jueves, febrero 21, 2008

Entre Basura

Quisiera compartir con ustedes el siguiente texto, que es parte de un artículo del boletín de alumnos que me envía la Universidad de Navarra. No sé si acordarán de que una vez les comenté la cruda realidad que viven miles de niños en Phnom Penh, la capital de Camboya. De eso trata este artículo, y de cómo una familia española invierte todos sus veranos colaborando por mejorar la vida de estos niños, trabajando para una ONG. Tuve la oportunidad de conocerlos y escuchar su testimonio cuando estuve en Pamplona.

Toneladas de basura. Este es el escenario al que volverá Alejandra Alonso (5º Medicina) en la capital de Camboya, Phnom Penh. Con éste serán seis los años que ha estado en el país asiático, que aún se recupera de los crímenes de la dictadura de Pol Pot. Pero su viaje y el de su familia no será por placer: regresarán al vertedero de la ciudad, el segundo más grande del mundo (después del de São Paulo, en Brasil). Van a ayudar a más de 22.000 personas que malviven entre la basura.
Alejandra y su familia pertenecen a la ONG francesa Por la sonrisa de un niño. Allí han puesto en marcha un sistema que permite que los 16.500 niños que habitan entre la inmundicia tengan un futuro mejor. Todas las mañanas los pequeños abandonan las maderas cubiertas de lona que hacen las veces de hogar para competir en un macabro mercado negro de basura." Si tienen suerte, encontrarán latas y otros productos metálicos, los más codiciados por las personas a las que les venden lo recopilado a precio de risa", explica Alejandra. Desperdicios que, a su vez, revenderán a un coste mucho mayor a empresas de reciclaje camboyanas y vietnamitas.
Si han tenido suerte, regresarán a casa sin ningún corte en los pies descalzos, y sin haber contraído alguna enfermedad como el SIDA de alguna aguja olvidada por el hospital, que también vierte allí sus desechos. Es entonces cuando empiezan otros problemas más dolorosos que las heridas corporales. Muchos padres les quitan a sus hijos el dinero que han cobrado y se lo gastan en alcohol. Es la desgracia de una generación de progenitores que sufre las secuelas psicológicas y físicas de las torturas del régimen anterior, y de una vida de pobreza y sufrimiento.
Es ahí donde entra en acción la habilidad de la ONG francesa. Establece una especie de “contrato moral” con los padres, por el cual estos se comprometen a que sus hijos no trabajen y la Organización No Gubernamental a dar una cantidad de arroz al día a la familia, proporcional al dinero que ganaría uno de los niños recogiendo basura. “Este producto además tiene la ventaja de que no se puede vender”, señala Alejandra, por lo que sirve para alimentar a la familia.
Arreglado el problema económico, los pequeños pueden ir a la escuela que la ONG ha construido. Allí se les da la mejor formación posible. Cuando acaban sus estudios hablan inglés y francés, además del dialecto local. Esta preparación hace que el sector turístico pelee por contratar sus servicios, puesto que la recuperación del país se debe a una explosión del turismo que hace necesaria la labor de nativos que conozcan otros idiomas.
Pensando que la mayoría de los que leen esto son chilenos, no es mi intención con esto hacer propaganda a la ONG, sino contarles con detalle algo de lo que yo me enteré, con horror, acerca de la realidad en Camboya, Digo con horror, porque yo estuve allá, y aunque vi pobreza y maltrato, jamás ví eso. Es que cuando una va como turista a un país, y en un tour más encima, te muestran la cara del país que ellos quieren mostrar. Y aunque esta actividad me parece loable, estoy de acuerdo con que la caridad comienza por casa, y que si queremos hacer algo, mejor partir por nuestro país, donde bastante hay que hacer.

