo dejar de pensar en la historia de Alicia y Miguel. Una pareja bonita y romántica, como salida de esas películas melosas que dan para el 14 de febrero. Pero que siempre me pareció algo dispareja. Algo no cuadraba entre tantas flores y versos. Ambos jóvenes, guapos, amables y exitosos. ¡Pero tan distintos! De mundos muy diferentes, y lo que es peor, con prioridades diferentes. Sólo les unía su amor y un proyecto idílico de una vida en común. Quien los viera una vez, pensaba que ése era un amor como el de Romeo y Julieta. Perfecto y casi inalcanzable. Quien los viera dos veces, no comprendería en qué extraño rincón del mundo se toparon dos seres tan diferentes. Y quien los viera tres veces, se daba cuenta que ambas impresiones eran correctas. Y en ello estaba el punto débil de aquél amor. Demasiada ilusión puesta en un amor entre dos seres tan distintos. Y poca comprensión mutua de aquellas diferencias tan abismantes. Lo que hacía pensar en una relación un poco tormentosa.

Alicia quería casarse. Creía haber encontrado a su príncipe, quien la contemplaba y celebraba sus talentos. Quienes observaban de lejos temían que aquello ocurriera demasiado pronto. "Les falta mucho por recorrer, por conocerse, por aceptarse". Muchos problemas por resolver, muchas diferencias qué superar. Y un día, se acabó. De un momento a otro, me enteré de la noticia. Pero no me extrañó. Creí que el tiempo acabaría resolviendo sus diferencias. Pero, el tiempo pasaba y nada cambiaba. Ella bordaba su velo de novia entre risas y cantos, mientras él sonreía en silencio. Pero la petición formal nunca llegaba y algunos se alegraban de que así fuera. Ella comenzó a urgirse. Hasta que, un soleado día de enero, decidió encararlo. Darle un ultimátum. Pero Miguel se asustó. Y decidió acabarlo todo, dejando a una desconsolada Alicia con su vestido en la cartera y desconcertada. ¿Será mejor así? ¿Sufrir el desamor un par de meses, en vez de arriesgarse a formalizar una relación tormentosa? Al parecer, así pensó Miguel. El tema es que no sé qué tanto escuchó a los demás. Éste fue siempre un amor incomprendido. Tan romántico, que era meloso a los ojos de algunos, más fríos en sus demostraciones. Tan distintos sus protagonistas, que muchos no comprendían cómo estaban juntos.

martes, febrero 22, 2011

La Guerra y la Paz

Alguna vez expliqué, en aquél muy bélico año 2009, como la vida podía compararse a un campo de batalla. Y aunque ahora vivo momentos de paz absoluta, sigo afirmándolo. La vida es así: períodos de guerra y de paz. A veces los primeros son más largos de lo quisiéramos, pero es lo que nos toca,y como buenos soldados debemos enfrentarlo con valor y fuerza. Y luego, cuando llega la paz, gozarla. Gozarla al máximo y ser agradecidos. No sólo de Dios o de la suerte (depende en qué creamos, porque todos creen en Algo. aunque no quieran reconocerlo u otorgarle una identidad), sino de ese momento maravilloso de paz. Empañarlo enfracándose en batallas insignificantes o recordando los malos momentos sufridos es una forma de ingratitud. Porque es además el sufrimiento, es decir, la guerra, nuestro mejor profesor de vida. Es entonces cuando más crecemos, más maduramos, más aprendemos y más evolucionamos. Y todas esas lecciones las asimilamos y aplicamos en los períodos de paz.
Fueron tantas las lecciones que aprendí en mi última batalla, algunas a punta de lágrimas y mareos, que eso me llevó a celebrar en grande mis 30 años y a no llorar por sentirme "vieja". ¡Si me siento bien, tengo energía, tengo amor, mi familia está bien y hago lo que me gusta!¿de qué quejarme? ¿de no ser millonaria o no tener facha de modelo?¿de que siempre hay gente mala qu busca perjudicarte o gente envidiosa o rollera que no sabe ser feliz y trata de amargar al resto? ¡es lo que hay! y hay que aceptarlo. Luchar contra ello es lo que yo llamo batallas insignificantes que perjudican lo provechoso que es un momento de paz luego de una larga batalla. Perjudican nuestro aprendizaje y nuestro crecimiento personal.
En estos tiempos de paz aprendí a ser agradecida, más relajada y menos intensa. También aprendí que hay ciertas personas que es mejor evitar, porque no sólo no nos aportan nada, sino que nos hacen daño. Aprendí a distinguir las prioridades en diferentes categorías y a no pelear batallas perdidas ni ajenas. Y que el cumplir tres décadas en un momento como éste es un regalo más que me da la vida, no un tormento.

