viernes, diciembre 27, 2013

Baby boom

Treinta y tres años...si hace cinco años, todo parecía teñirse de blanco, con velos y flores, hoy parece teñirse de celeste y rosado, con peluches y mamaderas. Y no me inmuto. A veces, me gustaría que uno de esos pequeños vestidos de celeste o rosado fuera mío, o que fuese mi guata la que estuviera creciendo. Pero sólo a veces. Otras, me da sueño el sólo pensar en pasar la noche en vela, entre llantos y cólicos. O me da pereza cada vez que en un supermercado escucho gritos de niño con maña  o  pataleta. Aunque me derrita una carita o una palabra de uno de esos mismo enanos. Es raro. Por eso, no hago caso a quienes joden con el reloj biológico y otras tonteras. Este mundo está tan plagado de convencionalismos, que a veces me da náuseas. Tal vez soy una maldita egoísta. Estoy tan bien así, viviendo en pareja, mimada hasta lo indecible, que me cuesta compartir mi tiempo con alguien más. O tal vez, no me gustan los niños, para más que un ratito. Este lobo este parió y solitario no tiene ganas de crear su propia manada. A veces si...
Estoy aburrida de que me pregunten del tema y que me comparen con mi alrededor. No soy ciega! Se que la gente de mi edad tiene hijos. Pero a mi el tema no me urge, y los niños los pariría y criaría yo....que se meten ellos? Y si nunca quisiera tenerlos...problema mío! Sería yo la que estaría sola como un dedo en mi vejez. No ellos. Y eso si es que llego a vieja...han tratado incluso de hacerme ver que él tener un hijo daría una gran alegría a mi papa, a mi mama, a mis abuelos...pero sorry! Esta es MI vida y sí tengo un hijo! lo haré pensando en mi pareja y en mi! no en la alegría de los demás. La felicidad no es una acumulación de cosas buenas, es una actitud ante la vida. Y si, suena egoísta, pero uno no puede basar su felicidad en la de los demás. 
El hecho de que todos tengan hijos a mi alrededor no me obliga a imitarlos...jamás me he dejado llevar por lo que el resto hace. Siempre he remado para mi lado, sin preocuparme sí voy en contra de la corriente. A veces voy contracorriente y he sido la única en la dirección correcta. Otras veces, me he perdido. Pero así es la vida, no? Tendré un hijo cuando quiera tenerlo. Y luego le daré un hermano cuando crea que es el mejor momento. Me da lo mismo lo que digan. Y no soy tonta, se que hay un reloj biológico, pero todavía hay tiempo. Y si no puedo tenerlos, los adoptare. Así de simple. Si no puedo dar vida, al menos puedo darle un hogar a un niño que no lo tiene. Para mi, es lo mismo. 
Estoy muy feliz por mis parientes y amigos que tienen sus niños preciosos. Pero no los envidio. Y tampoco los compadezco. Creo que tienen lo que quieren y son felices. Claro que pienso que tener un hijo es maravilloso! Pero no creo que hay que tenerlos por obligación. Ni porque todos tienen. Así que, después de esto, espero que no pregunten más por el tema, y el día que anuncié alguna novedad, se sorprendan y se pongan felices por nosotros. 

viernes, diciembre 20, 2013

No soy monedita de oro

Me han pasado dos cosas raras esta semana: en primer lugar, supe que un grupo de alumnos quisieron pedir que yo no les hiciera clases, ya que preferían a la otra profesora. No me extraña, ya que ella es bacán, excelente profe. Pero, nunca había sabido que yo no era del agrado de algunos de ellos. En general, hago buenas relaciones con mis alumnos. Es bueno saber que no con todos es así, es algo para mejorar. Lo curioso es que no todos estaban de acuerdo. Lo que tampoco en extraño, ya que uno se da cuenta quienes enganchan más con uno y quienes no. Lo que da lata, es que como alumnos, no sean capaces de ir de frente y decirte las cosas que les molestan. Como me ha pasado con varios otros cursos. Esta claro que cada profesor tiene su metodología y que cada alumno, al ser distinto, engancha más con uno u otro. Pero no entiendo por que no comentarlo de frente. Como han hecho otros alumnos, si no pasa nada y uno no se enoja. Además, uno entiende que no es monedita de oro para caerle bien a todos. 
Lo otro raro que me  pasa es con una persona, que me da la impresión de que actúa como sí yo no existiera. No se sí les ha pasado, pero es rara la sensación. No es sentir su rechazo, sino la más profunda indiferencia de esa persona hacia ti. Obvió qué a veces, uno en la vida las caga, y se merece eso. Pero, en este caso, no es así. No se qué pude hacer para qué actúe así conmigo. Y concluyo que le caigo mal porque sí no más. Porque tal vez tiene prejuicios hacia mi, si tampoco me conoce tanto, si no se ha dado el trabajo de conocerme. Tampoco me importa mucho, pero es curioso. Sería interesante saber si es un rollo mío o si de verdad le caigo mal. Y si es así, por que. 
Vuelvo a lo mismo: no soy monedita de oro. Y de hecho, estoy muy contenta con los amigos que tengo. No voy por la vida tratando de hacer amigos ni de crear enemigos. Voy por la vida nomás. Eso si, sin tratar de pasar a llevar ni a herir a nadie. Y si se puede ayudar, aquí estoy. De hecho, por ejemplo, hoy hablaba con alguien de que yo nunca hago amigos íntimos en las pegas, aunque trate de relacionarme en buena onda con todo el mundo. Porque no puedo permitirme sacar la vuelta, entonces no tengo tiempo para andar haciendo vida social en mi horario de trabajo, no me da. Trato de llevarme bien con todo el mundo, pero no me involucro mucho emocionalmente. Tal vez, sean mis genes navarros, que hacen que me cierre como ostra, cuando se trata de manifestar sentimientos. Tal vez, porque yo a la pega voy a trabajar y no me guste mezclar las cosas. La verdad, no se. Hasta hoy, ni me lo había planteado. Sólo busco trabajar en buena onda y armonía, y cuando uno hace amigos en la pega, se presta mucho para pelambres y cachupines que no me interesan. Mientras menos sepa, mejor. No me hace bien. 
En fin. Término así este post, sacando de mi cabeza un par de reflexiones y confesiones que daban vueltas por mi cabeza hoy. Tengo harto de que escribir, pero quise partir por estos desvaríos....