lunes, octubre 27, 2008

Envidia...esta vez es personal

Hay un espécimen peor que las manipuladoras: las envidiosas. Aún no entiendo cómo una persona puede ser tan enferma de odiar tanto la felicidad de una persona, como para calumniarla y tergiversar la realidad. Tampoco entiendo cómo, alguien pueda ser tan débil de carácter y tan poco sólido como ser humano, como para hacer caso y creer tanta estupidez. Yo sé que uno debe aprender a ignorar los insultos y pelambres. Pero cuando una persona no parece tener otra entretención en la vida que pelarte y calumniarte, llegando a inventar las atrocidades más grandes acerca de ti, entonces es normal que la mierda te llegue sólo un poco al cuello.
Espero que esa persona lea esto alguna vez y se dé cuenta de que va dirigido a ella. Ojala algo, en su putrefacta conciencia le cause algún remordimiento. Lo dudo. Es demasiado egocéntrica y ciega como para darse cuenta de todo el daño que ha causado a su alrededor. Yo no sé a qué niveles de maldad ha llegado con otras personas. Yo lo único que hice fue no caer en su estúpido jueguito de manipulaciones. Eso ella no lo soportó y desde entonces he pasado a ser hueca, frívola, perversa, floja y no sé cuántas barbaridades más.
El otro día soñé que le sacaba la cresta. Cosa que muchas veces me han dado ganas, pero parece que a los 28 años me he vuelto más dama. A los 17 le hubiera pegado y la habría insultado hasta su bisnieta. Pero ya no. Ya sé que eso no sirve de nada y es ponerse en el nivel del atacante. Ya me di cuenta que su fijación conmigo es pura envidia. Y no sé de qué, porque no tiene nada de que envidiarme. Pero, como es tan insegura, talvez se siente miserable con lo que tiene y, como el pasto del vecino siempre es más verde, cree que el mío es un vergel.
¿Les ha pasado esto alguna vez? ¿Tener a un ser que continuamente les critica, más encima sin dar la cara, por todo lo que hacen? A mí es primera vez que me pasa. O al menos, a este nivel. Gente envidiosa existe siempre, todos llevamos en nuestro ADN algo de ese maldito pecado capital. Es rarísimo. Porque yo, por lo menos, no me creo tanto como para pensar que alguien envidie mi vida. Mi vida, para mí es la raja, porque siempre me he esforzado para que así sea. Y obvio que paso por momentos difíciles, como ahora, que estoy viviendo una situación muy complicada, pero me considero una persona feliz. Feliz de lo que tengo, feliz de lo que soy y feliz por quienes tengo a mi lado. Da rabia que alguien empañe tu felicidad hablando huevadas y mentiras a tus espaldas.
Como dijo uno de mis visitantes una vez, qué bueno que los blogs sirvan para desahogarse. Ya me siento más liviana. Y la verdad, debo canalizar mis fuerzas en enfrentar algo mucho más importante que un pelambre. Tengo a mi mamá muy enferma y ahora ella me necesita contenta y tranquila, no preocupada por tonteras, provocadas por una persona cuya inteligencia está nublada por su gran amargura.

martes, octubre 14, 2008