martes, diciembre 30, 2008

Incongruencias

Ayer me pasó algo insólito: iba en una micro, hacia un lugar de Santiago donde no me ubico muy bien, y como soy perdida, iba muy urgida. En la micro iba una chica de unos 18 años, con su hermano chico, que tendría diez. La niña iba hablando muy fuerte, contándole a su hermanito cómo lo había pasado en sus trabajos de verano y, para mi gusto, jactándose un poco de la ayuda que había prestado en una comunidad mapuche muy pobre. A pesar de ello, yo la escuchaba admirada. Parecía ser de esas personas muy caritativas, con una fuerte vocación por lo social. Eso pensé, hasta que nos bajamos en el mismo paradero...como me pareció simpática, le pregunté dónde quedaba la calle que yo buscaba. Y entonces ella, siguió caminando, sin mirarme, ignorándome por completo (ni que yo tuviera pinta de asaltante) y sólo cuando le insistí, me dijo "no sé". Sin mirarme ni detenerse. La encontré absolutamente incoherente. No me importó que no supiera, eso es lo de menos. Fue su nula disposición a ayudar. Por un lado se jacta de cómo sacrifica una semana de sus vacaciones por ayudar a gente necesitada (algo muy loable, es cierto), pero es incapaz de ayudar a una persona que se le cruza por la calle. No es primera vez que conozco gente así. Personas que son campeonas para inscribirse en cuanta obra social existe, pero incapaces de ayudar al prójimo más cercano. Copan su agenda de apostolados, pero olvidan el "apostolado diario". Yo no entiendo, porque en general, quien es tan desprendido de sacrificar su tiempo libre en ayudar a los necesitados, es porque tiene un gran amor por entregar y ayuda a todo aquel que lo necesite.

viernes, diciembre 26, 2008

El que espera, desespera...

Fines de diciembre...época de definiciones, recontrataciones y aprobación de nuevos proyectos. Esperando que los mails y los llamados se respondan, insistiendo, yendo a reuniones y entrevistas. Siempre es así en esta época. Este fin de año ha sido especialmente movido...por fortuna, todo va saliendo bien. Y después de Año Nuevo, espero recibir todas las respuestas que demoran en llegar.

Esperar...siempre he sido impaciente y me carga tener que esperar. Por eso, estoy de acuerdo con eso del que espera desespera. Siempre quiero todo para ayer. Tampoco ayuda mucho cuando el resto te bombardea de preguntas acerca de tus próximos proyectos...yo procuro ser reservada, pero a veces se enteran por otro lado y...¡no paran de preguntar y presionar! y yo no cuento nada, porque mil veces, los proyectos se quedan en el papel y después te salen con eso de ¿y qué pasó? Es que la gente, por dárselas de "preocupada" peca de copuchenta o envidiosa.

Por eso, yo no pesco. Sigo adelante con todas las cosas que me he propuesto para el 2009 y esperando respuestas. Con grandes esperanzas para el próximo año. Pero en silencio. Todavía es muy pronto para hacer balances.

miércoles, diciembre 17, 2008

Max Arthur


Hace unas semanas, este historiador británico visitó Chile, invitado por la Universidad Gabriela Mistral y el diario El Mercurio. Yo tuve la suerte de ir a una de sus conferencias y conocer su experiencia como narrador de las principales guerras del siglo XX, basándose en el testimonio de sus protagonistas.
A pesar de que él nunca estudió Historia, sus investigaciones constituyen un aporte muy valioso para la historiografía contemporánea, porque él hace reconstrucciones históricas a partir de las fuentes orales de las personas comunes y corrientes que protagonizaron el hecho. Deja de lado las fuentes clásicas de la Historia tradicional, porque no le interesa que sus libros sean un ensayo más sobre las guerras. Su esfuerzo va más orientado a hacernos reflexionar acerca del costo humano de los conflictos, usando como fuentes las entrevistas y grabaciones de los testimonios de veteranos de guerra y viudas.
Deja de lado documentos oficiales, análisis de los conflictos y las declaraciones de los grandes líderes. De hecho, cuando le preguntan acerca de los grandes culpables de la guerra o intentan que haga un análisis político de la guerra, contesta con evasivas. Porque no le interesa. Entre sus publicaciones, podemos destacar Forgotten Voices y Last Voices, ambas dedicados a la primera guerra mundial. Pero, también tiene otras investigaciones acerca de la guerra de Vietnam, las Malvinas e Irak.


