
La verdad, la palabra "Bicentenario" me tiene un poco cansadita, siento que ha sido excesivamente manoseada y desde hace cinco años, toda manifestación cultural en este país parece girar en torno a ese suceso. Pues bien, el evento del siglo es mañana y los medios no hablan de otra cosa. Pero, ¿la gente sabe qué está celebrando? "El cumpleaños de Chile", "Los 200 años de la Independencia" y otras falacias varias he tenido que oír durante tooodo este mes. Primero que nada, Chile NO nació el 18 de septiembre de 1810. Es MUCHO más antiguo. Segundo, la Independencia fue el 12 de febrero de 1818, es decir, 8 años después. Lo que se conmemora en Chile para el 18 de septiembre es la reunión de la Primera Junta de Gobierno. Es el bicentenario de ese acontecimiento. Lo mismo ocurre en los demás países de Latinoamérica, exceptuando Brasil y Cuba.
Las Juntas de Gobierno fueron una reacción de los cabildos latinoamericanos ante la invasión napoleónica en España y el arresto del rey Fernando VII. Los españoles se negaron a ser absorbidos dentro del Imperio Napoleónico y a pesar de que Pepe Botella tuvo algunos apoyos, sobre todo entre los "afrancesados" de Cataluña, organizaron guerrillas para frenar la invasión francesa y Juntas de Gobierno para gobernarse autónomamente. Pero, jurando fidelidad al rey en cautiverio, Fernando VII. Algo similar ocurrirá a este lado del charco: las Juntas españolas, lideradas por la de Cádiz, mandaron buscar representantes criollos. Y hubo representantes latinoamericanos en ellas, incluso chilenos. Pero, sin mucha resonancia, ya que los americanos se sienten parte del patrimonio real de Fernando VII, pero no parte de España. Y siguiendo ese mismo principio, organizan sus propias Juntas. Por lo tanto, lo que ocurre en Chile el 18 de septiembre de 1810 es una Junta en la que los criollos deciden gobernarse autónomamente de Napoleón y de las Juntas de Cádiz (es decir, de España), pero jurando fidelidad a Fernando VII. Eso no es Independencia, aunque...será el primer paso hacia un largo proceso de emancipación que culminará en 1818.
En todo caso, igual yo celebro el 18. Es una buena excusa para tener vacaciones y celebrar. Además, la primavera se acerca, hay más luz y un clima más propicio para fiestas. Y quien me diga que este año ha sido de mierda y que no hay nada qué celebrar, yo les digo que todo lo contrario. Mientras más golpeados estemos por la vida, más debemos agradecer y sonreír, por haber sobrevivido. El chileno es aperrado, precisamente porque es sufrido, golpeado. Por eso, se merece celebrar. Ahora, no se trata de despilfarrar y hacer festejos ultrasofisticados, al más puro estilo "yo quiero mis 15". Creo que no están los tiempos, económicamente hablando, para eso. Además, el exceso de lujo y parafernalia jamás ha garantizado la diversión. Se puede gozar con cosas simples. Lo más importante es la buena actitud, las ganas de pasarlo bien.
Por eso digo, de corazón: ¡Viva Chile, Mieeeerda!