lunes, marzo 21, 2011

Inocencia Robada

Anoche ví Tolerancia Cero y la entrevista a Hamilton, una de las víctimas de Karadima. Chocante su relato. Bestial lo que le tocó vivir, a él y a los demás. Yo les creo. Para que el Vaticano lo haya reconocido, después de siglos de hacer la vista gorda varias veces, es porque debe ser verdad. Además, nadie puede ser tan retorcido como para someterse a ese tipo de confesión pública. Nadie puede inventar algo así, teniendo familia y una pega que quiere mantener. Además se les nota el trauma en la cara. Se nota que no están bien, que sufrieron el abuso físico, y lo que es peor, la manipulación psicológica, aprovechándose de su inocencia de juventud y su fe. Talvez, la fe de estos jóvenes eran tan pura, tan ciega, tan libre de cuestionamientos y dudas, que el abusador se aprovechó de ello para satisfacer sus deseos depravados, haciéndoles creer que eso no era malo, que era normal y una "prueba de templanza".
Me preocupa todo ese círculo de poder que lo protege: los que se hicieron como que no veían, los que no se atreven a contar su testimonio, los que pagan su silencio, los que rompieron las cartas que le acusaban o se negaron a investigar. No es primera vez que ocurre una asquerosidad así, y me temo, tampoco será la última. Si yo puedo entender que una persona, independientemente de su estado civil, casado o soltero, laico o clérigo, pueda caer en una desviación así. Porque es humano y los humanos cometemos errores. Lo que no acepto es que, por miedo, por dinero o por poder, haya un círculo de hierro que se niegue a que se sepa la verdad. Porque ocultar esta verdad es dar pie a que estas cosas sigan ocurriendo. Es convertirse en cómplice.
El comentario de Flo me hizo recordar que hubo una idea que se me quedó en el tintero: creo que lo perturbado que está Hamilton se nota en algunas de sus declaraciones, como decir que Errázuriz es "criminal", cuando yo considero que es un cómplice. Ahí, creo que habló su odio y resentimiento. Por otro lado, creo que se equivoca al creer que los niños del Verbo Divino que se suicidaron fue porque eran víctimas de abuso. Hay muchas razones por las cuales un adolescente comete esa atrocidad: depresión, problemas familiares, adicciones, bullyng...una de ellas es el abuso, pero aún cuando fuera por abuso, no son los curas los únicos abusadores del mundo. Hay abusadores casados, solteros, viudos, separados, curas, empresarios, de cualquier profesión, cualquier edad y nacionalidad. Creo que generalizó su situación, atribuyendo a cualquier problema que sufra un niño, una situación de abuso.

viernes, marzo 18, 2011

Obsesiones

Puedo comprender el dolor de una persona que siente que le cagaron su vida, que la engañaron y siente que le robaron su juventud. En serio, comprendo su dolor, su rabia, su rencor, incluso su odio. Pero no puedo entender que en más de cinco años no logre dar vuelta la hoja y siga dándole vueltas al asunto. Yo creo que en la vida hay que tratar de ignorar lo que nos hace daño. No atacarlo constantemente, para que nos vuelvan a atacar...en fin, me explico: existe una ex numeraria del Opus Dei que lleva mucho tiempo publicando mierdas sobre su ex congregación.
Alguna vez, hace más de cinco años, cuando comencé a relacionarme con gente del Opus, "caí" en su página, y lo que leí, me espantó. me dio pena cómo sufrió, pero nunca entendí para qué dedicó un blog para ello. Además, publicó un libro. Ella cree que su ex congregación es una peste y busca combatirla de ese modo. Pero, en todos estos años, no ha conseguido más que la traten de loca. Y si uno lee lo que escribe, llega a concluir que está obsesionada con el tema. Osea, nadie! puede dedicar un blog a atacar constanmente. Osea, nadie no, ella! Pero yo no comprendo esa actitud, no puedo entender que, si siente que se la cagaron tanto, que le robaron su juventud, que la aplastaron para convertirse en una académica y la enemistaron con su familia, no sea capaz de tratar de hacer una nueva vida y de dejar atrás el pasado. Mandar todo a la mierda y segui adelante. Pero no! vamos tipeando casi a diario más porquerías sobre aquellos que le hicieron daño.
Es como si a uno lo echaran de una pega donde estuvo 20 años, donde lo dio todo, y en lugar de echar puteadas un rato largo, buscar otra pega y tratar de sacar una enseñanza de todo eso, pasara TODO el día despotricando contra sus ex jefes y se dedicara a escribir en un blog especial contra eso. Lo normal, sería dedicarle un par de entradas y ya. Osea, en el caso de ella, ya con el libro y unas entraditas más, habría bastado. Pero, parece que le gusta revolcarse en su propia mierda. ¡Qué pena! No es tonta, no es fea, es culta...podría ser inmensamente feliz! y no, dale con seguir denunciando y peleando, ya que normalmente la atacan quienes no están de acuerdo. ¡Qué horor vivir así! Siempre peleando! ¡qué estrés! si ya la vida nos obliga a pelear a cada rato, ¿para qué buscar pelea?
Lo peor, es que no acepta ninguna opinión discordante y si uno se la da, te acusa de "opusino" y de "estarla atacando". Los que me leen, saben de sobra que de Opus no tengo nada, pero cada vez que lea o escuche algo que no me parezca correcto, voy a dar mi opinión. Ella dije que en Pamplona no había libertad para actuar como uno quiere y si se metía a la U de Navarra, el Opus te acosaría eternamente para que ingresaras a él. No es así. Para nada. Obvio que se te acerca gente, te invita a participar, pero a mí nadie me impuso nada. Y los atados que tuve con gente de allá fue por malos entendidos, no por no ir a sus círculos. Yo gocé mi estancia en Pamplona y mis estudios allá. De hecho, en mi vida me sentí más libre, porque los españoles son mucho más tolerantes y menos criticones. Y allá, esa actitud tan francota que tienen, que puede parecer incluso brusca, a mí me agradó.
Dos veces le comenté. Una acerca de los que acabo de explicar. No publicó mi comentario...¿raro, no? y la vez siguiente, que le aconsejé dejar de hueviar con el blog, dar vuelta la hoja, ser feliz y aprovechar su juventud, belleza e inteligencia...se ofendió! me trató de lo peor! Hace muchísimo de eso, casi dos años. Se me había borrado la existencia de su blog y hoy, de aburrida, lo busqué, suponiendo que ya no seguiría (¿cómo tanto?, digo, yo). Pero existe, persiste, con una perseverancia obsesiva, a pesar de los duros ataques de los adherentes de su ex congregación (que imagino que a estas alturas ya no la pescan, ¿para qué darle más maní?), con su paginita peleadora. ¡Qué amargura, por Dios!