De su Conferencia, lo que más me gustó fue su exposición sobre las fotos de la Primera Guerra Mundial. Max Arthur posee gran material fotográfico, como un complemento a sus testimonios orales. Comentó, por ejemplo, una foto del reclutamiento de voluntarios ingleses: sus caras de felicidad, al ver cómo los soldados volvían victoriosos de la guerra de los bohers en Sudáfrica, creyendo que ellos volverían igual de victoriosos, en un par de meses. Otra foto impactante es la de un niño vendiendo un diario que anunciaba el hundimiento del Titanic. Seis años después, ese mismo niño moría en el Frente Occidental. Uno de los 800 mil ingleses muertos en el conflicto. Las fotos son realmente reveladoras de la devastación y la tristeza causadas por la guerra. Llama la atención cómo los jóvenes soldados heridos o muertos están tan flacos y sufren. Gran contraste con la primera imagen, aquella en la que sonrientes y confiados van a reclutarse.


Max Arthur conoció a Tolkien y recordó que el autor de la saga del Señor de los Anillos también combatió en la Gran Guerra y cree que ese hecho es clave para entender sus descripciones de los hobbits luchando, porque recuerdan a los jóvenes soldados atrincherados por meses. Resaltó el trauma que sufren quienes han vivido la guerra, comentando: "Tolkien never really recovered" (Tolkien nunca se recuperó realmente). El miedo, la expectación y la incertidumbre de los hobbits son en realidad los sentimientos que el mismo Tolkien debe haber experimentado en el frente.


Entre los testimonios que comentó en la conferencia, está el de dos soldados al terminar la guerra: "Terminan cuatro años de gritos, disparos y ruidos. Después vino el silencio."Max Arthur no sólo entrevistó a ingleses, también a alemanes y franceses. Porque su obra no busca reivindicar culpables o héroes, sino plasmar, a través de los testimonios, cómo la guerra afecta a todos: soldados y civiles, ingleses o alemanes. En el fondo, Max Arthur hace una denuncia de los horrores de la guerra, con el argumento más válido: el testimonio del sufrimiento de las personas comunes y corrientes.


martes, diciembre 09, 2008

Leonor de Aquitania


Musa de trovadores, mujer bella y rebelde, esposa y madre de reyes, soberana por derecho propio. Capaz de acompañar a su marido, el rey de Francia, a las cruzadas, para volver divorciada, tras un bullado escándalo infestado de rumores. Poco después se casaría con Enrique II de Inglaterra. Al pasar los años, y sin perder su belleza, a pesar del paso del tiempo y sus muchos embarazos, había sido desplazada en el corazón de su marido por una joven francesa. De la pasión inicial que les unió, poco quedaba. El carácter irascible del rey inglés debió chocar constantemente con el de la voluntariosa duquesa de Aquitania.
Tal vez motivada por el despecho y para asegurar los derechos de sus hijos al trono inglés, los que peligraban si la joven amante triunfaba en sus propósitos de darle a Enrique un nuevo heredero en desmedro de Ricardo, Godofredo y Juan, apoyó la rebelión de éstos contra el padre. Un golpe fallido, que culminó con el encarcelamiento de los príncipes y de la misma Leonor.
Leonor de Aquitania, “la reina rebelde” en palabras de Jean Flori, hija y heredera del duque Guillermo X de Aquitania, reinó en su feudo con plenos poderes, a pesar de los intereses de sus dos poderosos maridos, Luis VII de Francia y Enrique II de Inglaterra, por controlar sus dominios. La Aquitania, extensa zona que incluía territorios desde el sur del Loira hasta los Pirineos, era una próspera y bella región al sur de Francia, famosa en el siglo XII por su florecimiento cultural, que la convirtieron en la cuna de los trovadores. Independiente políticamente del reino de los Capeto, que ambicionaban poseerla, su idiosincrasia era también muy distinta.
Se ha hablado mucho de la liberalidad de la corte del abuelo de Leonor, hombre famoso por sus conquistas y su mecenazgo a los poetas. En Aquitania incluso el idioma era diferente. Se hablaba la lengua de Oc o dialecto occitano, también conocida como provenzal; a diferencia de la lengua de Ouil, hablada en el norte y madre del francés actual. El matrimonio de Leonor con Enrique, a pesar de sus desencuentros, se convertirá en el mayor dolor de cabeza para los reyes de Francia. Ya que obstaculizará la anhelada unificación de Francia que deseaban los Capeto. Enrique II, perteneciente a la dinastía Anjou-Plantagenet, poseía amplios territorios al norte de Francia, en la Normandía y Bretaña. Sus éxitos militares le permitieron ampliarlos. Su boda con Leonor le dará acceso a controlar el sur de Francia y prácticamente todo el Languedoc. Su heredero Ricardo conseguirá mantenerlos, en parte gracias al apoyo de Leonor al otro lado del Canal de la Mancha. Sin embargo, el hijo menor de la Reina Rebelde, Juan “Sin Tierra” no heredó las habilidades de sus progenitores y su hermano, y no pudo contra la gestión de Felipe Augusto de Francia, perdiendo la Normandía y Bretaña, pero conservando la Aquitania.
Personaje controvertido en su época, amada u odiada, mitificada por los trovadores y calumniada por algunos cronistas, Leonor fue una mujer excepcional para su época. Luchadora, obstinada, bella y seductora, capaz de gobernar por sí sola un extenso feudo y mantenerlo lejos de la influencia de sus poderosos maridos, fue incomprendida y admirada al mismo tiempo.