martes, febrero 08, 2011

El Rayo Verde


Dirigida por el genial Eric Rohmmer en 1986, esta película francesa veraniega deja mucho para pensar. Su protagonista, Delphine, es una secretaria que está bastante deprimida por el fin de una larga relación. La maravilla que es París en verano no logra sacarla de su tristeza. Por eso, centra sus esperanzas en su ansiado mes de vacaciones, en el que irá dos semanas a Grecia con una amiga. Pero, hay un cambio de planes que a Delphine la hunde aún más en su depresión. Amigos y familia tratan de incluirla en sus planes veraniegos o la intentan convencer de viajar sola. Pero, Delphine no quiere. Y cuando se atreve, no se siente feliz.
Delphine está sumida en una profunda tristeza. Las playas de Normandía, rodeada de amigos muy amables, no le satisfacen. Tampoco las montañas. Finalmente, va a Biarritz. Y, tras rechazar nuevamente a un "pretendiente" (Delphine le teme a los hombres, porque está herida, teme arriesgarse en una nueva relación, porque teme sufrir), decide volver a París. Pero, la estación de trenes le depara una maravillosa sorpresa...
Del rayo verde oye hablar en Biarritz: el último rayo del sol que se ve cuando éste se pone en el mar. No siempre se ve, y por eso, se supone que quien logra verlo, logra aclarar sus sentimientos. Justo lo que necesita una Delphine confundida, temerosa y deprimida.

domingo, febrero 06, 2011

Puma


Ya no me urge que me digan agresiva. A lo hecho pecho, y mis razones tuve. Como buena escorpiona, pico cuando me atacan. Una vez hice uno de esos tests ñoños de facebook acerca de cuál animal identificaba mi personalidad y salí puma. Grata sorpresa ser una leona sudamericana. Me encantan esos felinos. Y lo que leí hace poco de ellos me identificó mucho más. Son feroces sólo cuando se sienten amenazados y para cazar para comer. Generalmente, huyen del hombre y no lo atacan. Yo soy así, de hecho soy una puma ermitaña, que tras cazar todos los días (metafóricamente hablando), se refugia en su madriguera e incluso ronronea. Pero, ¡ay de aquél que perturbe la paz de mi madriguera o de mi manada!

martes, febrero 01, 2011

Agresividad

Hoy me dijeron que mi forma de decir las cosas es agresiva. Y, curiosamente, me lo dice una persona a la que quiero mucho, pero insultó a mi madre. ¿Cómo no ser agresiva ante algo así? Mi afán no era pelear ni agredir a nadie y talvez mis palabras fueron agresivas. Pero me ofusqué, me ofusqué en serio. Y talvez, no medí mis palabras. Es que cuando atacan por atacar, sin fundamentos, sin saber, sin querer saber cómo fueron las cosas, me emputecen. Si después paso por falta de respeto y agresiva, sorry...es lo que hay. Sobre todo si ataco un ataque que fue agresivo. Talvez es cierto eso de que uno nunca termina de conocer a la gente y a mí últimamente por Dios que me han sorprendido.
Tanto de forma literal como metafórica, esta semana veo las cosas con una claridad impresionante. Me entregaron mis nuevos anteojos y es impresionante lo bien que veo ahora...pero, por otro lado, siento que he abierto los ojos en otros aspectos de mi vida, cosa que no veía, por muy evidentes que fuesen, ahora las veo con claridad...por algo dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Y si mi nueva forma de ver las cosas me motiva a ser menos inocente, más observadora y a parar los carros o golpear la mesa, está bien. No hay porqué quedarse pasivamente callada cuando a uno lo atacan descaradamente o cuando alguien insulta injustamente a alguien que queremos.

miércoles, enero 19, 2011

Justicia

Hoy en Chile, todos nos despertamos con el fallo del juicio contra Pilar Pérez y su sicario. Fueron declarados culpable y ahora se espera la sentencia, que espero, sea cadena perpetua y no 20 años. Es una gran satisfacción saber que se está haciendo justicia, en un caso tan horroroso como ése. Ojalá todas las Pilar Pérez que andan sueltas por ahí asesinando en serie, sufrieran su misma suerte. ¿Qué es eso de andar mandando matar gente, cuando ésta nos hiere o se interpone en nuestros planes? Eso es de mafiosos, de gente de baja estofa, de criminales. Y para los criminales, todo el rigor de la justicia.
Lo que le pasó a Diego, al que conocí de niña, ya que éramos vecinos, fue una tragedia. Pero, como sus padres lucharon porque se hiciera justicia, esta asesina y su títere fueron desenmascarados y así se supo que llevaba mucho más tiempo llevando a cabo su malvado plan. En ese sentido, lo que le pasó a Diego, espantoso como fue, sirvió para poner fin a una de las mentes más diabólicas que ha vivido en este país. Una mujer sin escrúpulos, cruel, ambiciosa y cínica, además de cobarde, ya que intentó suicidarse cuando la apresaron. En una palabra: escoria.
Por eso, estoy feliz de que la justicia chilena por fin halla fallado en su contra y espero que se ejecute todo el rigor de la ley contra ella. Y si aún hubiese pena de muerte, yo la ejecutaría (sí, soy un poco nazi, pero es lo que hay). Porque una persona como ella atenta contra la seguridad de la sociedad. Es un miembro gangrenado, y como tal, hay que amputarlo. Igual que otras escorias como Andaur o el Tila. Otros casos que, en su momento, me sulfuraron y me hicieron olvidar que soy cristiana y que mi religión me motiva a perdonar. Simplemente, no puedo perdonar a un asesino o a un violador.
Y hay que tomar en cuenta otra cosa: acá se hizo justicia, porque los padres de Diego son gente con recursos, conocida y que pelearon hasta conseguir justicia. Pero...¿cuántos casos similares hay en que ni nos enteramos y el crimen queda impune, porque los padres no tienen los medios para lograr que se haga justicia? O, a veces, quien cometió el crimen es demasiado "poderoso" y nadie se atreve a castigarlo.