domingo, marzo 13, 2011

Psicosis

María José conoció a Enrique en una linda tarde de primavera. Tras salir un par de semanas, formalizaron su relación y todos estábamos contentos. Nos caía bien Enrique: inteligente, muy cariñoso y preocupado por ella, atento con todos, en resumen, un caballero. Al menos, así nos parecía. Hasta que fue agarrando más confianza, a medida que pasaban los meses y que la relación iba consolidándose. Cuando Enrique no estaba de acuerdo con la opinión de otra persona se transformaba en un ser muy combativo e incluso agresivo. A pesar de que se presentaba como una persona liberal y muy abierta de mente, era un gran intolerante. Por otro lado, al ser tan exitoso en su trabajo y el haber sido siempre un excelente alumno, lo hacían adoptar en ocasiones una actitud pedante, prepotenta y despectiva contra aquellos que consideraba que "no cachaban nada". Seguía cayéndome bien, porque lo encontraba muy choro, esforzado y siento simpatía por quienes defienden sus ideas con pasión. Aunque, me daba lata discutir con él, porque no comprendía que se sulfurara tanto.
Poco después, cuando llevaban más de seis meses, tuvieron su primera ruptura. La Cote no dijo nada. Simplemente, llegó un día diciendo que había pedido un tiempo y anduvo tristona, pero a los pocos días ya habían vuelto. Eso ocurrió unas tres veces más. Ahí, decidí hablar con ella y me dijo que Enrique era demasiado intenso. Y ella, mucho más fría, a veces se sentía ahogada. Él quería verla todos los días, la llamaba diez veces al día, se ponía celoso sin motivo y se molestaba si la Cote defendía algo en lo cual él no creía. Me contó que su familia le había aconsejado terminar con él, porque les preocupaba una relación tan tormentosa, donde de siete días a la semana, cuatro eran con discusiones fuertes, con gritos y llantos.
María José terminó a principios de julio, un mes antes de irse a un viaje idílico con dos amigas por Asia y Australia. Venían planeándolo hace más de tres años y habían ahorrado para ello. Cuando conoció a Enrique, él sabía perfectamente que ella se iría. Pero, intentó manipularla para que no lo hiciera, sin resultado. Durante tres meses, Cote y sus amigas viajaron conociendo lugares increíbles. En esos tres meses, Enrique la atosigó diariamente con mails, mensajes de texto y frases románticas en facebook. Y un mes después de regresar, Cote sucumbió. Estábamos asustadas por nuestra amiga. Desde que volvió a Chile, él no la dejaba tranquila: la llamaba a cada rato, si ella no contestaba le dejaba miles de mensajes o le enviaba más emails. Pero, a ella le conmovió su "ternura", su preocupación y su amor por ella. Además, el prometió cambiar.
Después de su viaje, María José empezó a trabajar y ahí Enrique empezó a sugerir la idea de casarse. Cote se dio cuenta que no quería pasar el resto de su vida con él. Sobre todo, cuando él dio a entender que no quería que ella trabajara después de casarse. Ahí ella no quiso más, y lo mandó definitivamente a la cresta. Enrique volvió a atosigarla con llamadas y mensajes. Pero, Cote cerró su mail, su cuenta de facebook y cambió de celular. Y cuando se aventuró a visitarla, salieron a recibirlo el padre de Cote y sus dos robustos hermanos, amenazándole con llamar a Carabineros si seguía molestando. Eso fue hace dos años. Nunca más lo vi. Cote tampoco. Una amiga lo vio hace poco, más delgado y demacrado, junto a otra chica. Ojalá que en serio haya cambiado.

