viernes, febrero 25, 2011

Amores incomprendidos

Curiosamente, hoy no puedo dejar de pensar en la historia de Alicia y Miguel. Una pareja bonita y romántica, como salida de esas películas melosas que dan para el 14 de febrero. Pero que siempre me pareció algo dispareja. Algo no cuadraba entre tantas flores y versos. Ambos jóvenes, guapos, amables y exitosos. ¡Pero tan distintos! De mundos muy diferentes, y lo que es peor, con prioridades diferentes. Sólo les unía su amor y un proyecto idílico de una vida en común. Quien los viera una vez, pensaba que ése era un amor como el de Romeo y Julieta. Perfecto y casi inalcanzable. Quien los viera dos veces, no comprendería en qué extraño rincón del mundo se toparon dos seres tan diferentes. Y quien los viera tres veces, se daba cuenta que ambas impresiones eran correctas. Y en ello estaba el punto débil de aquél amor. Demasiada ilusión puesta en un amor entre dos seres tan distintos. Y poca comprensión mutua de aquellas diferencias tan abismantes. Lo que hacía pensar en una relación un poco tormentosa.

Alicia quería casarse. Creía haber encontrado a su príncipe, quien la contemplaba y celebraba sus talentos. Quienes observaban de lejos temían que aquello ocurriera demasiado pronto. "Les falta mucho por recorrer, por conocerse, por aceptarse". Muchos problemas por resolver, muchas diferencias qué superar. Y un día, se acabó. De un momento a otro, me enteré de la noticia. Pero no me extrañó. Creí que el tiempo acabaría resolviendo sus diferencias. Pero, el tiempo pasaba y nada cambiaba. Ella bordaba su velo de novia entre risas y cantos, mientras él sonreía en silencio. Pero la petición formal nunca llegaba y algunos se alegraban de que así fuera. Ella comenzó a urgirse. Hasta que, un soleado día de enero, decidió encararlo. Darle un ultimátum. Pero Miguel se asustó. Y decidió acabarlo todo, dejando a una desconsolada Alicia con su vestido en la cartera y desconcertada. ¿Será mejor así? ¿Sufrir el desamor un par de meses, en vez de arriesgarse a formalizar una relación tormentosa? Al parecer, así pensó Miguel. El tema es que no sé qué tanto escuchó a los demás. Éste fue siempre un amor incomprendido. Tan romántico, que era meloso a los ojos de algunos, más fríos en sus demostraciones. Tan distintos sus protagonistas, que muchos no comprendían cómo estaban juntos.

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