miércoles, diciembre 17, 2008

Max Arthur


Hace unas semanas, este historiador británico visitó Chile, invitado por la Universidad Gabriela Mistral y el diario El Mercurio. Yo tuve la suerte de ir a una de sus conferencias y conocer su experiencia como narrador de las principales guerras del siglo XX, basándose en el testimonio de sus protagonistas.
A pesar de que él nunca estudió Historia, sus investigaciones constituyen un aporte muy valioso para la historiografía contemporánea, porque él hace reconstrucciones históricas a partir de las fuentes orales de las personas comunes y corrientes que protagonizaron el hecho. Deja de lado las fuentes clásicas de la Historia tradicional, porque no le interesa que sus libros sean un ensayo más sobre las guerras. Su esfuerzo va más orientado a hacernos reflexionar acerca del costo humano de los conflictos, usando como fuentes las entrevistas y grabaciones de los testimonios de veteranos de guerra y viudas.
Deja de lado documentos oficiales, análisis de los conflictos y las declaraciones de los grandes líderes. De hecho, cuando le preguntan acerca de los grandes culpables de la guerra o intentan que haga un análisis político de la guerra, contesta con evasivas. Porque no le interesa. Entre sus publicaciones, podemos destacar Forgotten Voices y Last Voices, ambas dedicados a la primera guerra mundial. Pero, también tiene otras investigaciones acerca de la guerra de Vietnam, las Malvinas e Irak.


De su Conferencia, lo que más me gustó fue su exposición sobre las fotos de la Primera Guerra Mundial. Max Arthur posee gran material fotográfico, como un complemento a sus testimonios orales. Comentó, por ejemplo, una foto del reclutamiento de voluntarios ingleses: sus caras de felicidad, al ver cómo los soldados volvían victoriosos de la guerra de los bohers en Sudáfrica, creyendo que ellos volverían igual de victoriosos, en un par de meses. Otra foto impactante es la de un niño vendiendo un diario que anunciaba el hundimiento del Titanic. Seis años después, ese mismo niño moría en el Frente Occidental. Uno de los 800 mil ingleses muertos en el conflicto. Las fotos son realmente reveladoras de la devastación y la tristeza causadas por la guerra. Llama la atención cómo los jóvenes soldados heridos o muertos están tan flacos y sufren. Gran contraste con la primera imagen, aquella en la que sonrientes y confiados van a reclutarse.


Max Arthur conoció a Tolkien y recordó que el autor de la saga del Señor de los Anillos también combatió en la Gran Guerra y cree que ese hecho es clave para entender sus descripciones de los hobbits luchando, porque recuerdan a los jóvenes soldados atrincherados por meses. Resaltó el trauma que sufren quienes han vivido la guerra, comentando: "Tolkien never really recovered" (Tolkien nunca se recuperó realmente). El miedo, la expectación y la incertidumbre de los hobbits son en realidad los sentimientos que el mismo Tolkien debe haber experimentado en el frente.


Entre los testimonios que comentó en la conferencia, está el de dos soldados al terminar la guerra: "Terminan cuatro años de gritos, disparos y ruidos. Después vino el silencio."Max Arthur no sólo entrevistó a ingleses, también a alemanes y franceses. Porque su obra no busca reivindicar culpables o héroes, sino plasmar, a través de los testimonios, cómo la guerra afecta a todos: soldados y civiles, ingleses o alemanes. En el fondo, Max Arthur hace una denuncia de los horrores de la guerra, con el argumento más válido: el testimonio del sufrimiento de las personas comunes y corrientes.


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