miércoles, mayo 20, 2009

Descongelando recuerdos

Uno a veces es un poco egocéntrico y egoísta. Te alejas, ya sea por motivos geográficos, de convivencia o lo que sea, de gente con quien compartiste momentos importantes de tu vida. Y sigues adelante, y te pasan mil cosas, tu vida gira en 180 grados. Pero, ingenua o egocéntricamente, crees que aquello que dejaste atrás quedó como congelado en el tiempo. Te parece tan raro ver que amigas de la uni a quienes dejaste de ver hace años, sin pololo, estén ahora, cinco años después, casadas y con tres guaguas, cuando tú, aún las imaginas como las "solteras del grupo", que te hacían reír con sus aventuras románticas fallidas. O la compañerita de cole que era floja, que no ves hace más de ocho años, y ahora te la encuentras convertida en una ejecutiva top, cuando tú te habías quedado con la imagen de ella como la eterna hija de papi.
Son ejemplos extremos y ficticios de lo que ocurre cuando dejas de ver a alguien por un tiempo y luego de enteras de algo de ellos que te desconcierta. Hoy supe que una chica, vecina mía en mis tiempos pamplonicas, se tituló de enfermera. Me alegré mucho por ella, pero me dí cuenta de lo errado que estaba mi recuerdo sobre ella: yo le echaba veinte años y la hacía en segundo año. Y claro, hace dos años era así. Es raro como cuando dejas de frecuentar a alguien, es como si el tiempo se detuviera para esa persona. Hasta que la vuelves a ver o a saber algo de ella y te das cuenta de que no. Y de lo idiota que eres: obvio que si el tiempo, para uno, no pasa en vano, tampoco para el resto. Talvez, esto les parezca muy incoherente, pero a mí me pasa: si te alejas de una persona o situación, su recuerdo queda "congelado" en ese último momento.
Distinto y más desconcertante fue lo que sentí cuando supe que mis dos grandes amigas, aquellas que me acogieron en Pamplona, ya no viven juntas. Y al parecer, no se separaron en buenos términos. Y me dio mucha pena. Y quedé muy impresionada con la forma en que ocurrieron las cosas. Más todavía, cuando me enteré que una de ellas, la que decidió irse, se fue a uno de los pisos donde yo viví, de donde salí destrozada y desilusionada. Y ella, que conoce mi historia, que fue uno de los hombros sobre el cual lloré en mis momentos de angustia, se fue donde ellas. Fue como revivir el mal rato nuevamente. A pesar de que está superado. No pude comprenderla en un primer momento. Después si.
Comprendí que ella, que tanto sufría en una ciudad extraña, con gente tan distinta a ella, se sentía sola. Una soledad que nuestra kuadrilla consiguió aminorar. Pero luego, la kuadrilla se desintegró, a pesar de que cada cierto tiempo nos mandamos emails y mensajitos por facebook. Y de la kuadrilla, sólo quedaron ella, su compañera de piso y otra chica. Esta última también volvió a su país. Quedaron las dos, ambas mujeres muy valiosas, pero diferentes como el día y la noche. Supongo que en algún momento, a ella esta diferencia comenzó a pesarle y volvió a sentirse sola. E idealizó esa "vida familiar" que se vive en los pisos tutelares. En cierta forma, creo que tal vez su vida en uno de sus pisos es lo mejor para ella ahora. Ya que ella fue criada en un ambiente acorde a los principios que se fomentan en esos pisos, a diferencia de mi otra amiga.
Pero yo lo supe meses después, cuando le pregunté a una por la otra, sin saber. En esos meses, nos habíamos escrito tonterías, nos felicitamos por cumpleaños y nos preguntamos por cuestiones amorosas, laborales, familiares o académicas. Yo daba por sentado que seguían viviendo juntas. Volví a "congelar" una imagen. Y por casualidad, preguntando, casi rutinariamente, a una de ellas por la otra, me sale con que ya no viven juntas. Y me quedé plop. Y me dio un poquito de nostalgia. Pero bueno, la vida es así. Y es bueno cada cierto tiempo actualizar y "descongelar" esas imágenes. A mí lo que realmente me importa es que las dos estén bien. Y lo están.

3 comentarios:

Memoriona dijo...

si, es cierto eso, como que a uno se le hace que las vidas se congelan, pero así como uno avanza, los demás también.
Yo ayer de casualidad, me enteré de que mi primer pololo había sido padre por segunda vez (la primera guagua nació al poco tiempo de que terminaramos), y fue como "waaa!! todavía no aprende, pobre guagua!" porque la verdad que el chiquillo es medio pastel.
Pero en fin, la vida continua, para todos, aunque a uno se le olvide a veces.

Catalina dijo...

estoy de acuerdo contigo...

me hace reflexionar sobre qué son los amigos...

qué son los otros para uno...

las circunstancias te unen o alejan de personas y cuando compartes con ellos....

cuanto realmente es intencion y cuanto solamente destino?

Alvaro en OZ dijo...

Al final de todo la vida fluye, por más que uno trate de que los momentos buenos estén estáticos para estar siempre disfrutándolos. Así como para ti la imagen de la demás gente se congela, para ellos tu vida también se congela y luego se sorprenden de los cambios. Es simpático eso de los cambios de una persona por que de un salto pasas a la situación actual pero te pierdes el proceso que hubo.
Saludos !!