miércoles, febrero 20, 2008

Viña 2008: Sobredosis de Farándula

Como todos los días, esta mañana leí el diario mientras desayunaba. Generalmente lo hojeo, deteniéndome sólo en noticias que me interesan y una que otra columna y algunos suplementos. Pero el diario de hoy estaba especialmente interesante. Sobre todo la parte internacional, con la independencia del Kosovo y la renuncia de Fidel. Dos temas que, como historiadora, me interesan mucho. Acerca de lo que está ocurriendo en nuestro país...sin comentarios. Las palabras de Hermógenes Pérez de Arce en su columna de hoy lo resumen perfectamente: enfrentamos varios problemas como inflación, sequía y se destapan más casos de corrupción. Pero, la gente parece no darse cuenta, ya que nuestros noticieros dedican 5 minutos a Internacional, diez a los problemas antes mencionados, 20 a delincuencia, 5 a accidentes o incendios, y el grueso se lo llevan el fútbol y el festival de Viña.
Entonces, aquellos que no están suscritos a un diario o no tienen tiempo de hojear uno aunque sea por Internet, aquellos que basan sus conocimientos de Actualidad en las noticias de las 9 de la noche, probablemente se enteran de la mitad de lo que pasa a su alrededor. Claro, sabrán hasta el segundo apellido del delincuente más buscado, y la cantidad de goles que ha metido la nueva estrellita futbolera, sabrán el nombre del peluquero, la asesora de moda, el perro y la pareja de Tonka Tomicic, pero no saben ni dónde está el Kosovo ni quién es Raúl Castro. Lo sé, estoy exagerando.
Es que el festival de Viña me tiene chata. Y eso que ni siquiera ha empezado. Por suerte, tengo TV Cable, porque esta programación que gira en torno a Viña 2008 me tiene aburrida. Es que no entiendo por qué, si están los matinales y los programas de farándula en la mañana, para la época festivalera deban aumentar la ración de estos programas copuchentos. Confieso que a veces los veo, pero mi concentración en ellos no da para más de una hora: después de eso se repiten y desvarían, cuando no comienzan a torturar a alguna lindura, de esas con harta silicona y poco cerebro.
Me gustaría que la excelente área de reportajes del canal 13 dedicara un programa a Fidel. Algo similar a lo que hizo El Mercurio hoy, con sus casi 8 páginas dedicadas a Cuba. O que TVN envíe, si es que aún no lo ha hecho, a sus guerrilleros Pavlovic y Cavada a hacer un excelente, aunque riesgoso documental sobre el conflicto. Más interesante aún, tomando en cuenta el origen croata de Pavlovic. Sería interesante también ver alguna minuciosa investigación que nos explicara cómo hacer para poder ahorrar al máximo, en estos tiempos de recesión y sequía.
Nadie les pide que la tele se vuelva completamente cultural e informativa, si de hecho un poco de farándula y frivolidad no le hace mal a nadie. Pero, me gustaría ver un mayor equilibrio en la televisión abierta. Esta sobredosis de farándula festivalera es excesiva. Además, que en muchos de esos programas, sus panelistas son una tropa de peladores, amargados y envidiosos, que no hacen más que despotricar y chaquetear. Ayer escuché, sin poder creerlo, de uno de estos "expertos" que brotan como hongos en época festivalera, que la Tonka Tomicic había usado un vestido demasiado sencillo para la gala, y que su peinado estaba pasado de moda. Cuando, lo que yo veía, era una mujer estupenda, con un vestido precioso, que le quedaba increíble y un peinado que le favorecía, además de estar radiante y simpática, como siempre.
¿Sabrán los panelistas de esos programas lo que está pasando en Cuba o en el Kosovo? Y, no basta con ir tan lejos: ¿Sabrán que la cancillería chilena prepara una tremenda defensa contra las aspiraciones marítimas de Perú en La Haya?, ¿O cómo van las reconstrucciones en Tocopilla después del terremoto? Cuando uno los ve, echados en los sillones de los resorts con vista al mar desde donde hacen sus programas, y decir tanta hueá junta (perdón mi francés), dan la impresión de que no. Insisto: hay excepciones.
Por suerte, esta vorágine festivalera sólo dura una semana. Después, se "aparecerá marzo", y no podrán seguir hipnotizando a la población con el somma farandulero. Además, volverán los ministros que están de vacaciones y a algunos les tocará dar la cara por algunos condoros. Ahí tendremos una nueva sobredosis seguramente. Porque en este país les fascina darle como caja a todos los temas.Para esconder quién sabe que asuntos truculentos que se despataran en cinco años después. Es lo que hay.

lunes, febrero 11, 2008

Exijo una explicación!

Desde que volví a Chile, hay varias cosas que no entiendo. Por ejemplo, por qué el Transantiago, con lo caro que le ha costado al gobierno, todavía funciona mal. En fin, ese tema me da lata. Hoy quiero hablar de otra cosa que no entiendo: la sobrevaloración que le han dado los medios a las tribus urbanas. Porque no me vengan con cuentos: modas ridículas han existido siempre. Cuando yo era chica, existían los punkies, los trashers y los rapers. También los neohippies. Y jamás nadie hizo tanto revuelo ni escándalo. Claro que, cualquiera de ellos, parecía top model al lado de esas ridiculeces que visten y peinan a los pokemones. Sin caer en extremos neonazis, del estilo "piteate un pokemon", no entiendo esa moda. Tampoco a las pelolais, aunque al menos estas últimas no atentan conrtra la estética. ¿Quién le dijo a pokemones y emos que se ven bien peinados así? Y ¿cuál es la idea de defender con orgullo el ser hueco y promiscuo como declaraciones de principios? ¿Tan mal están estos niños para tener que disfrazarse y fingir que no piensan para ser aceptados por sus pares? ¿Hastan dónde llega la inseguridad?, ¡por Dios!
Pero, lo que me parece aún peor es la actitud que ha tomado la prensa: sobrevalorando el tema, reporteándolo hasta la saciedad, aburriendo y asustando a los lectores. Está bien el informar, sobre todo a los padres, acerca de los pasos que dan sus retoños. Pero ha sido excesivo. Han pasado de la denucia al fomento, a encasillar a todo el país en pelolais y pokemones. Si hasta a la presidenta le preguntaron qué era ella. Y Bachelet, una vez más, no supo estar a la altura de las circunstancias: ella debió decir que está por sobre eso, que ella es ella y no puede ser encasillada en ninguna onda rara. Pero no. Michelle contestó que era pokemona. No comments.

He vuelto!

La tecnología no me había dejado volver a escribir. Cada vez que lo intentaba, algo pasaba: se me borraba lo escrito, se me cortaba la conexión, o el servidor de blogger no estaba disponible. En fin...aquí estoy, con 27 años, de novia, muy feliz y preparándome para el megaevento de agosto...jiji
Incluso, con esta entrada tuve problemas. Parece que algo quiere que yo no escriba, jajaja. Por suerte, no creo en esas cosas.