sábado, noviembre 15, 2008

Cumpleaños

Ayer cumplí 28 años. A diferencia de mucha gente, a mí el cumplir años no me depime. Puede que el hecho de que siempre me he visto por lo menos cinco años menor de lo que soy, tenga algo que ver...esto de ser "mala hierba" tiene sus ventajas...jijiji. En fin, así como jamás me he achacado por cumplir años, tampoco soy de esas personas que creen que el día de su cumple es el más importante del año y que poco menos que hay que reverenciarlos. Feliz de que me regaloneen, me celebren y regalen, pero si por ABC motivo, mi cumple pasa desapercibido, o tengo un día de mierda, no me deprimiré el resto del año por el terrible cumpleaños.
Este cumpleaños fue rico. Muy regaloneado, bien movido y la celebración resultó tranquilita, con harta gente cercana y todos lo pasamos muy bien. Muchos no pudieron llegar. Comprensible, esta fecha es de locos y muchos el día viernes lo único que quieren es sepultarse vitaliciamente en sus camas. No soy sentida. De chica, cada persona que no llegaba a mi cumpleaños, me deba penita y si se demoraban en llegar, me bajaba e típico urgimiento: "no va a llegar nadiee". Es que cuando uno es "púber", sientes que cada cosa que haces en tu casa es como un barómetro de tu popularidad. Después uno madura y esas cosas pasan a dar lo mismo. Si alguien no te saluda, ya no te picas. Comprendes que no eres el centro del universo y que no todos deben estar pendientes de cuándo cumples años, porque a tí te pasa lo mismo. De hecho, este año, creo que he sido el ser más "roto" y despreocupado en ese sentido. Con lo del matri, que llega un momento en que los preparativos literalmente te "tragan", uno olvida todo lo que normalmente es importante.
En fin, lo bueno es que este cumpleaños fue increíble. Primer cumpleaños casada, en mi departamento, lo que provocó que para muchos fuera la instancia perfecta para conocerlo. Además, mi mamá está mucho mejor y pudo participar de la celebración, regaloneando a su "niña" como a ella le gusta. En lo laboral, parece que se viene por delante un año lleno de proyectos y cosas buenas. Ayer, hasta el clima me acompañó, porque estuvo nublado, para descansar un poco de estos calores primaverales.
Quería contarles otra cosa que ha dado vueltas por mi cabeza estas semanas. Cuando me enteré del atentado en Navarra, mi primera preocupación fue hacia mis amigos. Cuando ya quedé tranquila, porque todos estaban muy bien, comencé a pensar en otras personas que dejé atrás en Navarra. Personas con las que tuve algunos problemas y decidí no ver nunca más. En algún momento, pensé que alguna de ellas podía estar entre los heridos. Al parecer, porque uno siempre tiene un modo de a veriguarse las cosas, afortunadamente ninguna está entre ellos. Mi preocupación por ellas me hizo darme cuenta que ya perdoné. De hecho, hace mucho lo superé. Por varias razones que no viene al caso mencionar, pero es un alivio. Porque soy muy intensa para mis cosas, y el estar furioso con alguien, me desgasta mucho. De hecho, otro incidente con otra persona, me tuvo hace poco al borde del colon irritable y todavía la rabia no se me pasa. Volviendo a esas personas que dejé atrás, ahora entiendo muchas cosas que pasaron y, aunque dudo que las vuelva a ver, les deseo lo mejor y espero que no vuelvan a hacer algo como lo que me hicieron a mí. Todas las cosas que han pasado últimamente, en mi vida, en mi país y en el mundo en general, deben hacerme y hacernos entender, que los rollos son estupideces y que hay cosas mucho más importantes de qué precuparse. Y, como dice mi marido, mirar siempre hacia delante, que para atrás no cunde. Un consejo extraño de digerir para un historiador, pero muy útil para la vida.
Mirando hacia atrás, mis 27 años fueron llenos de cambios y experiencias, la mayoría positivos, y con algunas grandes pruebas. Y estos 28 sé que se vienen llenos de cosas buenas. Y las cosas malas, aunque no serán tan bienvenidas, serán enfrentadas como se debe. Bienvenidos los "veintisiempre"...

jueves, noviembre 13, 2008

Chata con la incompetencia

¿Es mi idea o en este país hay una epidemia de incompetentes? ¿O soy yo la intolerante?

viernes, noviembre 07, 2008

Sweet November???

Éste último mes ha sido…raro, por decirlo menos. Todo partió con mi mamá hospitalizada por un problema cardíaco, que nos tuvo muy asustados, pero afortunadamente, todo ha salido muy bien y ha tenido una excelente evolución. Fue un remezón fuerte para nosotros como familia, ya que en un momento hubo que replantearse un montón de cosas y un poco, reorganizar la forma de vivir de mis hermanos y mi mamá. Y, aunque yo ya no vivo con ellos, obvio que tuve que colaborar. Y todo ha andado bien, por suerte.
En medio de esa vorágine, tuve un pequeño altercado con una loca, asunto del cual conté en una columna anterior y al cual no quiero volver a referirme. Pobre amargada envidiosa. Nada más que decir.
Poco después, la Universidad de Navarra, donde pasé un año increíble, estudiando mi magíster, sufrió un atentado terrorista. Por suerte de nuevo, sólo hubo heridos leves, ninguno de mis amigos resultó herido y, aunque el susto fue tremendo y causó graves destrozos, por suerte no hubo ninguna tragedia.
Y, hace unos días, la noticia de un joven ingeniero comercial, tan violenta y extraña, volvió a conmocionarnos. De hecho, yo ese día estaba muy pendiente de las elecciones de Estados Unidos y esta noticia me choqueó. Porque, desgraciadamente, me tocó conocer a sus padres, gente muy cariñosa e imagino el dolor y la rabia que deben sentir.
Los últimos días de octubre y esta primera semana de noviembre han estado demasiado agitados. Aunque yo vivo un momento personal muy bueno, cumpliendo en unos días tres meses de casada y con un departamento cada día más lindo, este “dulce noviembre”, con su clima más cálido y las alergias más leves, ha venido muy cargado de noticias tensas y dolorosas. Espero que el resto del mes sea más tranquilito, y si hay noticias, que al menos sean buenas.