jueves, marzo 03, 2011

Crónica de una ruptura anunciada

Cuando conocimos a Isabel, a todos les cayó bien. Menos a mí. Nunca me tragué su buena onda, su actitud tan confianzuda con gente a la que veía por primera vez, y esa pose de chica de mundo, tan top y ganadora. Poco tiempo me costó darme cuenta que era una pantalla. Dar consejos sobre look cuando está gorda como tonel, con un corte de pelo horrible, la cara llena de acné y ropa de abuela. En fin...A las pocas semanas concretó su romance con Martín, quien parecía flotar en las nubes y declaraba a los cuatro vientos haber encontrado ¡por fin! a la mujer de su vida. Todos estábamos felices por él. Incluso yo, que nunca compré su personaje de polola perfecta, pero si hacía feliz a mi amigo...¡bien por ella!
Pocos meses después sacó las garras: manipuladora, intrigante y cahuinera. Tratamos de hacerle ver a Martín que su Isabelita era medio doble. Y él no se dio por enterado, y acabó por enojarse con nosotros, ya que ella logró convencerlo de que, de la nada le habíamos agarrado mala, dando vuelta todo. Es que ella es así: vende su pomada de perfecta en todo. Y si algo no le sale bien...logra armar en su perturbada cabeza un montaje para dar vuelta las cosas y culpar siempre al empedrado. Él se alejó de muchos amigos, porque su novia provocó situaciones desagradables con varios de nosotros, motivada por su envidia y amargura. Insultó a prácticamente todos los amigos de Martín: "éste es un alchólico", "ella es una suelta", "él es un flojo", "ella es mala madre", "él es irresponsable", "ella es mala amiga", y otras bondades por el estilo salían de sus amargados labios. Conversar con ella era escuchar un monólogo `constante, sin aceptar opiniones discordantes, acerca de tres temas: pelambres, desgracias o una interminable autoalabanza donde se definía como la polola perfecta del hombre más maravilloso del mundo.
Tanta melosidad no me la tragué. Desconfío de las relaciones perfectas. Y no me equivoqué. Menos con alguien tan intrigante y manipulador, que a cada rato demostraba su maldad y hacía daño. Consiguió, a punta de manipulación, seducción y mentiras, la anhelada roca. Un anillo apoteósico, junto a la fecha de rigor. Muchos, ya entonces, predecían un desastre. Nadie con mala intención. En verdad, deseábamos, de corazón, estar equivocados y que ella nos tapara la boca a todos. Pero no fue así. Y luego de un par de años de un matrimonio que ella se empeñó en hacer parecer perfecto, decidió terminar. El pobre Martín no entendía nada. Los amigos volvieron a hablar con él y a recordarle sus advertencias y cómo él, en ese entonces, estaba dispuesto a jugársela con una mujer complicada. ¡Y no se acordaba! Es que cuando alguien está "embobado" de amor, no quiere ver ni escuchar nada.
¡Qué pena! Y ella, por supuesto que sigue pintándole a quien quiera escucharla, una trágica historia, donde ella es una pobre víctima, como si fuese una blanca paloma, la mujer perfecta cuyo marido "no dio la talla". Cuando en realidad es una falsa, manipuladora e intrigante, con el vestido de novia en el bolsillo, que luego de conseguir lo que quería, se dio cuenta de que no era suficiente. Porque no basta con casarse con un hombre espectacular, tener la roca, el vestido y una ceremonia de ensueño. No basta con que su marido la quiera y le aguante todo. No basta con tener una casa maravillosa. Además, él quería que se deslomara para mantenerla como reina, con casa en la playa, tres autos, dos nanas y un viaje anual. Y como Martín no ganaba como para eso, le pareció que era insuficiente para "ella", tan top y tan excelente profesional.
Isabel es una de las mujeres más falsas y despreciables que he conocido. Hace mucho que dejé de hablarle (poco después de que se casó), la bloqueé de facebook y dejé de contestar sus llamadas. Porque me enteré que, por envidia, hacía comentarios agrios y malintencionados sobre mí a mis espaldas. Ahora que ya no está con mi amigo, tengo la fortuna de no tener que verla más. Pero, obviamente, no celebro su ruptura. Jamás podría celebrar una separación. Además, igual debe sufrir siendo como es.