martes, noviembre 15, 2011

"Culebrones"

Hoy, en un momentito de ocio (escasos en estos tiempos, de fin de semestre, por lo demás), me preguntaba qué será lo que tienen las teleseries que prenden tanto entre la gente. Y no sólo en este país, ¡ojo! Y llegué a la conclusión de que tendemos a ver teleseries por la misma razón que vemos farándula o nos juntamos a copuchar: son instancias para "relajar las neuronas". Porque las teleseries, salvo contadas excepciones, repiten siempre los mismos temas, los mismos dramas, los mismos enredos. Pero la gente se engancha una y otra vez, porque es un modo de evadirse, por un ratito, de todo lo que nos preocupa, nos estresa o nos apena. Ver un drama ajeno, incluso si está en un idioma o con un acento diferente, sobre todo cuando llega a ser sensacionalista, pero por sobre todo, un drama ficticio, no sé por qué entretiene. Hasta puede subir el ánimo. Es una forma de evasión. El dramón de Abigail hacía más ameno el eterno planchado. Machos era una buena forma de acabar una larga tarde de estudio. Y así, miles de ejemplos. Talvez este post parezca enfermo de estúpido, pero me da lo mismo. Es impresionante cómo cada año, varias importantes cadenas de televisión invierten millones en teleseries (el mejor ejemplo es Brasil y sus producciones apoteósicas) y recaudan más. Es que a veces, en vez de ver noticias o las copuchas últimas de una farándula enferma de rasca (que es otro modo de evasión), es mejor concentrarse un rato en esos dramones y enredos familiares, triángulos amorosos, guaguas perdidas, etc.

Sobre todo porque vivimos en un mundo que está loco. Loco, enfermo, acelerado y a veces parece que es el mundo al revés. Sobrebombardeados de información, tanto positiva como negativa, superflua o importante, estresados con el ritmo cada vez más acelerados de la vida actual, hay momentos del día en que no queremos más guerra. Y es entonces donde la tele puede darnos un espacio de "paz" para nuestras neuronas. No es la panacea: yo trato de hacer otras cosas: leer, salir a pasear, hacer ejercicio, conversar...pero a veces, un poco de tontera se agradece. Bastante.

3 comentarios:

Unknown dijo...

clap clap clap-... "El dramón de Abigail hacía más ameno el eterno planchado"... que notable frase, se enmarca...

Creo que tu visión es bien compartida por la parcialidad femenina de esta parte del planeta... mi novia, sicóloga infantil respetada, culta y educada, lo primero que hace el viernes en la noche es poner Primer Plano... yo siempre le reclamo y le digo "por qué estamos viendo esta mierda?" y me dice lo mismo que tú... "es que me relaja". Al parecer ver temas de ficción o vanales absolutamente alejados de la cruda realidad es motivo de relajo... interesante lo que un culebrón y un puñado de progresterona puede hacer en la mente femenina.

Saludos y como siempre buena columna

Heitai dijo...

Parece que soy la parte de alquimia y excepción a la regla.

Tales programas los ven mujeres y hombres (aunque estos se hagan los lesos), pero no es mi caso, cada vez que veo estos programas me irrito, estoy convencido que tanta banalidad, y estupidez no relajan, sino queman neuronas.

La pregunta cae de cajón ¿esta programación basura, es síntoma o causa?, Yo no tengo idea, pero puede ser parte de la división que se esta viendo. Al final todo esta relacionado, y aún lo banal y fatuo tienen su excusa.

Kuky Haindl dijo...

Si, es cierto: somos más las mujeres las que caemos en esta evasión frívola, y creo que es un síntoma: nos enrollamos y estresamos más, por ende, usamos la frivolidad como válvula de escape. Pero, igual el exceso de frivolidad está fomentado por una programación que es pura basura. Con la excusa de darle a la gente lo que quiere, nos llenan de mierda. Una pizca de frivolidad es buena, pero nos están intoxicando.