martes, diciembre 02, 2008

Juana de Arco


Mi personaje favorito desde chica. La imagen de una joven, a la que siempre imaginé delgada, bajita y bonita, vestida de armadura, dirigiendo al ejército francés hacia la liberación, era para mí un ejemplo muy potente de fuerza y superación. Más grande, al enterarme de su misticismo, de cómo habría sido guiada hacia su misión por las "voces": Santa Catalina, San Miguel y Santa Margarita, me fascinó aún más. Ya como estudiante de Historia, me cautivó la gran controversia en torno al personaje: ¿santa, bruja, guerrera, mártir, loca, hereje?

Recuerdo que nos hicieron escribir una entrevista imaginaria y yo la entrevisté, encerrada en un calabozo, esperando que se ejecutara su condena. "Sin miedo ni arrepentimiento" titulé mi encuentro ficticio con Juana de Arco. Resalté su misticismo, la forma en que habría sido guiada por los enviados de Dios a lograr que el ejército francés lograra expulsar a los ingleses, para que el gentil delfín pudiera ser coronado en Reims. La retraté como una mujer fuerte y segura, con una fe profunda, la fe propia de una joven campesina, criada en el seno de una familia muy creyente y muy ligada a la orden terciaria franciscana. Una fe sin grandes cuestionamientos y de gran fortaleza. Por otro lado, resalté su humildad: logró su cometido, gracias a Dios y al ejército francés. No se consideró la gran heroína. Ella sabía que sola no podría haberlo hecho.

Santa Juana de Arco es un personaje fascinante. Gracias a sus leyendas, comencé a interesarme en la Guerra de los 100 Años. Gracias a Juana como personaje y a su trágico fin, quise saber más acerca de la mentalidad en la Edad Media, a la vida cotidiana, a la llamada crisis bajomedieval que se vive en el siglo XIV. Después, quise entender en qué contexto nación la Inquisición, cómo se vivía la fe en la Edad Media y comprender las herejías, cismas y controversias dogmáticas. Mis primeros acercamientos a la Historia Medieval fueron a través de este personaje. No puedo decir que fue gracias a ella que me convertí en medievalista, porque hubo otros factores (y personajes, además de personas reales) que me motivaron.

lunes, diciembre 01, 2008

Mujeres en la Historia

He decidido iniciar un nuevo ciclo de columnas, dedicado a grandes personajes de la Historia, destacando sobre todo a sus mujeres. Muchas veces he oído tanta reivindicación feminista ignorante que trata de convencernos de que las mujeres fueron unos seres absolutamente relegados y sometidos hasta el siglo XX. Si bien, es cierto que hubo períodos donde estuvieron más limitadas y que siempre existieron hombres que caían en actitudes despóticas con sus mujeres, considerándolas sólo para la procreación, o hubo gente que creó identificar en ellas la encarnación de Eva, culpable de las tentaciones o María Magdalena, mujer pecadora; no hay que olvidar que también estuvo siempre muy presente la imagen de María. Y María jamás fue sometida, relegada, pecadora ni tentadora. Ella es la Inmaculada, la Redentora, la Madre. Mujer esforzada, trabajora y sufrida. Una ideal que en la Edad Media se fomentaba más que ningún otro. Mujeres que rompían este molde y decidían ir a la guerra, eran polémicas. Porque la mujer da la vida y no puede quitarla. Y aunque siempre fueron mayoría los gobernantes masculinos, no hay que olvidar la gran cantidad de reinas y regentes que hubo durante la Edad Media y después. Y en el plano intelectual, también hubo poetisas, filósofas e incluso Doctoras de la Iglesia. En las próximas semanas, iré haciendo pequeñas reseñas, recordando a mis favoritas, como Juana de Arco y Leonor de Aquitania.