jueves, diciembre 10, 2009

Adiós tío Felipe

La muerte tocó nuestra puerta el lunes en la madrugada. El tío Felipe, tras una ardua batalla contra el cáncer que duró diez meses, se durmió para siempre. Pero estamos tranquilos, aunque con una pena inmensa. Se fue como un valiente, peleó hasta el final. Aunque no siento que haya perdido la batalla. Sólo su cuerpo fue derrotado, agotado por el desarrollo incesante de una enfermedad implacable. Pero su alma triunfó, porque nunca, ni aún en medio de terribles sufrimientos le ví quejarse de por qué le pasó esto a él, siempre asumió con valentía. Dio la pelea hasta el final, agotando hasta las últimas instancias, para pasar más tiempo con sus seres queridos.
Una muerte como debe ser: tranquila, sin miedo, rodeado del cariño y las oraciones de sus seres queridos. Una bonita muerte, a pesar de que los días anteriores fueron terribles para él. Los remedios le permitieron morir sin dolor y tras despedirse de su adorada familia, fue apagándose, como una velita, mientras rezábamos por él, para que tuviese un buen viaje. Y estoy segura de que fue así. Yo estaba allí y en ningún momento sentí angustia, sólo pena y luego una paz gigantesca.
Se fue tranquilo, porque tuvo una vida ejemplar, un ejemplo de matrimonio, un gran profesional, preocupado y cariñoso con los demás, con una vocación de servicio impresionante, de esas personas que se entregan por entero, auténtico, jamás anduvo por la vida con caretas. Un excelente padre, muy buen amigo. La gran cantidad de gente que los acompañó en estos meses no fue casualidad. Les apoyaron porque se lo merecen, tanto él, como la tía Bernardita y sus hijos. De esas personas que lucharon toda su vida, grandiosas, que ya no necesitaba luchas más. A Dios le encanta llamar antes de tiempo a estas personas tan completas y buenas. Por eso lo llamó.
Desde aquí, mi humilde homenaje a mi suegro querido, al que conozco hace más de diez años y al que quiero como a un segundo padre. No se preocupe, tío, que yo cuidaré bien a su niño y acompañaré a su querida Berni, su compañera de toda la vida. Su familia queda en buenas manos, los que estamos cerca les apoyaremos siempre.

3 comentarios:

Flo dijo...

Lo siento mucho. Suena como que fue una gran persona, qué bueno que lo tuviste en tu vida.
Saludos.

Anónimo dijo...

Lo siento mucho. Me alegra que la despedida haya sido tan en paz como cuentas. Eso ayuda a superar la pena.

Isabel Barceló Chico dijo...

Este post, con toda la carga de pena, de admiración y de cariño que destila, de paz y de aceptación de la muerte inevitable, me ha llegado muy hondo. Algo así me gustaría que escribirera alguien de mí, a mi muerte. Un abrazo muy fuerte y que el próximo año te traiga cosas buenas.